
El sindicalista y también poderoso empresario del rubro gastronómico quiso bajarle el tono a sus declaraciones en las que había tratado de “rusito” a Kicillof y la embarró más; recurrió al viejo Y conocido: “tengo un amigo judío”. Lamentable.
Miercoles 01 de abril de 2015 | 14:23
El prontuario de Luis Barrionuevo es conocido: quema de urnas, vínculos con barrabravas y el uso de armas para la toma de una sede gremial, son sólo algunos de sus hitos en la política. Ahora sumó un nuevo capítulo: trató al ministro de economía de “rusito” en un claro acto antisemita.
Horas después trató de arreglarla pero a veces no sólo es tarde sino que seguir hablando es peor: “A Kicillof lo llaman así, ¿cómo voy a discriminar? Tengo amigos judíos como los Rabinovich”.
El viejo y conocido “tengo un amigo judío”. Uno de los más profundos rasgos de antisemitismo que puedan encontrarse.
Así, Barrionuevo sumó un nuevo capítulo en su triste prontuario.
"Le dije rusito como podría haberle dicho rubiecito, tratándolo de pequeño, porque es un pequeño mentiroso, un negador", finalizó el flamante dueño de Osaka, el coqueto restaurant de Sushi que ayer, en pleno paro, tenía sus puertas abiertas.
El editorial de Carlos Pagni explora el giro oscuro del gobierno: del discurso contra la corrupción a los escándalos en discapacidad, contratos millonarios, maniobras electorales y aliados ligados al crimen. ¿Es el final de la ilusión libertaria?
El presidente argentino busca un préstamo de Trump y el Tesoro norteamericano para cubrir la crisis de dólares, mientras sus movimientos refuerzan la opción de exilio en Miami si la debacle política se confirma.