
En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, cada detalle cuenta, y los neumáticos son, sin duda, uno de los componentes más críticos y estratégicos.
Tipos de neumáticos y su uso en la F1
Lunes 30 de junio de 2025 | 12:25
Lejos de ser simples componentes, son piezas de ingeniería de alta tecnología diseñadas para un rendimiento extremo, sacrificando la durabilidad en pos de la velocidad pura.
A diferencia de un neumático de calle, como puede ser un Pirelli Scorpion que está hecho para durar miles de kilómetros, las cubiertas de F1 son consumibles de corta vida útil.
Respecto del interrogante de cuántos kilómetros aguantan estos neumáticos, resulta fascinante la intrincada danza entre ingeniería, estrategia y el brutal castigo que soportan en cada vuelta.
Su duración no se mide en kilómetros de uso normal, sino en vueltas de infarto, donde la degradación es tan estratégica como la velocidad punta.
La principal razón por la que los neumáticos de Fórmula 1 tienen una vida tan corta es su diseño inherente para brindar el máximo agarre con un rendimiento extremo, sin hacer hincapié en la longevidad.
En una carrera típica, un juego de neumáticos puede durar entre 10 a 30 vueltas, lo que en un circuito de 5 kilómetros equivale a tan solo 50 a 150 kilómetros. Considerando estos factores, la duración de un juego de neumáticos en F1 es asombrosamente corta.
Este objetivo se logra a través de una combinación de factores clave:
La clave del agarre en F1 reside en los compuestos extremadamente blandos de caucho. Estos compuestos están formulados para adherirse al asfalto a nivel molecular, proporcionando una tracción fenomenal en curvas y aceleraciones.
Sin embargo, el costo de esta blandura es que el caucho se desgasta a un ritmo exponencialmente mayor que en un neumático de calle.
Los neumáticos de F1 sólo alcanzan su máximo rendimiento cuando están en una ventana de temperatura muy específica. Para llegar a ella, se precalientan en mantas térmicas antes de salir a pista, y una vez en carrera, la fricción con el asfalto y las fuerzas G los elevan aún más.
Sin embargo, si la temperatura excede o cae por debajo de esa ventana, el agarre disminuye y el desgaste puede acelerarse, por eso, los pilotos y los ingenieros trabajan constantemente para mantener los neumáticos en la temperatura ideal, una tarea increíblemente difícil.
Un coche de Fórmula 1 es una máquina de alto rendimiento y las fuerzas G que actúan sobre los neumáticos en curvas y frenadas son descomunales, a menudo superando las 5G. Estas fuerzas no solo deforman el neumático, sino que también arrancan microscópicas partículas de caucho de la banda de rodadura con cada giro y cada frenada violenta. Cada milisegundo ganado en una curva se paga con una porción de vida del neumático.
El tipo de asfalto de cada circuito también influye dramáticamente, puesto que algunos circuitos tienen asfaltos muy abrasivos que desgastan los neumáticos, como el de Barcelona o Silverstone. Mientras que otros, como Mónaco o Monza, son menos agresivos.
La temperatura ambiente, la temperatura de la pista, la humedad y la presencia de suciedad o residuos en el trazado también impactan directamente en la degradación.
Dado el carácter efímero de los neumáticos, su gestión se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la estrategia en la Fórmula 1 moderna.
No se trata solo de conducir rápido, sino de ser rápido sin destruir las cubiertas.
Cada gran premio exige que los equipos utilicen al menos dos compuestos de neumáticos diferentes durante la carrera, y esto implica al menos una parada en boxes obligatoria para cambiar neumáticos.
Por eso, los equipos planifican meticulosamente cuándo parar, qué compuesto poner y cuántas vueltas esperan de él. Un "undercut" (parar antes que el rival para aprovechar la ventaja de neumáticos nuevos) o un "overcut" (extender la tanda para tener neumáticos más frescos al final) son tácticas directamente ligadas a la vida útil de las cubiertas.
Dos fenómenos comunes de degradación son el blistering o ampollamiento y el graining o granulación. Los ingenieros monitorean constantemente estos fenómenos a través de telemetría y las indicaciones del piloto, ajustando la estrategia o pidiendo al piloto que gestione sus neumáticos.
Blistering: ocurre cuando el calor interno del neumático es excesivo y los gases atrapados en el compuesto forman ampollas debajo de la superficie, haciendo que grandes trozos de caucho se desprendan. Esto reduce drásticamente el agarre.
Graining: se produce cuando el neumático patina ligeramente sobre la pista y pequeños trozos de caucho se desprenden y vuelven a pegarse a la superficie de la banda de rodadura, formando bolitas. Esto reduce la superficie de contacto y, por ende, el agarre.
Algunos pilotos son conocidos por ser más agresivos con sus neumáticos, extrayendo el máximo rendimiento, pero a costa de una mayor degradación. Otros tienen una conducción más suave, capaces de hacer que un juego de neumáticos dure más vueltas, lo que les permite extender las tandas o realizar menos paradas.
La habilidad de gestionar los neumáticos es una cualidad muy valorada en la F1 moderna, y puede ser tan decisiva como la velocidad pura en una vuelta. Los datos de desgaste en tiempo real son cruciales para el muro de boxes, permitiéndoles decidir el momento óptimo para una parada.
Para condiciones de seco, Pirelli suministra tres compuestos para cada fin de semana de carrera, elegidos de su gama de cinco (C1 a C5).
Estos se clasifican entre compuesto duro, compuesto medio y compuesto blando para ese evento en particular.
Duro: ofrece la mayor durabilidad y menor agarre, por eso se usa para tandas largas.
Medio: brinda un buen compromiso entre durabilidad y agarre, por eso es el caballo de batalla de muchas estrategias.
Blando: máximo agarre, pero menor durabilidad. Es ideal para la clasificación o para ataques rápidos en carrera.
La corta vida útil de los neumáticos de F1 genera una cantidad significativa de residuos. Sin embargo, Pirelli y la Fórmula 1 están trabajando en soluciones para hacer este proceso más sostenible.
Cada gran premio deja toneladas de neumáticos desgastados que no pueden ser usados nuevamente en competición. Por eso, Pirelli tiene programas de reciclaje y valorización, donde estos neumáticos se convierten en combustible alternativo o se utilizan en otras industrias, como materiales para campos deportivos o pavimentos.
El objetivo principal es que ningún neumático de F1 termine en un vertedero.
La F1 está explorando formas de hacer los neumáticos más sostenibles en el futuro, no solo en su desecho, sino también en su producción. Esto incluye el uso de materiales más ecológicos y procesos de fabricación con menor impacto ambiental.
La constante evolución tecnológica en la Fórmula 1 no se detiene solo en el rendimiento, sino que se extiende a la responsabilidad ambiental.