
Las ventas minoristas pymes volvieron a mostrar números rojos en julio. Según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la facturación real cayó 2% interanual y se desplomó 5,7% frente a junio, a precios constantes. El consumo interno, motor histórico de la economía argentina, sigue paralizado bajo el peso del ajuste libertario, el endeudamiento familiar y la falta de crédito.
Un año con saldo positivo, pero con la gente gastando menos
En lo que va de 2025, las ventas acumulan un crecimiento interanual del 7,6%, pero este dato se explica más por la baja base de comparación del año pasado que por una recuperación real. El informe revela que las familias concentran sus compras en productos de primera necesidad, planificando cada gasto y evitando comprometerse con cuotas largas.
Los rubros más golpeados
De los siete sectores relevados, cuatro sufrieron caídas. La mayor retracción fue en Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-6,7%), seguido por Textil e indumentaria (-5,1%), Calzado y marroquinería (-2,5%) y Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-1,9%).
Solo tres rubros lograron un leve crecimiento: Perfumería (+1,8%), Farmacia (+0,9%) y Alimentos y bebidas (+0,4%), todos impulsados por factores estacionales más que por una mejora sostenida.
El impacto del ajuste y la política económica
El informe describe un escenario marcado por el endeudamiento de los hogares, el encarecimiento del crédito y el aumento de tarifas y costos operativos. En este contexto, los comercios aplican promociones, cuotas sin interés y descuentos como estrategias de supervivencia, pero aún así no logran revertir la caída de la demanda.
La presión impositiva, la competencia de grandes cadenas y la avalancha de importaciones baratas completan un cuadro que deja a las pymes cada vez más expuestas. En varios casos, la rentabilidad es tan baja que apenas alcanza para cubrir los gastos básicos, lo que obliga a cierres, reducción de personal o ventas anticipadas de stock.
Expectativas en caída
Si bien el 49,2% de los comerciantes cree que su situación mejorará el próximo año, crece la porción que anticipa un empeoramiento (10,1%). La incertidumbre política y económica bajo la gestión de Javier Milei golpea de lleno la confianza del sector.
Un país que consume menos
El patrón de consumo en Argentina confirma un dato alarmante: las familias están gastando menos y priorizando la supervivencia. El ajuste libertario, lejos de reactivar la economía, consolida un modelo que vacía comercios, debilita a las pymes y concentra el mercado en manos de grandes corporaciones.
Sin crédito accesible, con tarifas en alza y con salarios que pierden contra la inflación, el pequeño y mediano comercio argentino enfrenta un invierno más largo que el calendario: el invierno económico.