
Se trata del desarrollo del proyecto Tronador II, un cohete lanzador que pondrá a nuestro país entre los 10 países que dominan el ciclo espacial y cuyo significado es lograr la soberanía en el acceso al espacio con medios propios. El programa científico permitirá colocar satélites de entre 500 y 750 kilogramos en una órbita ubicada a una distancia de 600 kilómetros de la Tierra.
Walter Onorato // Martes 27 de diciembre de 2022 | 08:53
(Por Walter Onorato - @WalterOnorato) Tener capacidad propia en lanzamiento de satélites, llegar a la órbita específica para desarrollar misiones nacionales con plena independencia y ejercer nuestra soberanía plena mediante el uso pacífico del espacio ultraterrestre es el objetivo máximo de este proyecto con el cual Argentina podrá ofrecer servicios de lanzamiento a otros países y de esta manera generar importantes divisas mediante exportaciones de alto valor agregado.
En este proyecto se puede observar concretamente cómo el Estado puede y debe tener un rol activo en las planificaciones y orientaciones de políticas públicas destinadas a desarrollar los sectores tecnológicos y científicos para promover procesos de transformación el ámbito público y el privado que repercutirá en toda la sociedad argentina.
A diferencia de lo que pregonan desde el falso liberalismo vernáculo a contrapelo de sus principios básicos, han cultivado en el sentido común que la maquinaria burocrática estatal es un ámbito de resistencia a la innovación y la tecnología. La política aeroespacial argentina es un ejemplo que deja sin contenido las premisas anarco-libertarias, al demostrarse que el estado es el único pilar que puede sostener, promover y financiar el desarrollo de los sectores I+D (inversion + desarrollo).
De esta manera se encuentra articulado el proyecto, bajo la responsabilidad de la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) junto a su principal contratista, que es la empresa VENG S.A. Entre CONAE y VENG se coordina la participación de numerosas instituciones del sistema científico tecnológico y empresas que también forman parte del desarrollo de los vehículos lanzadores Tronador II (TII) y Tronador III (TIII), y de los primeros vehículos TII-70 y TII-150, que evolucionarán hasta lograr alcanzar el desarrollo de los vehículos TII y TIII. Entre otras instituciones y empresas que forman parte de este proyecto se debe mencionar a la Universidad Nacional de La Plata, INVAP S.E., FAdeA, Valthe Ingeniería, Inoxpla, 2G Composites, INTEMA, Kohlenia, etc.
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Se debe observar el proyecto espacial Tronador II, cuyo objetivo final es el desarrollo de un cohete con capacidad de transportar y colocar satélites en órbita. Esta actividad cuenta con antecedentes, como fue el lanzamiento, desde el Centro Espacial Manuel Belgrano, de los cohetes sonda Tronador I en junio de 2007, que contaba con un empuje de 550 kilogramos fuerza (kgf) y el Tronador Ib en mayo de 2008, con un empuje de 1,5 toneladas que llegó al rango de 20 km con un apogeo de 12 km. En estos dos cohetes sonda se pusieron en prueba elementos de navegación, guiado y control como parte de la carga útil.
Posteriormente, vino otro ensayo considerado como más completo que alcanzó a probar los elementos de navegación, guiado y control y parte de la aviónica “en el cohete sonda VS-30 (carga útil argentina y cohete S-30 brasileño)”. El lanzamiento fue en diciembre de 2007 desde Barrera do Inferno, Natal, Brasil, y en el mismo “fue validado en vuelo un sistema de navegación por giróscopo, acelerómetro y posicionamiento y un control de actitud.”
Luego llegó, la mano visible del estado, al darle el impulso necesario al proyecto Tronador II. Fue en noviembre de 2012, cuando el Gobierno transfirió la Conae de Cancillería al Ministerio de Planificación que era conducido por Julio De Vido. “A partir de ese momento, el presupuesto del organismo más que se duplicó y comenzaron los lanzamientos de los cohetes experimentales destinados a perfeccionar el sistema.”
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Gracias a este apoyo gubernamental se lograron una serie de lanzamientos, como la prueba realizada en diciembre del 2011 con el prototipo Tronador 4000 (cohete sonda de 4000 kgf de empuje), que si bien no pudo concretarse por falla en el sistema pirotécnico de apertura de las válvulas de presurización de combustible permitiendo que se desarrolle un nuevo diseño del sistema.
Luego en febrero de 2014 despegó el cohete Vex1A, un vehículo experimental que “apenas se elevó del suelo, en lo que resultó una primera experiencia fallida.” Luego vino el turno del VEx 1B que fue lanzado en agosto del 2014, alcanzando una altura máxima de 2200 metros en un vuelo que duró 27 segundos y permitió probar en vuelo el sistema de propulsión y el de navegación.
Desde el Centro Espacial Punta Indio se realizó en marzo del 2014 otro lanzamiento del Vex1A, “utilizando como combustible hidracina y tetróxido de nitrógeno/ácido nítrico como oxidante, a fin de verificar el sistema de navegación guiado y control en un lanzamiento vertical desde una plataforma de lanzamiento (pad), así como las interfaces con su segmento terreno.” Si bien el Vex1A no pudo completar su misión por interferencias entre los desvíos dados por la condición inicial y la cinemática propia del vehículo con el pad pero la telemetría dada por el vehículo en este breve lapso permitió contar con información suficiente para el rediseño y modificaciones para una nueva prueba experimental.
El siguiente lanzamiento fue con el vehículo experimental denominado Vex1B que fue exitosamente concretado el 15 de agosto del 2014. Este cohete cumplió la trayectoria programada volando durante 27 segundos y llegando a una altura máxima de 2.200 m,lo que permitió comprobar el sistema de propulsión, y el de navegación, guiado y control, todos desarrollados en nuestro país.
De esta manera llegamos al año al 27 de agosto del 2015, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se hace pública la fase II del programa ISCUL cuando es presentado por primera vez el lanzador Tronador III, el cuál aumentaba las capacidades del Tronador II. Debido a las similitudes entre los lanzadores, la CONAE se decidió por el desarrollo del Tronador III, un vehículo que medirá 35 metros de altura y, con 90 toneladas de peso al despegue, se espera que pueda colocar hasta 1000 kg de carga en órbita baja terrestre (LEO).
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Mientras tanto, las pruebas continuaban y por los resultados positivos con el VEx-1B, “se decide saltear los modelos VEx-2, VEx-3 y VEx-4, pasando entonces a desarrollar el VEx-5A. Este vehículo estaba destinado a probar varios elementos nuevos. Sería el primero con dos etapas, ambas con sistema de alimentación presurizado, constando la primera de ellas de un motor de 11,5 toneladas de empuje que utilizaría oxígeno líquido y Kerosene como propelentes. La segunda etapa tendría un motor hipergólico de 3 toneladas de empuje, se probaría entonces por primera vez la separación de etapas.”
El VEx-5A fue lanzado el 20 de abril de 2017 sin poder cumplir la misión ya que a los 8 segundos del despegue se detuvo la alimentación del motor por un incendio provocado por una fuga de kerosene que afectó las válvulas de combustible que provocó la caída del vehículo sobre la plataforma de lanzamiento.
Todos estos lanzamientos tuvieron el principal objetivo de ir ganando experiencia y madurez en el desarrollo de algunos componentes, en especial lo relacionado con la propulsión, con vehículos o cohetes de menor tamaño para tener menos riesgo y costo. Estas pruebas han permitido realizar varios vuelos que validaron el validar el motor y los subsistemas que serán utilizados en el futuro.
El programa prevé el desarrollo de los vehículos (cohetes) denominados TII-70 y TII-150 que son del tipo suborbitales, con control de vuelo y, como dijimos en el párrafo anterior, con firme objetivo de demostrar la madurez tecnológica de los componentes de los subsistemas de propulsión, aviónica y estructuras necesarios para el lanzador. De esta manera el vehículo lanzador Tronador II contaba con una configuración compuesta de dos etapas, utilizando monometil hidracina como combustible y tetróxido de nitrógeno/ácido nítrico como oxidante para la etapa superior. La primera etapa (la de mayor empuje y gasto de combustible) utilizaba oxígeno líquido y querosene, calidad espacial; este último desarrollado para la CONAE por la empresa Y-TEC.
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Ambos prototipos mencionados anteriormente, el TII-70 y TII-150, son los responsables de poner a prueba los motores que llevará a bordo el lanzador Tronador II-250 con una tecnología desarrollada y fabricada en el país. El Tronador II utiliza un motor de Tipo Presurizado y cuenta en la etapa inferior con un “empuje de 90 toneladas con 3 Motores de 30 toneladas cada uno, a nivel del mar” mientras que en la etapa superior el “empuje en tierra en el rango de 1,5 a 4 toneladas (entre 2 y 5,5 toneladas en vacío). .
El lanzamiento del TII-70 será a comienzos de 2026 desde el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), en la plataforma ubicada en el paraje La Capetina, y se espera que realice un vuelo suborbital a 150 kilómetros de altura. En tanto que los lanzamientos del TII-150 y el TII-250 están previstos desde el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), en Bahía Blanca donde de manera simultánea se está trabajando en el desarrollo de la infraestructura asociada, como el banco de ensayos y la plataforma de lanzamiento.
Recordemos que el presidente Alberto Fernández junto con el ministro Daniel Filmus en un acto realizado en el Centro Espacial de la CONAE, en Córdoba, anunció una inversión de 9.730 millones de pesos para el desarrollo del lanzador argentino de satélites Tronador, denominado TII-70.
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Muchos economistas, que se han detenido en el tiempo, consideran que la economía es el arte de administrar recursos escasos. En la actualidad podemos aseverar que esta ciencia es en gran medida el arte de adquirir, administrar y aplicar el conocimiento. Una prueba de esto es el programa aerospacial argentino que puede considerarse como un de los Grandes Proyectos Nacionales que está centrado en “una cierta zona del espectro del conocimiento, pero que para su desarrollo requieren de la participación de muchas otras zonas del conocimiento, haciendo crecer a todo el conjunto.”
Específicamente nos referimos a la participación de todo el Sistema Científico-Tecnológico nacional, PYMEs de base tecnológica, y otros tipos de empresas que colaboran en el proyecto. La ejecución de estos Grandes Proyectos Nacionales que son de largo aliento se requiere ante todo de la percepción clara de objetivos y de una necesaria constancia en la acción.
En este caso, la firma VENG, es una empresa de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado que está constituida como sociedad anónima con participación estatal mayoritaria a través de la CONAE. Está especializada en la actividad espacial, contando con más de 30 años de experiencia y una nómina de unos 400 trabajadores y trabajadoras.
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El proyecto se realiza en los centros espaciales de la CONAE, una parte en el CETT, en Falda del Cañete, Córdoba, donde se llevan a cabo la fabricación, la integración y los ensayos de sistema de propulsión del lanzador, y otra parte en el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), en la provincia de Buenos Aires, donde se avanza en la fabricación e integración del fuselaje. La infraestructura requerida para los servicios de lanzamiento estará emplazada en el CEMB, en Bahía Blanca.
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Todo este trabajo se extiende a de manera federal por otras localidades del país, mediante la participación de instituciones públicas como la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Mar del Plata, y pymes de base tecnológica, como la empresa Valthe, instalada en Justiniano Pose, Córdoba.
Por otro lado, se debe mencionar que la CONAE dispone también de la red de estaciones terrenas requeridas para el seguimiento, monitoreo y control de los lanzadores Tronador II, mediante la Estación Terrena Córdoba ubicada en el CETT, la Estación Terrena Tierra del Fuego ubicada en cercanías de Tolhuin, y la futura Estación Terrena Belgrano II en la Antártida Argentina.
Se podría decir muchísimo más sobre este proyecto, pero hay que destacar que este enorme desafío implica políticas de largo plazo, de un estado que planifica a futuro en búsqueda de su independencia económico y en defensa de su soberanía tecnológica que permitan desarrollar una infraestructura nacional que beneficie al conjunto de la sociedad.
FUENTES:
https://www.argentina.gob.ar/ciencia/conae/acceso-al-espacio/tronador
https://www.argentina.gob.ar/ciencia/conae/acceso-al-espacio/tronador2
https://www.clarin.com/politica/macri-tronador-ii-cristina-emblema_0_r1xPTOuyn.html
https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-309070-2016-09-10.html
http://www.desarrolloargentino.org/sites/default/files/download/dr._conrado_varotto.pdf en https://web.archive.org/web/20160304102510/http://www.desarrolloargentino.org/sites/default/files/download/dr._conrado_varotto.pd
http://latamsatelital.com/20-anos-veng-la-empresa-acceso-al-espacio-conae/