Un nuevo golpe al bolsillo en julio: las petroleras ya ajustan precios y el consumo se desploma
Estación de servicio vacía en Argentina por caída del consumo de combustibles
En Orsai // Domingo 22 de junio de 2025 | 09:24
Las petroleras privadas ya comenzaron a mover sus fichas y subieron los precios entre un 4 y un 5%. La incógnita ahora es qué hará YPF, la empresa de mayoría estatal que, en los hechos, se ha vuelto impredecible desde la llegada del gobierno de Javier Milei. El gerente general de CECHA (Coordinadora de Entidades que Expenden Combustibles), Guillermo Lego, confirmó que “algunas petroleras ya pegaron el salto”, y advirtió que la decisión de YPF será clave para definir el rumbo del resto del mercado.
"YPF prometió que si subía el crudo, subía el precio, y si bajaba, bajaba. Bueno, ahora habrá que ver si cumple", lanzó Lego con tono irónico en diálogo con Radio Rivadavia, apuntando contra la falta de reglas claras y la volatilidad que reina en el sector energético argentino.
Uno de los factores que presiona los precios es la cotización internacional del crudo Brent, que pasó de 63 a 77 dólares en pocas semanas. Aunque ese valor aún está por debajo del pico de 84 dólares que alcanzó hace un año, las petroleras locales no pierden oportunidad de remarcar. “El incremento no es tan alto si se lo mira en perspectiva, pero igual se traslada a surtidor”, explicó Lego, dejando entrever que el aumento no responde solo a costos, sino también a lógica financiera.
Mientras tanto, el consumo de combustibles cayó un 17% interanual, y la tendencia no parece revertirse. “Es una baja muy fuerte para nuestro sector”, reconoció el directivo. La crisis económica, el parate industrial y la recesión en marcha configuran un cóctel explosivo que agrava la situación.
El gobierno de Javier Milei insiste con el relato de la “desinflación exitosa”, pero en los surtidores la historia es otra. Cada aumento de la nafta impacta en cascada sobre toda la economía: desde los fletes y los precios en góndola hasta los costos productivos. El supuesto “sinceramiento” de precios que pregona el oficialismo se transforma en ajuste feroz para los sectores medios y trabajadores, que ya piensan dos veces antes de usar el auto o la moto.
En este contexto, la pasividad de YPF —hoy comandada por técnicos que responden al ideario libertario— deja al mercado sin brújula y con un horizonte de mayor inestabilidad. Las petroleras privadas, mientras tanto, juegan libremente en un esquema sin controles ni orientación estatal.
Según CECHA, el aumento estimado rondará el 5% a comienzos de julio, aunque podría ser aún mayor si el gobierno convalida la suba del Brent como excusa. La pregunta no es solo cuánto más va a subir la nafta, sino cuánto más puede resistir una economía paralizada y una ciudadanía al límite.
Cada decisión energética que se toma desde la cúpula del poder afecta directamente la vida cotidiana. Con estaciones vacías, camiones parados y familias que eligen entre llenar el tanque o comprar alimentos, el precio del combustible se ha vuelto otro termómetro de la crisis.