
Mientras miles de familias padecían la crecida de los ríos y arroyos y debían abandonar sus hogares, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, estaba de vacaciones en Cancún. Luego de volver y juntarse con Macri, Mariu justificó sus vacaciones y jugó al ping pong.
Pep - Redacción En Orsai // Martes 24 de enero de 2017 | 08:56
Luego de reunirse con el presidente en Olivos, Vidal siguió de recorrida (¿electoral?) con otro Macri, Jorge el intendente de Vicente López. En un contacto con la prensa no pudo evitar la pregunta incomoda sobre sus vacaciones en medio de un clima de zozobra en el norte provincial.
El primer reflejo de la Gobernadora fue justificar sus vacaciones, se victimizó y aseguró que "seis días de descanso con mis hijos después de un año muy difícil, con muchos cambios para ellos y para mí, con dificultades y habiendo pasado situaciones de mucha dificultad personal".
"Cuando llegamos, había 39 colchones en un depósito para emergencias; hoy hay más de 60 mil. Tenemos capacidad de respuesta en cada lugar que la provincia necesite. Tenemos que trabajar en lo profundo; lo más importante es invertir en las obras", sostuvo.
Así trató de quitarse responsabilidades por abandonar a los vecinos que debieron abandonar sus hogares por las inundaciones. Pero no hizo referencia a la subejecución del presupuesto de las obras para las soluciones hídricas.
Pero el año pasado, desde la gobernación bonaerense solo se ejecutó el 60% del presupuesto para obras hídricas en la provincia. Obras que habrían ayudado a evitar inundaciones como las que suceden en estos momentos. Pese a todo lo que menciona Vidal en los medios, frenó la ejecución de algo que es de suma importancia.
Lejos estuvo la gobernadora de mostrar cierta sensibilidad como la que exhibía en plena campaña.