
Mientras el gobierno de Javier Milei profundiza su ajuste con despidos en el Estado y la amenaza de privatizaciones, analizamos el costo humano y social de la "motosierra" sobre los trabajadores, sus familias y los servicios esenciales que sostienen a los más humildes.
En Orsai // Viernes 13 de junio de 2025 | 09:07
Desde la asunción de Javier Milei, una palabra ha dominado el discurso oficial y ha generado pánico en miles de hogares argentinos: "motosierra". Presentada como la herramienta indispensable para sanear las cuentas públicas y combatir la inflación, esta metáfora del ajuste fiscal se está traduciendo, día tras día, en una cruda realidad para miles de trabajadores estatales: despidos masivos, incertidumbre laboral y el desmantelamiento de áreas vitales del Estado. En enorsai.com.ar, creemos que detrás de cada número de ajuste hay una historia, una familia, un proyecto de vida truncado. Este no es solo un problema económico; es una cuestión de derechos humanos, de justicia social y de la dignidad de los trabajadores.
Nuestra investigación va más allá de los comunicados oficiales. Queremos analizar el verdadero impacto de esta política de "motosierra" no solo en los empleados públicos directamente afectados, sino en la calidad de vida de los argentinos, especialmente los más humildes, que dependen de esos servicios estatales. ¿Qué se esconde detrás de la retórica del "Estado ineficiente"? ¿Y cuál es el costo real de un ajuste que parece priorizar el equilibrio fiscal por encima del bienestar social y la paz laboral?
El gobierno ha justificado los despidos bajo el argumento de la "reducción del gasto público" y la "eliminación de la grasa del Estado". Sin embargo, la realidad en las dependencias públicas dista mucho de ser una simple poda de "ñoquis" o de estructuras redundantes.
La política de no renovación de contratos y cesantías ha afectado a miles de personas con años de experiencia y dedicación. No son solo estadísticas: son padres y madres de familia, sostén de hogar, profesionales con trayectorias. Muchos de ellos, contratados bajo modalidades precarias o "a término" por años, quedan en un limbo legal y financiero, sin indemnización y con mínimas posibilidades de reinserción inmediata en un mercado laboral recesivo. Los testimonios recogidos por nuestro equipo revelan una profunda angustia y una sensación de injusticia ante la arbitrariedad de las decisiones, que a menudo no responden a evaluaciones de desempeño sino a criterios políticos de "línea" con la gestión actual.
La "motosierra" no solo afecta a los empleados; impacta directamente en los servicios que el Estado debe garantizar. Áreas como:
El resultado es un Estado que se retrae, dejando desprotegidos a los sectores más vulnerables de la sociedad, que son quienes más dependen de estos servicios. Los derechos humanos, que tanto nos ha costado conquistar, se ven amenazados cuando el acceso a la salud, la educación o la alimentación básica deja de ser una prioridad.
El discurso oficial, anclado en premisas neoliberales, suele responsabilizar al "gasto público" por la crisis, sin reconocer el rol del Estado como garante de derechos y como motor de la economía.
La narrativa de la "casta" ha servido para deslegitimar el rol del Estado y estigmatizar al empleado público, presentándolo como un privilegiado. Sin embargo, la realidad es que la gran mayoría de los trabajadores estatales son empleados esenciales, con salarios que apenas cubren la canasta básica y que brindan servicios de primera necesidad. Esta división artificial busca generar un enfrentamiento entre el sector privado y el público, cuando en verdad la precarización laboral y la pérdida de derechos afectan a la clase trabajadora en su conjunto.
La amenaza de privatizaciones masivas de empresas y servicios públicos, lejos de ser una solución, abre la puerta a la precarización laboral y al encarecimiento de servicios esenciales para la población. La experiencia histórica de privatizaciones en Argentina ha demostrado que, a menudo, estas medidas resultan en tarifas más altas, peor calidad de servicio y, nuevamente, un impacto negativo en el empleo y los derechos laborales. El modelo propuesto por el gobierno de Milei parece desandar décadas de luchas por el reconocimiento de derechos y la construcción de un Estado de bienestar.
Frente a este panorama, la respuesta de los sectores populares y de los trabajadores no se ha hecho esperar. Las calles se llenan de voces que exigen no solo la reincorporación de los despedidos, sino un modelo económico y social que ponga en el centro a las personas y no al ajuste fiscal.
Organizaciones sindicales, movimientos sociales y asambleas barriales se articulan para resistir el avance de las políticas de ajuste. Las movilizaciones no son solo un reclamo salarial; son un grito por la dignidad laboral, por la defensa de los derechos adquiridos y por un modelo de país más justo y equitativo. La unidad en la lucha se presenta como la principal herramienta para frenar la "motosierra" y defender el tejido social.
En enorsai.com.ar, asumimos el compromiso de seguir iluminando la verdad, mostrando las caras y las historias detrás de los números. En tiempos de discursos únicos y narrativas simplistas, nuestro rol es ofrecer una mirada crítica, basada en datos y en la voz de los afectados, para que la sociedad pueda formarse su propia opinión y entender las implicaciones profundas de las decisiones políticas. Defender los derechos humanos, los trabajadores, los humildes y la paz social es, para nosotros, un pilar innegociable de la tarea periodística.
¿Qué opinas de esta política de ajuste? ¿Cómo te afecta a vos o a tu entorno? ¿Creés que es el camino para la Argentina? ¡Compartí tu perspectiva en los comentarios y sumate al debate en enorsai.com.ar!