(Por Walter Onorato - @walteronorato) En la misma resolución, con fecha del 13 de noviembre del 2020, se detalla la convocatoria con un plazo de cinco (5) días a personas humanas y/o jurídicas de carácter privado a presentar nuevas y/o mejores propuestas de patrocinio para el “Planetario Galileo Galilei”, de la Subsecretaría de Tecnología Educativa y Sustentabilidad del Ministerio de Educación.

Como es de público conocimiento el Planetario Galileo Galilei tiene como fin principal la divulgación científica, buscando lograr que el conocimiento científico trascienda el mundo académico y sea accesible a todas las personas, estimulando y motivando la curiosidad, el disfrute y la vocación científico-tecnológica.

Tal como se describe en Anexo I, las empresas interesadas deben detallar el valor del aporte, las acciones de difusión propuestas y los valores de la marca a asociar con el planetario porteño. En total el gobierno de Larreta permitirá que 15 empresas puedan asociar su marca a un símbolo de la ciencia en nuestra ciudad que tiene un alcance internacional por un periodo de 22 días.

Recordemos que el año pasado en la Legislatura porteña, el oficialismo de la mayoría automática de Horacio Rodriguez Larreta aprobó con 31 votos a favor y 24 en contra la Ley de Patrocinio. Una Ley que permite a empresas privadas financiar desde actividades educativas hasta obras públicas a cambio de dinero en concepto de publicidad.

Según el Gobierno de la Ciudad esta ley es el nuevo régimen “que promueve la participación de privados en sedes, instalaciones, programas, actividades y eventos de la Ciudad mediante la presencia de nombre, denominación, marca, imagen, producto y/o servicios en el activo patrocinado; en la comunicación del activo patrocinado y la comunicación de la acción de patrocinio en las campañas publicitarias de los patrocinadores.

La Ley de Patrocinio fue rechazada en la Legislatura en 2019 tanto por el GEN como Unidad Ciudadana, la izquierda, Mejor Ciudad, el Bloque Peronista e incluso por Evolución que se opusieron a la medida. Pero fue aprobada por la mayoría automática del Larretismo.

Esta ley permite que un privado se vea involucrado en responsabilidades inherentes al Estado, como por ejemplo escuelas y hospitales públicos. El vínculo con un patrocinador obviamente crea una relación que no es compatible con la investigación científica o educativa ya que anula el pensamiento crítico al crearse un vínculo que indefectiblemente pasa a ser una dependencia comercial.

Para graficarlo en tonos hilarantes podemos imaginar a Monsanto patrocinando la carrera de Biología, Calcaterra en obras de la Ciudad, Coca-Cola en los patios de las escuelas, McDonalds en los hospitales o la Iglesia Católica auspiciando el Planetario Galileo Galilei.