ESPAÑA

Juan Carlos Monedero: "No tendrían que haber dejado entrar a Milei en España"

En una entrevista incendiaria con Mariano Martín, el politólogo español y fundador de PODEMOS, Juan Carlos Monedero, desentraña la peligrosa imprevisibilidad del primer ministro Javier Milei, su cercanía con la extrema derecha y su actitud desafiante hacia las normas internacionales.

Juan Carlos Monedero:

Redacción EnOrsai // Lunes 20 de mayo de 2024 | 05:48

En un contexto político ya de por sí tenso, el primer ministro argentino, Javier Milei, vuelve a estar en el ojo del huracán. Durante una entrevista con Mariano Martín y el equipo de "Palo y Zanahoria" en El Destape Mundo AM1070, Juan Carlos Monedero, politólogo y fundador del partido español PODEMOS, arrojó duras críticas sobre la reciente conducta de Milei, especialmente en relación con su visita a España.

Monedero no escatimó palabras al calificar las acciones de Milei como imprudentes y peligrosas. El politólogo comenzó señalando un incidente aparentemente menor: un comentario fuera de tono del ministro de Transporte español, Oscar Puente, en una reunión de militantes de su partido. Sin embargo, lo que siguió fue una reacción desmesurada por parte de Milei, que no sólo arremetió contra Puente sino que también lanzó críticas sin pruebas contra la esposa del presidente español, Pedro Sánchez. “La respuesta de Milei fue absolutamente desproporcionada,” aseveró Monedero, subrayando la gravedad de que un primer ministro se inmiscuya en cuestiones tan personales y sin fundamento alguno.

El problema de fondo, según Monedero, radica en la naturaleza imprevisible de Milei. “Es un señor que no diferencia su condición personal y su cargo de primer ministro y eso siempre es peligroso,” afirmó. Esta falta de discernimiento entre lo público y lo privado, entre su carácter individual y su rol institucional, es una característica que pone en riesgo no solo la política interna de Argentina sino también su relación con el resto del mundo.

Uno de los puntos más alarmantes, según Monedero, es el contexto en el que Milei eligió visitar España: un acto convocado por la extrema derecha, específicamente por VOX, un partido que niega la legitimidad del gobierno español. “Lo más peligroso del viaje privado de Milei es que viene a un acto de la extrema derecha,” dijo Monedero, marcando la línea entre la simple visita y el simbolismo de apoyar a fuerzas políticas que buscan desestabilizar gobiernos democráticamente electos.

 

 

Monedero fue categórico en su crítica: “Milei es un fanfarrón que no diferencia lo público de lo privado.” Este comportamiento errático y desinhibido, según el politólogo, socava las bases del orden internacional, un sistema construido sobre el respeto mutuo y la cooperación entre naciones. “Se están rompiendo las reglas básicas del orden internacional,” advirtió Monedero, haciendo un llamado a la comunidad internacional a prestar atención a los movimientos de Milei.

La consternación en España es palpable. La reacción de Milei no solo ha generado tensiones diplomáticas sino que ha puesto en entredicho la postura del gobierno argentino frente a la extrema derecha europea. Monedero incluso sugirió que España debería haber tomado medidas más drásticas. “No tendrían que haber dejado entrar a Milei en España,” declaró, enfatizando la necesidad de proteger el país de influencias desestabilizadoras.

La figura de Milei se presenta así como una paradoja: un líder que debería representar la estabilidad y la gobernanza, pero que en su lugar, parece personificar la imprevisibilidad y el caos. Monedero no dejó de insistir en la peligrosidad de mantener a alguien así en un puesto de tanto poder. “Deberíamos poner a Milei en la frontera y mandarlo de vuelta,” sugirió, con un tono que refleja tanto frustración como una profunda preocupación por el futuro de las relaciones internacionales.

La entrevista concluyó con un llamado a la reflexión sobre el papel de los líderes políticos y la importancia de la previsibilidad y la responsabilidad en sus acciones. Monedero, conocido por su franqueza, no hizo más que encender un debate que ya estaba en ebullición. Sus declaraciones sirven como un recordatorio de los riesgos de la política actual, donde la delgada línea entre lo personal y lo institucional se borra cada vez más, poniendo en jaque el equilibrio global.

 

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