
La última señal de alarma no la dio la oposición ni el sindicalismo. La dio el propio Fondo Monetario Internacional. El organismo que durante años fue garante del ajuste en Argentina ahora empieza a dudar del relato de superávit fiscal que vende el ministro Luis Caputo.
En Orsai // Domingo 13 de julio de 2025 | 11:21
Ni el Fondo cree en Caputo: el superávit no se sostiene
Por En Orsai | Miércoles 10 de julio de 2025
La economista y diputada nacional Julia Strada fue tajante: “El Fondo también dice que el modelo no cierra”. Y con esa frase dejó en evidencia una verdad incómoda: el experimento libertario de Javier Milei no tiene sustento macroeconómico.
Strada explicó que el gobierno intenta mantener la ficción del orden fiscal mientras se desploman los salarios, se retrae el consumo y las provincias no reciben los fondos que les corresponden.
“Ni siquiera acumulan reservas. Están comprando dólares por fuera del Banco Central para evitar emitir pesos. Es todo maquillaje. No quieren tocar el dólar oficial porque saben que el estallido es inevitable”.
El mecanismo de “block trade” —la compra de bloques de dólares por parte del Tesoro— busca simular acumulación de reservas sin intervenir formalmente en el mercado cambiario. Pero según el CEPA (Centro de Economía Política Argentina), ese método es insostenible.
Desde el inicio del mandato de Milei, Caputo se jactó de haber logrado un superávit fiscal. Sin embargo, economistas de diversos sectores advierten que se trata de un logro efímero basado en tres pilares peligrosos:
“El modelo se sostiene con alambre, y ese alambre es cada vez más fino”, advierte Strada. Incluso el propio Caputo, en su reciente paso por la Universidad Austral, reconoció que no piensan modificar el tipo de cambio aunque la economía lo pida a gritos.
El último staff report del Fondo Monetario incluyó una serie de advertencias técnicas al gobierno argentino. Le pidió revisar el tipo de cambio, mejorar la recaudación y evitar que el ajuste recaiga exclusivamente sobre los sectores más vulnerables.
“Si el FMI empieza a pedirle a Milei que deje de ajustar a los jubilados, es porque algo huele podrido”, ironizó un economista off the record.
En paralelo, organismos multilaterales advierten que el programa económico carece de anclas consistentes: la inflación sigue elevada, el crecimiento es nulo y el riesgo país continúa por encima de los 1.700 puntos.
Strada cree que sí, pero con condiciones. “Si logran comprar dólares de la cosecha récord y usar parte del último desembolso del FMI, pueden estirar la agonía hasta las elecciones. Pero eso no es gobernar. Eso es sostener la ficción para llegar a votar”.
Según el CEPA, la verdadera bomba está en el consumo y en el tejido productivo. “No hay plan industrial. No hay inversión. Lo único que crece es el negocio financiero de algunos sectores concentrados”, denunció la diputada.
Si hasta el FMI le suelta la mano al gobierno, es porque las alertas ya dejaron de ser opositoras para transformarse en advertencias globales. El experimento Milei-Caputo entra en fase crítica, sostenido por una retórica violenta y una macroeconomía tambaleante.
“No se trata de un modelo de crecimiento, se trata de un régimen de exclusión”, sentenció Strada. Y mientras el presidente promete dinamitar todo, el país sigue cayendo en silencio.