Un negocio millonario que opera en las sombras
La venta de datos financieros se ha convertido en un mercado global que mueve miles de millones de dólares cada año. Según especialistas en ciberseguridad, bancos, fintech y empresas de análisis de riesgo participan —directa o indirectamente— en la recolección y comercialización de información personal de sus clientes.
Esta información incluye desde movimientos bancarios hasta hábitos de consumo, localizaciones y transacciones con tarjetas de crédito. Y, aunque las empresas suelen hablar de “uso estadístico” o “análisis de mercado”, en la práctica los datos terminan en manos de terceros que pueden utilizarlos para campañas comerciales agresivas o, en casos extremos, para fraude financiero.
Cómo se venden tus datos sin que lo sepas
El mecanismo es tan simple como opaco. Muchas entidades financieras incluyen en sus contratos cláusulas ambiguas sobre el uso de la información, lo que les permite compartirla con “socios comerciales”. En la práctica, esta cesión de datos abre la puerta a que se revendan una y otra vez en un circuito difícil de rastrear.
“El usuario promedio nunca lee la letra chica, y ahí es donde se cede prácticamente todo el control sobre su información”, advirtió un experto en derecho digital consultado para esta nota.
La falta de regulación y el rol de los Estados
A pesar de las leyes de protección de datos vigentes, los marcos regulatorios son débiles frente a un mercado que evoluciona más rápido que las normas. En Argentina, la Ley 25.326 establece derechos sobre el uso de datos personales, pero su aplicación efectiva en el ámbito financiero sigue siendo limitada.
En países como Estados Unidos y México, las regulaciones son más estrictas, pero la presión de los lobbies fintech y bancarios frena muchas iniciativas de control.
Por qué las fintech están en el centro del debate
Las empresas de tecnología financiera no solo manejan pagos y transferencias: recopilan y procesan datos a una escala sin precedentes. Esto les permite ofrecer servicios más personalizados, pero también abre la puerta a prácticas cuestionables, como la venta de perfiles de consumo a empresas de marketing y aseguradoras.
“El verdadero negocio no es la comisión por transacción, sino la información que se obtiene de cada usuario”, señala un informe reciente sobre big data y finanzas digitales.
Riesgos para los usuarios
Además de la invasión a la privacidad, la venta de datos puede derivar en robos de identidad, fraudes bancarios y discriminación financiera. En algunos casos, la información es usada para ajustar tasas de interés o negar créditos a determinados perfiles de clientes.































