Educación

Verdades y Mentiras del protocolo de retorno a la presencialidad

No hace falta ser docente para, al leer el protocolo de retorno a la presencialidad presentado por el Ministerio de Educación de CABA, percibir un desconocimiento de la realidad imperante tanto ediliciamente, como del proceso enseñanza-aprendizaje de la ciudad

Verdades y Mentiras del protocolo de retorno a la presencialidad

Lunes 08 de febrero de 2021 | 21:47

(Por Alejandra López Zavaleta) Un protocolo inviable, muy pero muy alejado del trabajo real en los distintos niveles de las escuelas públicas. Con muchos vacíos que generan muchos interrogantes, promoviendo, a partir del mismo, graves factores de contagiosidad por la gran circulación viral comunitaria, a la que serán expuestos niños, niñas, adolescentes, docentes, no docentes y familias que conforman la comunidad educativa.

Como docente, para comenzar, expreso mi preocupación por la mirada sesgada de los edificios escolares de la ciudad en los que, es sabido que no todos cuentan con aulas amplias y ventiladas como también, muchas que contaban, fueron sometidas a un incremento de matrícula debido a la falta de inversión en construcción de edificios escolares en la ciudad.

Nuestra ciudad de Buenos Aires, históricamente, cuenta con muchos edificios escolares que habían sido casas de familias emblemáticas porteñas y luego fueron donados por ellas para tal fin. Estas casas, hoy escuelas públicas de varios barrios porteños, tienen forma de herradura. Su construcción está realizada alrededor de un patio, mayormente techado, con habitaciones hoy aulas, que lo rodean. Otras, típica casa chorizo, con un patio abierto o cerrado con distintas habitaciones que dan al mismo, que no sólo no tienen otra ventana salvo la que da a ese patio muchas veces techado sino que, en muchas escuelas las aulas tienen problemas de humedad que, por la falta de presupuesto educativo de los últimos años las cooperadoras a veces pueden pintar pero, pasado el otoño o durante el mismo, la humedad vuelve a brotar ya siendo este un factor de riesgo para la salud de quienes allí se encuentran.

Por otro lado, siempre reflejan en sus bocetos, un total desconocimiento del sistema educativo y su modalidad de enseñanza-aprendizaje, mostrando ilustraciones de un adulto ( docente) parado al frente y, la totalidad de alumnos y alumnas sentadas y quietas, mirando de frente, en sus pupitres individuales, cuando el sistema educativo de hoy, desde hace muchísimos años, por la metodología de enseñanza, posee mesas grandes para sentar a varios alumnos y alumnas y trabajar en equipos o, escritorios dobles en su mayoría en las que, por distanciamiento, no podría sentarse más de un alumno o alumna.

A su vez, esa imagen de rigidez, como que el alumno o alumna se encuentra 4 horas sentado, escuchando al adulto. Esa aparente quietud, es totalmente falaz porque desde por lo menos mis 31 años de experiencia como docente, los sujetos se relacionan entre sí, interactúan con otros alumnos y con el medio y es así cómo se construyen los aprendizajes.

Esa clase tradicionalista y estática no hace más que visibilizar el desconocimiento de lo que implica el trabajo docente y la escuela hoy.

Un aula, una sala es un espacio móvil, de permanente movimiento de muebles, materiales y recursos, para lograr sujetos autónomos, autogestivos de sus conocimientos, curiosos, atentos, capaces de construir sus aprendizajes a través de la interacción entre ellos, con los objetos y con el medio, a partir de saberes previos que cada uno o una posea de su bagaje cultural. Se trabaja en una aula a puertas abiertas, en donde los niños y niñas pueden desplazarse desde a una biblioteca para la búsqueda de material o, todo un grupo por el espacio escolar para buscar respuestas a las preguntas problematizadoras que dan inicio a esos nuevos aprendizajes según la propuesta pedagógica de unidad didáctica, secuencia o proyecto que se haya abordado.

Por otro lado sería contra la condición humana pensar a un sujeto estático, inmóvil durante 4 horas en un mismo espacio y sin atender cuestiones orgánicas como necesidades fisiológicas que también puedan tener.

La escuela de hoy es un espacio flexible en donde se atienden las necesidades del niño, niña, alumno, alumna, adolescente, como sujeto de derecho que es.

Por eso, este mismo proceso se repite y mucho más exacerbado en cuanto a desplazamiento y movilidad en las salas del Nivel Inicial y Jardin Maternal. A partir de la sala de deambuladores que, en este caso, si se contará con espacios muy amplios, se podrían limitar su espacio de circulación, con objetos que no sean peligrosos para el o la deambula como material de plaza blanda, cajas, etc pero, esto implica un permanente trabajo de sanitización con personal destinado para tal fin.

El Nivel Inicial se caracteriza por iniciarse en el proceso de socialización. Es por ello que los objetos del mismo, son para compartir en el que, resulta hasta casi contraria a la gestalt y condición de dicho proceso, aislar a los alumnos y alumnas para que trabajen individualmente con elementos y materiales que no puedan intercambiar y compartir con un otro. Resulta hasta impensado el no permitir hacerlo coartando ese inicio.

Es fundamental que, ante la situación imperante, coexista un sistema dual en el que se pueda trabajar en pequeños grupos en presencialidad y, continuar trabajando con proyectos desde la virtualidad también garantizando una mejor calidad educativa para quienes asistan a los establecimientos que, por otra parte, debería ser optativo y no obligatorio durante este contexto.

La escuela hoy más que nunca, en su objetivo de salir e interactuar con la comunidad, debería contar con espacios alternativos variados, tanto abiertos como cerrados, plazas cercanas, clubes de barrios, sociedad de fomento, etc para disponer de esas instalaciones y así poder semanalmente, tener un día, por ejemplo, de grupo completo pero, mientras tanto, garantizar tanto en la presencialidad como en la virtualidad, un trabajo en grupo reducido que priorice la calidad educativa.

La Educación no es un Servicio. La Educación es un DERECHO, tal como lo dice la Ley 26206 y por tal motivo, se debe garantizar seguridad, ante todo, algo que las familias no demuestran sentir en este momento.

El estado debe garantizar recursos materiales y humano para brindar calidad educativa tales como, dispositivos para todas las alumnas, todos los alumnos y, docentes del sistema, también deberían contar con cuadernos, hojas de resmas, lápices negros, biromes, gomas, sacapuntas, crayones, cola de pegar, y diversos útiles escolares. Se les debe garantizar conectividad para todas y todos los alumnos y también por supuesto, para los docentes. Un libro manual con los contenidos de cada grado y/o materia para cada alumno y alumna que garantice seguimiento de los núcleos básicos de aprendizaje, libros de lectura comunes y no, desde maternal hasta media, apropiados para cada edad, que acompañe el proceso de enseñanza aprendizaje de cada niño/niña debería tener en la distancia.

No se puede permitir un protocolo carente de realidad en el que, en lugar de ser trabajado con los actores del sistema, especialmente con docentes y profesores que transitan a diario los edificios y que cuentan con basta experiencia para la resolución de estrategias metodológicas, se realiza en fríos escritorios distantes de quienes nunca "habitaron" una escuela pública.

Las escuelas no son sólo edificios, las escuelas están formadas y conformadas por cada uno de los actores involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje desde, auxiliares de limpieza, camareros y camareras, docentes, cooperadores, familias que co habitan el espacio junto a cada niño y niña, alumno y alumna de este sistema educativo y hoy, con distancia, también forman parte de esta realidad. Por lo que también es imprescindible garantizar recurso humano suficiente para brindar seguridad, por ejemplo, auxiliares de limpieza que puedan sostener la higiene extrema requerida para cada escuela y nivel educativo.

En Nivel Inicial, con los baños dentro de las salas, es necesario contar con un auxiliar mínimamente cada dos salas para garantizar dicha higiene.

En Nivel primario, de acuerdo a la cantidad de cursos, entre uno o dos por ciclo mínimamente.

También deberá garantizarse el personal que pueda estar presencialmente en los establecimientos.

La presentación de todo el personal docente se realiza el día 8 de febrero, con los correspondientes movimientos de toma de posesión de docentes ganadores de concursos. Algunas escuelas cambian todo su personal de conducción ( directora, vicedirectora, maestra secretaria), luego ganadoras de ganadores de concurso del personal de ejecución o sea, planta docente, recién ahí se sabe a ciencia cierta con qué personal cuenta cada establecimiento educativo y, en años sin pandemia, se realiza después de todo este movimiento, el pedido de personal suplente que accede a los cargos a través de acto público, y en el orden de los listados por puntaje, con los que cuenta el sistema.

A esto, este año se suma que se deberá hacer en esos días, el relevamiento de docentes que puedan estar frente a la sala o aula. Es recién ahí, donde cada establecimiento tendrá claro con qué docentes cuenta para la presencialidad.

Algo que ocupará lo que resta de la semana por lo que, parece muy apresurado el día 17 de febrero dar inicio al ciclo lectivo cuando todavía no hay personal docente suficiente para cubrir toda la planta.

Es absurdo y de una gran irresponsabilidad, apurar con un fin netamente de estrategia política, un inicio anticipado, sin tener tiempo suficiente para completar la planta docente y así también hacer, un relevamiento real de espacios apropiados para salas y aulas después de un año sin presencialidad en el que, la realidad era otra. Ahora, cambió totalmente la mirada de espacios, muebles, materiales, etc y para ello, el único con mirada habilitada según grado o sala, para garantizar la limpieza, el orden y la organización de los recursos, muebles y materiales, es el personal docente a cargo una vez realizado el acto público para cubrir toda la planta educativa.

Por otra parte, en todo momento el protocolo intenta responsabilizar al personal docente de la eficacia o fracaso de dicho protocolo cuando los tiempos son impuestos y hay una total falta de consulta y acuerdo con los docentes del sistema de escuela pública por lo que, la totalidad de la responsabilidad del mismo es pura y exclusivamente, del Ministerio de Educación y del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Comparte en Facebook Comparte en Twitter Comparte en Google+ Enviar a un amigo Imprimir esta nota