
El licenciado Javier Gerardo Milei presenta como un hecho diplomático importante su presencia, fruto de una invitación especial cursada por su simpatizante política local y presidenta del Consejo de ministros Giorgia Meloni, en la reunión del llamado G7 que tiene lugar en la República de Italia.
Viernes 14 de junio de 2024 | 11:34
El licenciado Javier Gerardo Milei presenta como un hecho diplomático importante su presencia, fruto de una invitación especial cursada por su simpatizante política local y presidenta del Consejo de ministros Giorgia Meloni, en la reunión del llamado G7 que tiene lugar en la República de Italia.
Pero las reuniones del G7 - un grupo informal y no un organismo multilateral conformado por Francia, Japón, Estados Unidos de América, el Reino Unido, Italia, y Canadá- son reuniones en los cuales estos países dirimen sus cuestiones internas, algún modo con la vieja lógica que se resume en la fórmula " que nadie patee el tablero". Se trata de un grupo de interés que sólo atiende a su beneficio particular.
Y su historia claramente lo señala: El G7 nace en 1975 cuando ocurre la primera crisis del petróleo, cercana a la guerra del Sinaí de 1973, cuando la OPEP levantó fuertemente los precios del barril de petróleo. El objetivo declarado de esa reunión de países con intereses particulares de ellos fue "...resolver diferencias entre sus miembros y tomar decisiones sobre cómo orientar sus políticas...promoción de la democracia, respeto de los derechos humanos, economía de mercado libre e inclusiva, y respeto del derecho internacional”.
Ahora bien, no es coincidencia que estas naciones poseen el 41,42 % de la participación en la junta de directores del Fondo Monetario Internacional. De acuerdo al reglamento del Fondo Monetario Internacional cualquier decisión exige una mayoría calificada del 70%, con lo cual el G7 domina absolutamente la política financiera internacional y trazar las líneas directrices de la política económica del planeta, porque pueden bloquear cualquier iniciativa del resto de los países miembro del fondo monetario internacional, dada la relación cuantitativa en la junta de directores.
Y un comentario adicional se puede hacer sobre la declaración acerca de la promoción de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la cooperación tecnológica, coacción autocrática, o como la economía del libre mercado e inclusiva.
Cualquier estudiante de ciencias económicas o de derecho, sabe que estos conceptos son conceptos semánticamente amplios o hasta polisémicos, es decir qué significan muchas cosas distintas según los diccionarios que emplea cada uno. Que lo importante a la hora de aplicar estos conceptos no es el mero concepto declarado sino el diccionario con el que se lo emplea. Y claramente el diccionario de los Estados Unidos de América no es exactamente el mismo diccionario de Burkina Faso, es decir que estos conceptos tendrán contenidos distintos según realidades nacionales distintas.
Asistir al G7, recuerda a alguna escena de viejas películas mudas en donde algunos miserables miran por la ventana de un gran restaurante como los ricos de la ciudad se daban un gran banquete. No tiene ningún sentido, simplemente es una diplomacia gestual.
La República Argentina no necesita complacer a un grupo de naciones que defienden sus intereses privados, e incluso necesita rechazar la mera idea de que en grupo de naciones puedan defender sus intereses privados en beneficio de la humanidad.
La República Argentina necesita acuerdos bilaterales o multilaterales recíprocos para su comercio exterior, e instrumentos para financiar sus deudas que desacoplen estos pagos de las fluctuaciones especulativas de los mercados financieros internacionales. Todo lo demás es obrar como espectadores pasivos de naciones que nos van a ayudar si en ello se benefician más aún.