La corte Suprema desestimó la denuncia de Cecilia Pando contra la Revista Barcelona por una portada que satirizaba su postura a favor de los genocidas de la última dictadura.

Pese a haber sido condenada en primera instancia, la revista recibió el aval del tribunal para ejercer su derecho a la Libertad de Expresión y ejercer el periodismo. Además, en el fallo se considera que la defensora de genocidas "por su activa participación en el debate público respecto de los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura” está sujeta a cuestionamientos públicos.

A raíz de esta resolución, el editor de la publicación, Fernando Sánchez, afirmó en Página 12 que "si la condena se hubiese mantenido, la posibilidad de seguir haciendo la revista era igual a cero. El dinero actualizado de la demanda significaba de manera segura cerrar la revista".

El fallo afirma que la tapa por la cual Pando inició la demanda “no resulta lesiva del derecho al honor de la actora (Pando), dado que constituye una crítica política que no excede los límites de la protección que la Constitución Nacional otorga a la libertad de expresión, pues no configura un insulto gratuito ni una vejación injustificada”.