Por Enorsai - 23 de junio de 2025 A medida que avanza el año académico, la crisis en las universidades públicas argentinas no solo persiste, sino que se profundiza. El ajuste aplicado por el gobierno de Javier Milei está teniendo consecuencias irreversibles en la comunidad universitaria: salarios pulverizados, becas congeladas, deserción estudiantil y una fuga masiva de docentes e investigadores ponen en jaque la sostenibilidad misma del sistema educativo público.

En diálogo con Radio EME , Oscar Vallejos , secretario adjunto de CONADU Histórica , denunció la gravedad del escenario actual y anticipó la movilización nacional del 26 de junio , donde docentes, estudiantes y trabajadores no docentes marcharán en defensa de la educación pública y exigiendo al Congreso Nacional que apruebe una urgente ley de financiamiento universitario .

Un retraso salarial del 121%: entre la inflación y el abandono

Según explicó Vallejos, los docentes universitarios enfrentan un retraso salarial acumulado del 121% durante este gobierno. “El poder adquisitivo real hoy es apenas el 38% de lo necesario para mantener un nivel digno de vida”, aseguró. Y agregó: "Ni siquiera hay mesa de negociación. No hay paritarias, no hay respuesta. Por eso insistimos: esto debe resolverse desde el Congreso".

La falta de actualización salarial no solo afecta a quienes están en activo, sino también a las nuevas generaciones. "Estamos perdiendo docentes jóvenes, muchos ya renunciaron. Y formar un investigador lleva unos 15 años. Es un daño estructural que no se ve ahora, pero que el país pagará muy caro en el futuro", advirtió.

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Becas congeladas y estudiantes que no pueden vivir en el campus

Las becas universitarias, históricamente clave para sostener trayectorias formativas, hoy apenas alcanzan para cubrir gastos mínimos. "Antes servían para pagar el alquiler. Ahora, a veces, ni para dos semanas de transporte", denunció Vallejos.

Además, la precariedad económica impacta directamente en la presencia física de los estudiantes en los claustros. "La universidad cambió su fisonomía: antes venían de toda la provincia, incluso del interior. Hoy, casi todos son de Santa Fe o ciudades cercanas. El edificio que antes se quedaba vivo, ahora se vacío temprano. Eso no es solo de clases, es pérdida de comunidad universitaria", señaló.

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Fuga de talentos: Argentina pierde investigadores y Uruguay los recibe

Una de las imágenes más contundentes del deterioro universitario es la emigración de profesionales hacia otros países vecinos , como Uruguay. "Tenemos casos de docentes que se van porque allá les pagan el doble. Y no hablamos de vuelos a Estados Unidos o Europa, sino a un país que antes estaba detrás de nuestro. Ahora ellos ofrecen condiciones dignas; nosotros, no", lamentó Vallejos.

Este éxodo tiene un costo enorme para el país: "Formar un investigador toma décadas. Y cuando se va, el Estado pierde la inversión hecha, y el sistema pierde conocimiento estratégico. Pero sobre todo, perdemos futuro".

Movilización nacional el 26 de junio: antorchas en defensa de la luz que no se apaga

Como parte de la protesta convocada a nivel nacional, en Santa Fe está prevista una marcha de antorchas desde el Molino hasta el Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral. La simbología no es casual: "Lux indeficiens, la luz que no se apaga. Queremos mostrar que, pese al abandono, seguimos encendidos", dijo Vallejos.

La actividad comenzará a las 18:30 y busca incluir a estudiantes secundarios y jóvenes de escuelas técnicas, garantizando su seguridad y participación. "Queremos sumar a toda la ciudadanía. Esta lucha no es solo nuestra: es de todos los que creen en una educación pública de calidad", concluyó.

Conclusión: Sin inversión, no hay futuro

El ajuste brutal aplicado por el gobierno de Javier Milei no solo destruye empleos y servicios hoy, sino que socava las bases mismas del desarrollo científico y cultural del país . Sin salario digno, sin becas reales y sin perspectiva laboral, la universidad pública corre el riesgo de convertirse en un espacio elitista y exclusivo, lejos del modelo inclusivo que la definió durante décadas.

La ley de financiamiento universitario, impulsada por rectores, gremios y estudiantes, sigue sin ser tratada en el Congreso. Mientras tanto, cada día que pasa, el sistema pierde más piezas clave. Y el precio lo pagaremos todos mañana.