
El gobierno de Javier Milei agradeció públicamente a China por la renovación del swap de monedas, aliviando así la presión sobre el sistema financiero argentino. A pesar de sus anteriores críticas al régimen comunista, el presidente busca ahora estrechar lazos con Xi Jinping en un intento desesperado por estabilizar la economía nacional. Una promesa de campaña más incumplida, y van...
Walter Onorato // Sábado 15 de junio de 2024 | 09:48
(Por Walter Onorato - @WalterOnorato) La administración de Javier Milei, caracterizado por una retórica incendiaria anticonunista, ha emitido recientemente un comunicado de agradecimiento a China por la renovación del swap de monedas, un acuerdo que permite a Argentina utilizar yuanes en sus transacciones internacionales.
Este gesto, que contrasta fuertemente con las posturas adoptadas por Milei durante su campaña electoral, demuestra las contradicciones de un presidente que en pocos meses de gestión ha sido señalado por mucho cómo un improvisado en el tema económico.
El comunicado oficial, difundido por la Oficina del Presidente, no tuvo otra alternativa que reconocer la importancia de esta renovación para la economía argentina. "Agradecemos la confianza depositada en el plan económico", se lee en el texto, que subraya el alivio que este acuerdo representa para el sistema financiero del país. Con un nuevo plazo de gracia para comenzar a pagar la deuda de 5 mil millones de dólares con el gigante asiático, el gobierno de Milei busca ganar tiempo y espacio gracias a sus “aliados” comunistas.
La renovación del swap con el Banco Popular de China (PBOC), anunciada por el Banco Central (BCRA) el miércoles pasado, es un claro ejemplo de esta disonancia.
"La renovación del swap es un alivio para el sistema financiero y contribuye al saneamiento del balance con el Banco Central", sostiene el comunicado gubernamental que hace malabares dialécticos para evitar quedar lo menos ridículo posible.
Los mismos libertarios reconocen que esta medida es crucial para la estabilidad de las reservas internacionales del país y, en última instancia, admiten que gracias a sus odiados comunistas evitan una crisis en la balanza de pagos que podría tener consecuencias catastróficas para la economía argentina.
Además del alivio financiero inmediato, el comunicado resalta el "vínculo respetuoso entre ambos países" como un paso fundamental para "el desarrollo comercial y la prosperidad de ambas naciones". Un mensaje que dejó de lado todos los comentarios hechos por Milei en otro momento.
Ni que mencionar los dichos de la canciller Diana Mondino que durante un viaje a China en abril pasado, hizo una declaración controvertida al referirse a la investigación sobre la base China en la Patagonia. "Nadie detectó que hubiera personal militar allí; son chinos, son todos iguales", dijo, generando una ola de críticas tanto en Argentina como en el exterior.
El anuncio de que el presidente Milei visitará China y tendrá una reunión bilateral con su homólogo Xi Jinping el próximo 4 de julio ha generado una ola de especulaciones y críticas. Esta visita, que contrasta fuertemente con las declaraciones de Milei durante su campaña, donde aseguró que no haría "acuerdos con comunistas", pone de relieve las contradicciones de su gobierno que analizamos en una nota en el día de ayer.
La renovación del swap con China y la próxima visita de Milei a Beijing son pasos de una la relación bilateral entre ambos países marcada por tensiones y contradicciones. Es innegable que China juega un papel crucial en la economía argentina y su apoyo financiero evitó el colapso económico.
Las promesas de campaña y la retórica anti-comunista de Milei remarcan la incoherencia y la falta de principios en sus decisiones demostrando un alejamiento de los principios ideológicos proclamados durante su campaña. En definitiva, por lo analizado, no es un anarcocapitalista y mucho menos un liberal clásico.