Las palabras de mariano Echavarría corrieron como reguero de pólvora. "Si perdemos contra el Copiatá (sic) sería una catástrofe" había anunciado el aguerrido defensor xeneixe, a principios de esta semana. Las repercusiones no se hicieron esperar, desde la respuesta de los hinchas en las redes sociales, hasta el jugador paraguayo Julio Irrazábal que le respondió en un tweet un tanto agraviante.

Media catástrofe está consumada, dirán en Paraguay. Y es que el joven Capiatá, que sólo tiene seis años desde su fundación, dió el gran golpe de su historia enmudeciendo uno de los estadios más importantes del mundo.

Fue 1-0 con un gol en contra de Magallán, tras un tiro de esquina y la peinada en el primer palo de un jugador visitante. Capiatá hizo eso y poco más en ataque, sin embargo se lució echando un candado en el área grande, a la altura de las célebres defensas paraguayas. Boca intentó todo el partido y no pudo penetrar el muro que imponía el equipo dirigido por Héctor Marecos. Cuando pudo hacerlo, el formidable arquero Antonio Francos respondió de manera espectacular.

Con este resultado, el Xeneixe deberá sacar a relucir la histórica chapa copera que lo supo distinguir, cuando el próximo jueves se dispute el partido de vuelta en el estadio de Deportivo Luqueño.