
El fiscal utilizaba un coche de la empresa de los hermanos Picon, socios de Eugenio Ecke, un hombre vinculado a la CIA. Además es señalado como jefe de seguridad del Exxel Group, dueño de las empresas de Alfredo Yabrán.
Javier Lema - Redacción Enorsai // Sábado 24 de enero de 2015 | 20:08
La pista del auto del fallecido fiscal Alberto Nisman conecta varios puntos oscuros de la historia del hampa local. Roza sucesos y personajes ligados a los servicios de inteligencia de Estados Unidos, el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, y hasta de las escuchas ilegales por las que está procesado el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri.
Los datos dibujan un círculo que empiezan con un auto marca AUDI patente MPC641, aun estacionado en el edificio Le Parc, donde vivía el fiscal, y termina en las escuchas ilegales realizadas a familiares de las víctimas del atentado a la AMIA.
Es que, en base a registros oficiales se comprobó que lo denunciado en las redes sociales, que el vehículo de alta gama que manejaba Nisman pertenece a esa empresa propiedad de Fabián Aníbal y Claudio Alejandro Picon, (cuyas oficinas comerciales se encuentran en Paraná 244).
Los hermanos Picon son socios comerciales de Eugenio Eduardo Ecke en otras dos empresas, llamadas Starpack y Easypack, también de acuerdo también a registros.
El mencionado Ecke, a su vez, está vinculado con Frank Holder,
Ecke está señalado como el operador local de Frank Holder, -un ex agente de la CIA que actualmente tiene una empresa de seguridad privada llamada Kroll-, que opera en Estados Unidos y Latinoamérica.
También sindicado como el Jefe de Seguridad de la empresa Exxel Group, que se quedó con las firmas de Alfredo Yabrán luego de su muerte. De hecho, estuvo implicado en el asesinato de José Luis Cabezas en 1997, según publicó la agencia Telam.
Como si sus contactos fueran pocos, Ecke tiene una empresa de seguridad, de nombre Segar, que tiene estrecho vínculo con Ciro James. Si, el imputado en la causa de las escuchas ilegales de la gestión del PRO, porque la que también está procesado el jefe de gobierno Mauricio Macri.
Casualmente, uno de los teléfonos intervenidos por James era el de Sergio Burstein, integrante de la asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA.
La vinculación entre la CIA, la causa AMIA, las escuchas ilegales del macrismo, el caso Cabezas resultan sospechosas, más si el protagonista, Eugenio Eduardo Ecke, es dueño también de una empresa que fabrica moños como Starpack.
Resta la pista de los Picón, con quienes Télam intentó comunicarse infructuosamente.