análisis profundo

La Internacional Reaccionaria: cómo Milei, Trump y Bolsonaro coordinan el ataque global contra el periodismo

Desde Hungría hasta Argentina, se expande un nuevo orden comunicacional ultraderechista que busca eliminar la crítica y reemplazarla por propaganda. Ariel Goldstein, autor de La Cuarta Ola, analiza el rol de Milei como peón local de una estrategia global.

La Internacional Reaccionaria: cómo Milei, Trump y Bolsonaro coordinan el ataque global contra el periodismo

En Orsai // Martes 13 de mayo de 2025 | 07:55

No se trata de un fenómeno aislado: la ofensiva de Javier Milei contra el periodismo argentino forma parte de una trama internacional cuidadosamente articulada. Con líderes como Donald Trump, Viktor Orbán y Santiago Abascal, y con financiamiento y difusión mediante redes sociales y plataformas propias, la extrema derecha construye una narrativa global sin disidencias. Ariel Goldstein, investigador en Ciencias Sociales, explica cómo esta maquinaria avanza sobre la prensa, la academia y la juventud, y por qué su poder se multiplica cuando actúa sin vergüenza y a cara descubierta.

“La ofensiva contra el periodismo no la inventó Milei.” La frase de Ariel Goldstein desarma de entrada la idea del “outsider genial” que muchos medios argentinos todavía le atribuyen al Presidente. Investigador del CONICET, doctor en Ciencias Sociales y autor de La Cuarta Ola, Goldstein expone con precisión quirúrgica cómo el discurso de Milei forma parte de un engranaje global: una internacional reaccionaria que conecta Washington, Madrid, Budapest y Buenos Aires.

Y no es exageración. Milei participa de foros como Viva 24 de Vox, donde se reunió con Santiago Abascal, en la misma línea que Trump en la CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora) o Viktor Orbán en Hungría. Este último es quizá el más avanzado: compró todos los medios, persiguió a periodistas y académicos hasta que la Universidad Centroeuropea se exilió en Viena. “Hoy todo el periodismo en Hungría es oficialista. Es el modelo que inspira a esta nueva ultraderecha”, sentencia Goldstein.

Un periodismo a la medida del poder

Desde el trumpismo hasta el mileísmo, se impone una lógica de comunicación que solo tolera la sumisión. La crítica es tratada como traición, y los periodistas críticos son estigmatizados como enemigos internos. “A Milei no le molesta la prensa en general, le molesta el periodismo no servil. Quiere comunicadores que distribuyan la narrativa oficial sin cuestionarla”, explica el investigador. Lo mismo hizo Trump, que llegó a calificar a CNN como “enemigo del pueblo”.

Pero Milei agrega un componente local: la motosierra, la campera de cuero, el ritual, la simbología pop. “Construye una estética disruptiva que interpela a un sector juvenil, pero que en el fondo reproduce el mismo esquema global de propaganda verticalista”, dice Goldstein.

Del odio a la plataforma propia

La ultraderecha no se resigna a ser bloqueada en las redes sociales hegemónicas. Por eso Trump fundó Truth Social, su propia red, donde no existe el disenso. Allí lanza sus ideas primero, que luego son replicadas por seguidores en Twitter, Facebook o TikTok. “Eso genera un ecosistema cerrado, donde el líder habla y todos reproducen. No hay preguntas, no hay periodismo”, explica Goldstein. ¿Habrá un Twitter del León en el futuro? “No me sorprendería”, agrega.

Elon Musk no es ajeno a este movimiento: participó de eventos junto a Meloni y Orbán. Hoy, bajo su gestión, Twitter se ha convertido en un espacio de exposición para discursos reaccionarios sin ningún tipo de moderación. “Es parte de la misma estrategia global de confusión y desinformación que impulsa Steve Bannon”, dice Goldstein. “Bannon tiene una frase: hay que llenar todo de mierda. Si tirás mil mentiras al mismo tiempo, nadie puede refutarlas todas. Y ganás por caos.”

De McCarthy a Bannon: la historia se repite como farsa

Goldstein traza un paralelismo directo con el macartismo estadounidense, que también veía enemigos comunistas infiltrados en todos los rincones del Estado. “El macartismo se concentraba en los traidores internos. Hoy es igual: el enemigo es el zurdo, el periodista, la minoría sexual o étnica. Y no se los debate, se los señala y se los persigue públicamente”, sostiene.

Pero hay una diferencia crucial: antes se hacía en secreto. “Kissinger no subía a Twitter sus reuniones con Videla. Hoy todo es a cara descubierta. Se muestran, se reivindican, se coordinan públicamente. No hay vergüenza de ser reaccionarios, y eso los hace más peligrosos.”

Una batalla cultural con manual de guerra

Milei repite una y otra vez su objetivo: dar la “batalla cultural”. Pero esa consigna no es original. La formuló Bannon hace años: “Hay que hacer la guerra cultural”. Y no con ideas, sino con memes, videos virales y mentiras estratégicamente distribuidas. Para Bannon, las redes son campos de batalla y sus soldados son influencers, trolls y bots.

Goldstein lo resume así: “La acción por sobre la reflexión, lo emocional sobre lo racional. Esa es la clave de esta nueva derecha: no busca convencer, busca colonizar la conversación pública por saturación. Y lo logra”.

Juventud reaccionaria: la nueva masculinidad de los libertarios

El núcleo duro de apoyo a Milei fueron, desde el principio, varones jóvenes, heterosexuales y desencantados. Muchos de ellos encontraron en Milei una figura que encaja en la nueva masculinidad global: “Como Zuckerberg, que ahora hace lucha libre. Es una masculinidad guerrera, cripto, antiestablishment, pero profundamente reaccionaria”, explica Goldstein.

La estética libertaria combina la furia del marginal con el cinismo del banquero. Y seduce por una razón simple: ofrece identidad. “Hay jóvenes que se sienten atraídos por esa épica antisistema. Aunque después el sistema les explote en la cara”, advierte.

¿Es posible la derrota de la extrema derecha?

Goldstein cree que sí, pero no será fácil. “Hace falta una alianza amplia. Lo que pasó en Brasil, con Lula derrotando a Bolsonaro, es un ejemplo. Pero requiere unidad, generosidad, estrategia. No alcanza con indignarse”, advierte.

En Argentina, la experiencia gubernamental de Milei ya muestra grietas. “Hay un desencanto que empieza a emerger. Pero todavía no maduraron las alternativas. Hay que construir nuevas imágenes juveniles, nuevos relatos. Si no, ellos van a seguir marcando la agenda.”

Comparte en Facebook Comparte en Twitter Comparte en Google+ Enviar a un amigo Imprimir esta nota
SALUD EN PELIGRO

Nutricionistas alertan sobre cambios en la Ley de Etiquetado: "Va en contra del derecho a la información"

Los últimos cambios en la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable generaron preocupación entre nutricionistas y especialistas. ¿Qué dice la nueva normativa de ANMAT sobre sellos de advertencia, publicidad infantil y transparencia en el etiquetado?