Daniel Feierstein advierte sobre los peligros de la retórica de odio de Javier Milei y su paralelismo con genocidios históricos
entrevista radial // Viernes 20 de septiembre de 2024 | 11:15
En una conversación profunda, el sociólogo y especialista en genocidios revela cómo la deshumanización del otro puede desembocar en la violencia y el exterminio, poniendo en riesgo la convivencia democrática en Argentina.
El reciente video del presidente Javier Milei, donde se refiere específicamente a quienes piensan diferente, ha encendido alarmas en la sociedad argentina. Daniel Feierstein, sociólogo e investigador del CONICET, no solo analiza este episodio como un mero hecho aislado, sino que lo inserta dentro de una narrativa más amplia que ha estado tomando forma en los últimos años. La gravedad de la situación, argumenta, radica en que el discurso de odio no solo es emitido desde el poder, sino que se encuentra eco en un entramado mediático que lo legitima y normaliza.
Feierstein explica que el proceso de deshumanización del adversario es un clásico en la retórica de odio. Este fenómeno, presente en los discursos que preceden a genocidios, convierte al otro en un "virus" o en una "plaga", lo que elimina la posibilidad de diálogo. "La diferencia política se transforma en un problema de supervivencia", señala, advirtiendo que este tipo de lenguaje puede llevar a consecuencias trágicas. En la historia, la deshumanización ha sido un precursor de actos de violencia extrema; desde el Holocausto hasta el genocidio en Ruanda, este patrón es inquietantemente similar.
El peligro de este tipo de retórica radica en su capacidad para justificar la violencia. Cuando se presenta al opositor como una amenaza, se sienta un precedente que puede desembocar en acciones violentas por parte de individuos o grupos. "El paso siguiente es la eliminación del otro", advierte, enfatizando que la historia ha demostrado que este proceso no comienza con el Estado, sino en las calles, en el discurso público que deshumaniza a grupos enteros.
Feierstein sostiene que no se trata únicamente de un fenómeno que emana del Ejecutivo, sino que el entorno mediático ha jugado un papel fundamental en la creación y difusión de estos discursos. "Los medios han permitido que circulen sin una reacción colectiva adecuada", afirma. Esta falta de respuesta de la sociedad ante la normalización de discursos de odio es preocupante. La complicidad de los medios, que a menudo amplifican estas voces, se convierte en un factor que agrava la situación, permitiendo que las ideas extremas se arraiguen en la esfera pública.
La preocupación de Feierstein no está infundada. El discurso del odio se ha infiltrado en la política institucional, transformando lo que alguna vez se pareció inaceptable en algo que puede ser discutido abiertamente. "La legitimación de este tipo de discursos es un signo de alerta. Cuando lo que se dice en la esfera política se ha dejado de lado y se acepta como parte del debate, estamos ante un problema serio", advierte.
El desafío, señala Feierstein, es que la sociedad argentina debe establecer límites claros para evitar que estos discursos se instalen como parte de la normalidad. "Hay que ser capaces de establecer un límite colectivo, no podemos aceptar la deshumanización de nadie", enfatiza. La historia ha demostrado que los regímenes que se sustentan en la deshumanización de otros comienzan con pequeños pasos, y es vital que la sociedad reconozca esta progresión antes de que sea demasiado tarde.
Este momento de la política argentina exige una respuesta clara y unificada ante los discursos que promueven la violencia y la división. "No podemos seguir permitiendo que estas ideas circulen sin un costo político", advierte Feierstein, subrayando la importancia de que la política y la sociedad se mantengan firmes en la defensa de la dignidad humana.
NUEVO ATROPELLO
– En Orsai (@EnOrsai) 19 de septiembre de 2024
Asado y hambre
El 17 de septiembre, el presidente honró a los 87 “héroes” que permitieron avanzar en un nuevo atropello a los jubilados, ofreciéndoles un asado en una cena privada en la Quinta Presidencial de Olivos... https:// t.co/YhZMuhjkZp
Las recientes tensiones políticas, incluido el intento de asesinato de Cristina Kirchner, ilustran la peligrosidad de permitir que el discurso de odio prospere. "Lo que estamos viendo es una autorización tácita a la violencia, donde cualquier individuo puede sentirse legitimado para actuar en base a discursos deshumanizantes", explica. Esta dinámica, en la que la violencia puede ser ejercida por cualquiera, pone a la sociedad en un terreno inestable y peligroso.
Feierstein concluye su análisis con un llamado a la acción: "Es fundamental frenar la deshumanización antes de que el caos y la violencia se normalicen en la vida cotidiana". La lucha contra el odio y la promoción de una cultura del diálogo deben ser prioridades en la agenda política y social.
El fenómeno del discurso de odio no es nuevo, pero su manifestación en la política actual de Argentina representa una amenaza latente. Las palabras tienen poder, y es responsabilidad de todos—sociedad, medios y políticos—reconocer el riesgo que implica permitir que este tipo de retórica continúe. La historia nos ha enseñado que no se debe subestimar el poder de la deshumanización. En este sentido, es imperativo actuar antes de que sea demasiado tarde.
... un escándalo de proporciones que involucra actividades ilícitas, robos y un sistema de protección política. Este caso expone los peligros de la falta de controles sobre los dirigentes de un partido que pregona la eliminación del Estado y la reducción de las regulaciones. pic.twitter.com/e7fbhlkf30
– En Orsai (@EnOrsai) 20 de septiembre de 2024