BOLIVIA

García Linera versus Evo Morales

Álvaro Marcelo García Linera es un político e intelectual boliviano que acompañó, como vicepresidente, al presidente Juan Evo Morales Ayma en todas las administraciones de éste desde el 22 de enero de 2.006 hasta el 10 de noviembre de 2.019, fecha en la que presentó su renuncia junto con el presidente Juan Evo Morales Ayma en medio de una crisis política. Dada su proximidad política con la formación del partido Movimiento al Socialismo, ya sea como funcionario en una posición central, así como teórico de los movimientos agrarios y comunitarios en el estado plurinacional de Bolivia, es una voz autorizada para escuchar, sobre el actual conflicto que tiene lugar en el proceso político boliviano.

García Linera versus Evo Morales

Miercoles 04 de septiembre de 2024 | 19:09

En ese proceso, una facción disidente del partido MAS, promovida por los intereses que tiene Juan Evo Morales Ayma en lograr una solución política, que interprete la Constitución y que permita cambiar el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que sentenció que la Constitución prohíbe más de dos reelecciones, lo cual lo inhabilita formalmente para presentarse en ninguna otra elección, dados los tres períodos cumplidos, ha llamado a una rebelión social en todo el territorio boliviano. Así, la Central de Trabajadores del Departamento de La Paz junto con otro sindicatos, movimientos sociales, partidos, y asociaciones civiles, convocaron a la conformación de un Cabildo abierto opositor al gobierno del presidente Luis Arce Catacora, al que acusan de los problemas sociales y económicos existentes, que en rigor de verdad se deben a los problemas estructurales que pasa la economía boliviana que tienen que ver con una matriz productiva que ya desde muchos años está agotada y exige una modificación.

En ese proceso de creciente radicalización guiado por intereses subjetivos, Evo Morales rompió toda alianza con Álvaro García Linera, a quién ha descrito como un “traidor...un enemigo más”, y le ha lanzado sus dardos más envenenados. Ahí está acusación el propio García linera respondió: “¿Qué mayor lealtad pude tener si en 2.019 renuncié a la posibilidad de ser presidente, ya que nadie pedía mi renuncia y podía haber reemplazado a Evo?”, lo que señala que la hostilidad manifiesta de Evo Morales, no hay una razón objetiva, sino una ambición personal desmedida por el poder.

García Linera ha puesto en forma clara la diferencia conceptual y no personal que él tiene con el planteo del expresidente: "Evo cree que es un problema administrativo. Que se arreglará si él preside el país en lugar de Arce. Yo creo que para preservar el proceso se necesita reformas en tres niveles: cambiar con radicalidad las estructuras económicas, nuevos discursos que entiendan lo que ha pasado en el país y lo representen, y renovación indígena de los liderazgos”.

Lo que señala el exvicepresidente es preciso, en la situación política boliviana la cuestión étnica, incluyendo la conformación del propio concepto de estado plurinacional, es una condición necesaria, pero no es una condición suficiente para una agenda política efectiva, ya que la economía boliviana se encuentra en un punto de transición en el cual los bienes primarios extractivos, tradicionales exportaciones bolivianas, comienzan a bajar de precio en forma consistente. Y el éxito que ha tenido el desarrollo del complejo sojero en el Departamento de Santa Cruz, es la asimetría profunda entre la plusvalía agraria del oriente respecto de los campos cultivables del occidente boliviano lo cual opera como un incentivo para el incipiente nacionalismo cruceño.

Por consiguiente, como señala correctamente García Linera, no es un tema de administración de quién sea el gobernante, sino de que hay que tener una mirada inclusiva y sistemática sobre todo el proceso político social boliviano, y por eso ha enfatizado recientemente que este conflicto está motivado por cuestiones personales: "Evo Morales busca debilitar a Luis Arce para lograr habilitar su candidatura. Lo malo es que, en esta pelea intestina, muy egoísta, muy mezquina, están jugando con monstruos."

En las urgencias políticas inmediatas una campaña negativa es fácil de lograr, y así se da el caso curioso que, en la presente movilización social contra el gobierno central boliviano, se unen movimientos tan opuestos como los paceños y los cruceños, y en esa confusión generalizada hay un personaje que quiere sacar un rédito personal cambiando una sentencia de un tribunal constitucional. Todo ello dinamiza una crisis que puede afectar severamente los proyectos de reforma económicos y social que van a ser puestos a consideración de los votantes en las próximas elecciones generales, cuando el actual presidente Luis Arce Catacora se presenta a reelección, y será el pueblo el que diga si es confirmado o si se busca otro proyecto y otro candidato. Contra eso conspira la creciente rebeldía y movimientos de protesta que están teniendo lugar actualmente en el estado plurinacional de Bolivia, que lo único que logran es perjudicar a su pueblo, en detrimento de las ambiciones de poder personales de Evo Morales.

 

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