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El Estado contra el deseo: penalizan a los compradores de sexo digital y apunta directo a OnlyFans

Mientras la derecha moralista y el progresismo punitivista se dan la mano para criminalizar el deseo ajeno, Suecia inaugura una nueva era de censura sexual digital: cárcel para quien pague por un show erótico online. ¿Libertad sexual o puritanismo 2.0?

El Estado contra el deseo: penalizan a los compradores de sexo digital y apunta directo a OnlyFans

En Orsai // Miercoles 21 de mayo de 2025 | 07:45

El Parlamento sueco aprobó una ley que criminaliza a los compradores de servicios sexuales digitales, incluyendo plataformas como Onlyfans. A partir del 1 de julio, quien pague por un show en vivo o contenido personalizado podrá ir preso. La medida, celebrada por sectores feministas institucionales y resistida por trabajadoras sexuales, reabre un debate incómodo: ¿es esto proteger o reprimir? ¿Empoderar o castigar? En paralelo, EE.UU. Castiga la pornografía con IA. La nueva moral digital ya llegó.


El crimen de mirar

Suecia, el país que en 1999 fue pionero en criminalizar a los clientes de la prostitución callejera, ahora extiende sus tentáculos al mundo digital. Este 20 de mayo, su Parlamento aprobó una reforma legal que considera delito pagar por servicios sexuales en plataformas como Onlyfans. Sí, leíste bien: no es delito mostrar, sino mirar y pagar. El nuevo blanco no es quien ofrece, sino quien consume.

A partir del 1 de julio, quienes comprendan un video personalizado, asistan a un show en vivo o paguen por un contenido erótico a demanda podrán enfrentarse hasta un año de cárcel . Si además hay presión, manipulación o explotación económica, la pena puede llegar a cuatro años , tipificada como “proxenetismo digital”.

Esta decisión, impulsada por el Partido Socialdemócrata, tiene el respaldo de sectores feministas institucionales que desde hace años promueven la llamada "abolición del trabajo sexual". Pero también genera resistencias, incluso dentro del feminismo, en activistas que denuncian una avanzada moralizante que reproduce el control sobre los cuerpos y criminaliza la sexualidad digital consentida.


Censura o cuidado: la ambigüedad sueca

La diputada Teresa Carvalho justificó la medida como una forma de "modernizar la ley" y adaptarla a los nuevos tiempos. En su visión, el deseo mediado por tecnología también puede ser opresivo, incluso si es voluntario y remunerado. Pero la ambigüedad es evidente: el castigo cae sobre el consumidor, no sobre el creador , que sigue sin ser penalizado.

¿La intención? Desincentivar el mercado. Lo mismo que con el modelo sueco original: apuntar al cliente para extinguir la oferta. El problema es que esto no elimina el trabajo sexual, sino que lo empuja a la clandestinidad , con más precariedad, menos seguridad y mayor estigmatización.

Onlyfans respondió con dureza: aseguró que muchos creadores suecos ya no podrán vivir de su trabajo y recordó que la empresa paga 12 millones de dólares anuales en impuestos al Estado sueco . ¿El gobierno sacrifica ingresos fiscales en nombre de la moral? ¿O simplemente quiere castigar el goce ajeno?


Trump, Melania y la IA: moralismo recargado

Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos va por el mismo camino, aunque con un nuevo condimento: la inteligencia artificial. El 19 de mayo, el presidente Donald Trump —sí, Donald, no es un error de tipo— firmó la “ Take It Down Act ”, ley que castiga con hasta tres años de prisión a quien difunda imágenes sexuales sin consentimiento, reales o generadas por IA.

El foco está puesto en la llamada “ pornografía vengativa ”, pero el texto legal es lo suficientemente amplio como para que cualquier deepfake explícito —por ejemplo, de una figura pública— sea castigado. ¿Quién lo impulsó? Su esposa, Melania Trump , en un giro irónico para una exmodelo que fue tapa de revistas para adultos. Moralismo de pasarela.

Lo curioso es que el debate sobre IA y porno ficticio no es nuevo. Artistas como Taylor Swift y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez ya fueron víctimas de contenido sexual generado digitalmente sin su consentimiento. Pero la solución parece ir en la línea de siempre: castigar al consumidor, al uploader, al usuario , mientras las grandes plataformas siguen embolsando millones sin regulación efectiva.


¿El fin de la libertad sexual digital?

Estos, tanto en Europa como en Estados Unidos, revelan un patrón preocupante: el avance de una nueva forma de puritanismo digital , donde el Estado decide qué tipo de deseo es válido, cuál es digno de ser expresado, y cuál debe ser castigado.

En nombre del consentimiento, la protección de la mujer o el combate al proxenetismo, se legisla contra una economía que —mal que les pese a muchos— es elegida por miles de personas como forma de vida y supervivencia. Desde creadores independientes hasta parejas que monetizan su intimidad, pasando por comunidades LGBTQ+ que encontraron en Onlyfans un canal de visibilidad económica y sexual.

La pregunta de fondo es incómoda: ¿es este el nuevo rostro de la censura? ¿Estamos viendo el nacimiento de un neomoralismo digital global, donde derecha e izquierda se encuentran para regular los cuerpos ajenos?


Moral, política y mercado

La avanzada legal no puede desligarse del contexto económico y geopolítico. Onlyfans es un negocio multimillonario que el sistema no puede controlar ni tributar del todo. La sexualidad online se volvió un mercado alternativo, descentralizado, desregulado y feminizado: lo opuesto al poder tradicional.

Que Trump y el Parlamento sueco coinciden en el objetivo no es casualidad: detrás de cada moralina se esconde un negocio. Ya sea para proteger la industria pornográfica tradicional o para reforzar el control estatal sobre los cuerpos, el deseo vuelve a ser campo de batalla.

Mientras tanto, miles de creadores y consumidores quedarán atrapados en una red de sospecha, vigilancia y criminalización. Porque, como ya aprendimos, cuando el goce se vuelve ilegal, el Estado no protege: reprime .

Países que prohíben o restringen Onlyfans

PaísEstado de la plataformaMotivo de la restricción
Emiratos Árabes Unidos Prohibido totalmente Contenido sexual explícito prohibido por la ley islámica (sharía)
Pakistán Bloqueado La pornografía y el contenido inmoral violan la ley y los valores religiosos.
India Acceso restringido / bloqueado periódicamente Legislación sobre contenido obsceno, censura digital
Iran Prohibido totalmente Leyes estrictas islámicas contra cualquier contenido sexual
Bielorrusia Acceso bloqueado parcial Regulación estatal sobre contenido considerado inmoral
Porcelana Prohibido totalmente Censura total sobre pornografía y plataformas occidentales
Rusia Restricción creciente Censura moral y control del contenido adulto por parte del Estado
Indonesia Bloqueado Prohibición de pornografía según ley nacional y normas islámicas
Turquía Acceso restringido Controles sobre contenido sexual, censura moral conservadora
Sudán Prohibido totalmente Prohibición de toda forma de contenido sexual digital
Uganda Acceso bloqueado Leyes conservadoras sobre moralidad pública y sexualidad

Notas importantes:

  • En muchos de estos países, el acceso a Onlyfans está bloqueado directamente por los proveedores de Internet.

  • Algunos usuarios recurren a una VPN para eludir la censura.

  • Las restricciones pueden cambiar rápidamente según el clima político o religioso.

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