
El fútbol argentino es sinónimo de pasión, técnica y creatividad, pero también de una evolución táctica constante que refleja la historia social y deportiva del país. En este artículo exploramos cómo se fueron moldeando las formaciones y estilos de juego, con ejemplos emblemáticos y entrenadores clave que dejaron su huella.
Jueves 14 de agosto de 2025 | 18:41
Evolución táctica del fútbol argentino: De la gambeta al juego posicional
El fútbol argentino siempre se ha destacado por la habilidad técnica y el talento individual, pero detrás de esa gambeta constante hay una evolución táctica profunda que no siempre se visibiliza. Junto con un equipo de jugabet chile, analizaremos esto con más detalle para entender cómo el juego se fue transformando desde las primeras décadas hasta la actualidad.
Las raíces se remontan al estilo rioplatense, donde la pelota y la creatividad eran el eje, pero con el tiempo apareció la necesidad de estructuras más sólidas y sistemas que combinaran talento y orden, dando lugar a una identidad futbolística única.
En los albores del fútbol nacional, predominaba el esquema 2-3-5, también llamado “pirámide”, donde el foco estaba en la ofensiva y la gambeta era protagonista. Equipos como Alumni, que dominó en las primeras décadas del siglo XX, usaban este sistema para explotar el talento individual.
Sin embargo, esta estructura dejaba espacios atrás, y con la influencia europea comenzaron a introducirse variantes para equilibrar ataque y defensa, dando lugar a los primeros ensayos tácticos locales que buscaban un fútbol más completo.
En los años 40, River Plate revolucionó el fútbol argentino con "La Máquina", un equipo que combinaba técnica exquisita con movimientos tácticos coordinados. Usaban una versión modificada del sistema WM, que daba mayor libertad a los mediocampistas para conectar defensa y ataque.
Este equipo marcó un antes y un después, demostrando que la táctica podía potenciar la creatividad sin limitarla, un equilibrio que hasta hoy sigue siendo la base del fútbol argentino.
César Luis Menotti, el “Flaco”, fue un entrenador que apostó por un fútbol ofensivo, con presión alta y dominio del balón. Su filosofía quedó plasmada en la selección argentina campeona del Mundial 1978.
Menotti promovió una táctica basada en el toque, la paciencia y la movilidad, buscando siempre que el juego fluya. Esta etapa significó una reivindicación del fútbol vistoso, frente a otras tendencias más defensivas que predominaban en el mundo.
Carlos Bilardo, sucesor de Menotti, llevó al país a la gloria en 1986 con una filosofía más pragmática y estructurada. Su famoso 3-5-2 priorizaba la solidez defensiva y el contraataque, con una marcación estricta y un esquema rígido.
Este enfoque, que en un principio generó polémica, demostró su eficacia y marcó un contraste con la era Menotti, mostrando la versatilidad táctica del fútbol argentino y la capacidad de adaptación según los recursos y las necesidades.
A partir de los 90, con la globalización y la llegada masiva de entrenadores y jugadores argentinos a Europa, el fútbol local comenzó a incorporar sistemas más modernos como el 4-3-3, 4-2-3-1 y variantes híbridas.
Equipos como Boca Juniors y River Plate empezaron a usar estas tácticas con énfasis en la presión alta, recuperación rápida y ataques organizados. Por ejemplo, Marcelo Gallardo, como entrenador de River, es reconocido por sus planteos tácticos flexibles y su capacidad para adaptar el equipo según el rival.
La riqueza táctica del fútbol argentino no solo está en los esquemas, sino en cómo los jugadores interpretan esos sistemas. Diego Maradona, con su talento y visión, desarmó cualquier esquema contrario con su genialidad, mientras que Lionel Messi ha revolucionado la posición de falso 9 con sus movimientos impredecibles y combinaciones rápidas.
Esta fusión entre talento individual y táctica colectiva define la esencia del fútbol argentino y su evolución constante.
El fútbol argentino se distingue de otras escuelas como la inglesa, más física y directa, o la española, más basada en la posesión estricta. En Argentina, la creatividad y la improvisación se combinan con disciplina táctica, generando un estilo híbrido.
Por ejemplo, mientras el juego inglés clásico priorizaba el juego aéreo, Argentina históricamente se enfocó en la habilidad técnica y la estrategia para desarmar defensas.
Hoy, los entrenadores argentinos experimentan con sistemas que priorizan la versatilidad, el juego por las bandas y la presión intensa. Jóvenes talentos y nuevas filosofías se combinan para mantener vigente la identidad nacional pero adaptada a los tiempos modernos.
El desafío sigue siendo encontrar el equilibrio entre la creatividad y el orden, la esencia del fútbol argentino desde sus orígenes.
La evolución táctica del fútbol argentino es una historia de adaptaciones, reinvenciones y combinación entre arte y ciencia. Desde los inicios con la pirámide hasta los sistemas modernos, el país ha sabido respetar su identidad sin dejar de innovar.
Este legado se sostiene en la pasión de sus jugadores, entrenadores y hinchas que hacen del fútbol argentino un espectáculo único y en constante evolución.