
Los aeropuertos tienen que estar relativamente aislados de los centros urbanos, y contar con mucho espacio alrededor. Sin embargo, estos aeropuertos tienen pistas de aterrizaje realmente insólitas: al lado de la playa, con arena, con pocos metros para el margen de error... Un verdadero dolor de cabeza para los pilotos.
G. Brancolino // Lunes 27 de enero de 2014 | 16:59
Aeropuerto de Madeira, Funchal, Portugal. La pista, notablemente angosta, está arrinconada entre el mar y la ladera de una montaña, de modo que los pilotos no tienen margen de error. Está sostenida por pilares que se erigen sobre el agua
Aeropuerto Internacional Gibraltar. El territorio británico de Gibraltar tiene 6,2 kilómetros cuadrados de superficie, y prácticamente no hay lugar para la pista de aterrizaje. Por eso parte en dos a la carretera principal, que debe cerrarse cada vez que un avión despega o aterriza
Aeropuerto Juancho E. Yrausquin, Saba. Esta pista situada en otra isla caribeña es una de las más cortas del mundo. Los últimos metros son bajo el mar
Pista Aérea Matekane, Lesoto. Si algún avión tiene problemas de frenos, esta es la peor pista posible. Termina abruptamente al borde de un acantilado de 600 metros de profundidad. Sólo pueden usarla aviones pequeños y de poco peso
Pista Aérea Matekane, Lesoto. Si algún avión tiene problemas de frenos, esta es la peor pista posible. Termina abruptamente al borde de un acantilado de 600 metros de profundidad. Sólo pueden usarla aviones pequeños y de poco peso
Aeropuerto Courchevel, Francia. Ubicada a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar, durante el invierno está completamente cubierta de nieve. Tras sortear peligrosas montañas, los aviones deben aterrizar en una pista corta y con gran pendiente