análisis profundo

Los tanques editoriales, a fondo contra Massa y Cristina

La repetición diaria de pronósticos aciagos para la economía, como parte del combate electoral contra el oficialismo y su candidato, compite en los espacios de Clarín y La Nación con el aplauso, el regocijo y la exaltación por las nuevas medidas judiciales contra Cristina Kirchner, con la certeza de que volverá a ser condenada y que, en 2024, estará en prisión domiciliaria

Foto: bae

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Lunes 25 de septiembre de 2023 | 10:24

LOS TANQUES EDITORIALES, A FONDO CONTRA MASSA Y CRISTINA

(Por Hugo Muleiro @HugoMuleiro)* En tanto, ambos diarios buscan apuntalar la candidatura de Patricia Bullrich no solo con la promoción de su campaña sino con una ligera aceleración contra Javier Milei, nunca por sus ideas de fondo sino por su talante y modos desprolijos, una toma de distancia circunstancial. Seguro el tono cambiará y retomará complacencia si el ultraderechista pasa a segunda vuelta para competir con Sergio Massa.

El jolgorio editorial por la resolución de la Cámara Federal de reabrir causas ya sobreseídas contra la Vicepresidenta mostró un batallón –o dos- de columnistas en perfecta formación. Cumplieron el paso con disciplina firme Santoro, Salinas, Savoia, Vaca, Gambini y Bonelli, en Clarín, y Morales Solá, Cappiello, Rodríguez Niell, Alconada Mon y Pagni, de La Nación. Sepa el lector disculpar alguna omisión.

Ni uno de estos “periodistas” encontró un solo motivo para objetar siquiera un matiz de los fallos o encontrar una fuente que lo hiciera. Y no faltaron los que jugaron con figuras mortuorias, con el ADN del 76 y especialmente sensibles si se toma en cuenta que el mismo dispositivo judicial se niega a investigar conexiones políticas y económicas del grupo que quiso asesinar a la Vicepresidenta.

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Clarín lo hizo el martes, aunque sin firma visible, al ponderar el fallo que reabre la causa de los hoteles y la del Memorándum con Irán como “un tiro para el lado de la justicia”. El “amigo Héctor” sigue empujando los fallos que sí salen, y que son “demoledores”, como escribió Savoia.

La vocación de exterminio –en términos que dialogan perfectamente con la propaganda política de la otra vez entonada Pata Bullrich- la firmó Cappiello, en La Nación, cuando escribió que los fallos le “estallan” a Cristina Kirchner.

Por si alguien tenía alguna duda de los fines de este dispositivo tan aceitado, Vaca en Clarín hizo notar que el fallo es una mala noticia para la campaña de Massa y excelente para la de Bullrich. Morales Solá, en tanto, dice que hay “pruebas” que ya condenan a la Vicepresidenta y a su hijo Máximo. Pero esto no le alcanza: propone la expulsión de los jueces que la sobreseyeron, una bonita señal para el resto de la “familia judicial” y los muy pocos díscolos que fallan con criterios diferentes.

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En fin, Gambini de Clarín la declaró una vez más culpable, por el Memorándum con Irán nunca aplicado, en la saga persecutoria que se cobró la vida de Héctor Marcos Timerman en 2018. Y Bonelli bajó el martillo en el mismo diario, el viernes: el año próximo Cristina Kirchner estará prisionera en su casa. Ya el domingo lo repitió un columnista de tercera línea, Fioriti, babeándose por los “días fatídicos” que esperan a Cristina Kirchner.

Por lo demás, cada anuncio del ministro/candidato es llevado a la consigna del aumento del déficit fiscal, la supuesta furia del Fondo Monetario Internacional, el “peligroso” incumplimiento de metas, la “bomba” que va a explotar de un momento a otro. Y para esta campaña, a los tanques les vino de perilla la denuncia de “las tarjetas de la corrupción” en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, en un hecho en el que Pagni se apresuró a dictaminar la complicidad del “massismo platense”.

La decisión editorial de acompañar a Bullrich en su intento por llegar a segunda vuelta incluye varios tipos de despliegue. Uno de ellos, la exaltación –por momentos grotesca- para propalar sus actos de campaña, aplicada también al triunfo de la derecha en Mendoza. “Envión clave”, “Inyección de optimismo” y “entusiasmo” son títulos del lunes.

Otro es la ocurrencia del “pacto Massa-Milei”, en el que hace varias semanas viene machacando Morales Solá en La Nación y que Juntos por el Cambio terminó por copiar. El voto de Milei a favor de la eliminación del Impuesto a las Ganancias fue explotado con esos fines y de paso sirvió para ocultar la incómoda oposición del PRO a una medida que fue una promesa de Macri en 2015.

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La hostilidad relativa con el economista de ultraderecha que entre estos mismos medios y en tres o cuatro más llegó a acumular 225 entrevistas –un plan expresamente ideado, presupuestado y ejecutado para instalarlo como figura pública-, se expresó sobre todo en reproches a sus modales, pero muy poco más.

Roa, de Clarín, un soldado de Bullrich, lo ubica como parte de la “casta” a la que dice combatir, en tanto Kirschbaum sostiene que en Estados Unidos lo ven con preocupación. Morales Solá, que hace pocas semanas le encontró sabiduría económica, escribe ahora que los empresarios están preocupados. Y también periodistas, entre los que se ubica en primer plano.

En fin, unos fuegos artificiales, que como se sabe son visibles nada más un momento. El 23 de octubre, si las condiciones así lo determinan, no tendrán inconveniente en olvidar todo lo escrito y más tomando en cuenta la simpatía que las ideas de Milei generan en Macri. Y más, todavía, si fuera cierto lo que escribió Bonelli el viernes 22: que “Mauricio y Javier” hablan, que tienen relación fluida. Tanto que el ex presidente ya le puso candidato a ministro de Economía.

*Hugo Muleiro @HugoMuleiro - Escritor y periodista. Coautor de Los García, Los Monstruos y La Clase un Cuarto. En la Patria Grande

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