
Miles de argentinos y latinoamericanos descendientes de italianos viven en Europa sin ciudadanía. Sin papeles, sin derechos, y en el limbo legal de la "italianidad no reconocida".
Descendientes de italianos sin ciudadanía en Europa: jóvenes invisibles
EnOrsai // Lunes 04 de agosto de 2025 | 23:32
Ciudadanía negada: cómo sobreviven los descendientes italianos sin papeles en Europa
Roma, Madrid, Berlín — Son hijos, nietos y hasta bisnietos de italianos. Hablan castellano, pero llevan apellidos como Rossi, Bianchi, De Santis, Mancini. Migraron con la ilusión de “volver a las raíces” y reconstruir su futuro en la tierra de sus abuelos. Pero sin ciudadanía, quedaron atrapados en el peor laberinto legal de Europa: el de la italianidad no reconocida.
Desde hace años, miles de jóvenes argentinos, uruguayos y colombianos viven en ciudades italianas o españolas sin papeles. No son considerados migrantes comunes. Son lo que algunos académicos llaman “ciudadanos potenciales”: personas que podrían tener pasaporte europeo, pero a quienes la burocracia —y el desdén estatal— les cerró la puerta.
“Te hacen sentir que sos parte de Italia, pero te tratan como si fueras de afuera”, cuenta Belén, una joven rosarina que trabaja en negro en una trattoria en Milán. “Soy bisnieta de un italiano, tengo todos los papeles, pero me piden partidas imposibles de conseguir o me ponen trabas ridículas”.
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Quienes no logran tramitar la ciudadanía terminan en empleos informales, sin contrato, sin seguro médico y con riesgo permanente de ser expulsados. “Me explotan limpiando pisos por 3 euros la hora”, dice Nicolás, que lleva dos años en Roma sin poder regularizar su situación. “Y ni siquiera puedo denunciarlo, porque no existo para el Estado”.
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En muchas comunas, los consulados están colapsados o directamente cierran las puertas a los nuevos trámites. Las demoras para un turno pueden ser de hasta tres años. Y mientras tanto, estos descendientes italianos —con sangre italiana— viven como extranjeros ilegales.
La legislación italiana permite el reconocimiento por iure sanguinis —derecho de sangre—, pero solo bajo condiciones estrictas y cada vez más excluyentes. En la práctica, Italia está cerrando las puertas a sus propios descendientes, especialmente los nacidos en Latinoamérica.
Activistas y asociaciones de italianos en el exterior denuncian que se trata de una discriminación estructural contra latinoamericanos, basada en estereotipos y desinterés político. “Somos millones los que tenemos derecho, pero nos bloquean por cuestiones administrativas”, afirma Teresa Longhi, referente de Italiani Senza Frontiere.
El fenómeno no es menor. Según estimaciones no oficiales, hay al menos 250.000 descendientes de italianos viviendo en Europa sin ciudadanía. Y el número crece cada año, al ritmo de la crisis en América Latina y las nuevas olas migratorias.
Mientras tanto, Europa los invisibiliza, Italia los ignora, y los consulados siguen sin dar respuesta.
“Nos dicen que somos italianos... pero no nos dejan serlo.”
En un continente que se llena la boca con discursos sobre integración, estos jóvenes son los nuevos parias del siglo XXI: con apellido italiano, con sangre italiana, pero sin papeles. Y sin futuro.
Por En Orsai Publicado el 4 de agosto de 2025