ARDE MISIONES

Máxima tensión en Posadas: Fuerzas federales y la policía provincial se enfrentan en una protesta salarial

La ciudad de Posadas vive momentos de alta tensión con el despliegue de fuerzas federales para contener una protesta de policías y personal penitenciario, quienes exigen una actualización salarial. Disturbios y reuniones de emergencia marcan el pulso de una situación crítica.

Máxima tensión en Posadas: Fuerzas federales y la policía provincial se enfrentan en una protesta salarial

Santiago Ríos // Domingo 19 de mayo de 2024 | 12:37

(Santiago Ríos) La ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones, se encuentra sumida en una crisis de alta tensión desde la madrugada del viernes, cuando efectivos de la Policía y el Servicio Penitenciario provincial iniciaron una protesta para exigir una actualización salarial. La manifestación, que comenzó frente al Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional Uno, ha escalado significativamente, atrayendo la intervención de fuerzas federales y generando disturbios en una de las principales arterias de la capital misionera.

Desde temprano el domingo, alrededor de las 9:30 horas, efectivos de la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina y Policía Federal, parte del Comité de Crisis, se movilizaron hacia las inmediaciones del Comando Radioeléctrico. En un intento por contener la protesta y prepararse para un posible desalojo, las fuerzas federales formaron un cordón en la intersección de las avenidas Uruguay y Trincheras de San José. Este despliegue ha generado enfrentamientos con los manifestantes, quienes se niegan a abandonar el lugar hasta que se cumplan sus demandas salariales.

El jefe de la Policía de Misiones también llegó al Comando, donde se encuentra en reuniones con los voceros de la manifestación, en un esfuerzo por negociar una solución pacífica. Sin embargo, la situación se mantiene tensa y con el potencial de escalar aún más, dado el nivel de frustración y desesperación entre los manifestantes.

 

 

A la protesta inicial de los efectivos policiales y penitenciarios, se han sumado profesionales de la salud y se espera la llegada de docentes, lo que podría intensificar aún más el conflicto. Estos sectores, que ya se encontraban realizando movilizaciones bajo la misma consigna salarial, han decidido unirse a la causa común, aumentando la presión sobre las autoridades provinciales y nacionales.

La manifestación comenzó con la quema de gomas en la madrugada del viernes y se ha mantenido firme desde entonces, a pesar de los intentos del gobierno provincial de calmar las aguas. El juez Ricardo Balor intervino en el conflicto y se creó un comité de crisis entre la Nación y la Provincia, pero estos esfuerzos no han logrado satisfacer las demandas de los manifestantes.

El sábado, la Provincia anunció una nueva recomposición salarial para los policías y penitenciarios, pero esta oferta fue rechazada por los uniformados, tanto retirados como en actividad, quienes consideran insuficientes los números propuestos. La decisión de acampar y continuar con el corte de la avenida Uruguay refleja el profundo descontento y la determinación de estos sectores de no ceder hasta obtener una respuesta satisfactoria.

 

 

La situación en Posadas es un reflejo de la creciente insatisfacción y la presión económica que enfrentan muchos trabajadores del sector público en Argentina. El descontento se ha acumulado por meses, y la pandemia de COVID-19 no ha hecho sino exacerbar las tensiones. Los efectivos de la Policía y el Servicio Penitenciario, quienes se consideran olvidados por el sistema, demandan una respuesta concreta y rápida a sus necesidades económicas.

El escenario es complejo. La presencia de fuerzas federales indica la gravedad del conflicto y la necesidad de mantener el orden público, pero también subraya la incapacidad de las autoridades locales para resolver la situación de manera independiente. El despliegue de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal en las calles de Posadas es una medida extrema que refleja el punto crítico al que ha llegado el conflicto.

Los disturbios registrados hasta ahora son un claro indicio del potencial de violencia que subyace en estas protestas. La población de Posadas observa con preocupación cómo la tensión aumenta, con la esperanza de que se encuentre una solución antes de que se produzcan enfrentamientos más grave.

 

 

El jefe de la Policía de Misiones y los voceros de los manifestantes se enfrentan a una tarea ardua: negociar una salida que satisfaga a los efectivos sin comprometer la seguridad y estabilidad de la región. Mientras tanto, los sanitaristas y docentes que se unen a la protesta añaden otra capa de complejidad, reclamando también justicia salarial en un contexto de crisis económica.

La situación en Posadas es una muestra de la realidad que enfrentan muchas provincias argentinas, donde los trabajadores esenciales sienten que sus esfuerzos no son valorados ni recompensados adecuadamente. La respuesta a esta protesta podría sentar un precedente importante para futuras movilizaciones y la manera en que el gobierno maneja las demandas de sus empleados públicos.

 

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