El relato de Mariana Luján, enfermera del Hospital Posadas despedida tras 16 años de servicio, debería ser un espejo donde nos miremos como sociedad. Mientras el gobierno de Javier Milei celebra un supuesto superávit fiscal, más de 250 trabajadores de uno de los hospitales más importantes del país fueron arrojados a la calle sin contemplación.
“Trabajé 16 años en la guardia de adultos. Rendí el examen obligatorio con buen puntaje. Fui evaluada. Cumplí. Y aún así me despidieron”, denuncia Mariana.
La lógica es perversa: recortar derechos, precarizar la salud pública y criminalizar a quienes se animan a denunciarlo. El gobierno habla de “ñoquis”, pero echa a enfermeros, terapistas y administrativos que estuvieron en la trinchera incluso durante la pandemia. El desprecio no es solo económico. Es moral, es político, y es sistemático.
Superávit con despidos: el ajuste libertario pisa el acelerador
En nombre de la “eficiencia” y el “orden fiscal”, el Estado nacional desfinancia hospitales, congela presupuestos y echa a profesionales que le ponen el cuerpo al dolor ajeno. El Posadas no es un caso aislado: ya hubo recortes en el Garrahan, en el Bonaparte, y se multiplican las denuncias de emergencia en hospitales públicos de todo el país.
“Este gobierno logra superávit dejando a 250 familias en la calle. Porque para ellos la salud no es un derecho, es un gasto”, explica Mariana.
La ecuación es clara: menos salud pública, más negocio privado. Menos trabajadores de planta, más contratos precarios. Menos derechos, más desigualdad.
De héroes a descartables: la memoria que incomoda
Mariana no está sola. Su historia es la de miles de profesionales que durante la pandemia fueron aplaudidos desde los balcones, pero ahora son tratados como prescindibles. Quienes sostuvieron el sistema sanitario cuando todo colapsaba, hoy reciben cartas de despido y campañas de difamación.
“Nos tratan como obstáculos. Pero nosotros somos los que salvamos vidas. Nos echan porque su plan es hacer negocio con la salud”, afirma.
La indignación de quienes fueron pacientes, familiares o usuarios del Posadas es total. Una sociedad que no cuida a sus cuidadores, está condenada a la enfermedad del egoísmo.
La salud pública se defiende en la calle: convocan a movilización
Ante el silencio oficial y la persecución institucional, los trabajadores despedidos del Hospital Posadas convocan a una gran movilización. Será este jueves a las 16:30, desde el Congreso hasta Plaza de Mayo. Estarán acompañados por médicos residentes, pacientes y organizaciones sociales.
“Necesitamos que la gente nos acompañe. Porque vienen por la salud pública, por la educación, por todos los derechos que costaron décadas de lucha”, advierte Mariana.
La voz de los que no se resignan
El testimonio de Mariana Luján es más que un grito de dolor. Es una advertencia. Un llamado urgente a no naturalizar el cinismo de un modelo que deja a los trabajadores sin trabajo, a los hospitales sin personal y a los enfermos sin atención.
“Trabajé con pasión, con entrega, con vocación. Pero eso no alcanza. Porque a este gobierno no le importa la salud, le importan los números.”