
El Papa cerró en Bolivia el II Encuentro de Movimientos Populares. Se disculpó con los pueblos originarios y reclamo un cambio de sistema. Criticó a los medios monopólicos. Falsa polémica por un crucifijo.
Agencias y redacción En Orsai // Jueves 09 de julio de 2015 | 22:40
Más vale tarde que nunca. El papa Francisco pidió esta tarde perdón por las ofensas y crímenes que la Iglesia Católica cometió contra los pueblos indígenas durante la conquista de América.
Las palabras fueron rotundas en su segundo día de visita a Bolivia, que lo ha recibido como un héroe. Ante más de un millar de líderes de movimientos populares e indígenas del continente el primer papa latinoamericano de la historia dijo que, como algunos de sus antecesores, él también reconocía que en nombre de Dios se cometieron pecados graves contra los pueblos originarios.
"Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América'', señaló en medio de aplausos de los asistentes, entre ellos el presidente indígena boliviano Evo Morales.
En su mensaje ante el II Encuentro de Movimientos Populares organizado por el Vaticano y el gobierno de Evo, el Pontífice se dirigió a creyentes y no creyentes' y les pidió recordar también a "tantos obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jes£s con coraje y mansedumbre, respeto y en paz... muchas veces acompa¤ando a los indígenas y a los movimientos sociales incluso hasta el martirio''.
Francisco no es el primer papa que pide perdón, pero sí el que ha hablado más claro. La recepción que recibió de parte de los numerosos delegados de los movimientos populares fue cálida e impresionante.
LAS TRES T
El Sumo Pontífice destacó en repetidas ocasiones a lo largo de su discurso la importancia de la lucha por las tres T: ``tierra, techo y trabajo'', que representan -subrayó- ``derechos sagrados'', refiriéndose por otra parte a los indígenas, los cartoneros, los trabajadores. ``Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en la Tierra'', afirmó.
El discurso fue improvisado sólo en mínima parte, el Papa habló a lo largo de 55 minutos. Se refirió al sistema que no se aguanta, los humildes -precisó- lo han comprendido antes que los científicos".
"Este sistema -precisó- ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre tierra como decía San Francisco".
El Papa no dejó de lado a las críticas contra "la economía del Dios dinero", "los intereses de quien saquea la Madre Tierra", "el neocolonialismo" y "el monopolio de los medios de comunicación".
Sin olvidar por otra parte de referirse a aquellos "tratados denominados de libres comercio" o a la imposición de "medidas de austeridad que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres".
CRUCIFIJO TERGIVERSADO
La prensa derechista, cuándo no, puso el acento un regalo que la víspera le había dado Evo al Papa: un crucifijo tallado en madera con la hoz y el martillo en forma de cruz y el Cristo crucificado.
El crucifijo fue originalmente diseñado por el cura jesuita español Luis Espinal Camps, torturado y asesinado en 1980 por paramilitares durante los meses que precedieron a un golpe militar. Francisco se formó en la orden de los jesuitas y el miércoles hizo una parada en el sitio donde encontraron el cuerpo de Espinal. El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que era un símbolo de diálogo y no una mezcla ofensiva de fe e ideología.
La ministra boliviana de Comunicación, Marianela Paco, replicó también a las críticas de opositores por el regalo, que ya ha sido bautizado en alguna prensa como el "crucifijo comunista". Destacó que la hoz identifica a los labradores y el martillo a los obreros, "poblaciones humildes, trabajadores, pueblos de Dios".