COMO LARS ULLRICH

Para Campanella, compartir películas online es como el robo a mano armada

El afamado director de cine y activo tuitero militó con fuerza contra el cierre de una aplicación que permitía ver gratis películas online. En un polémico tuit equiparó a la cultura con el dinero.

Para Campanella, compartir películas online es como el robo a mano armada

Marco D'Andrea // Redacción En Orsai // Viernes 14 de marzo de 2014 | 16:56

es recomendable pensar un nuevo modelo de negocio que no implique el cercenamiento de la circulación de bienes simbólicos.

"Dicen que robar pelis es “democratizar la cultura”. No se quejen cuando les digan ”Arriba las manos, democratizá la guita o te quemo”, tuiteó un Campanella en estado de emoción violenta.

 

La ira del director de Luna de Avellaneda se desató tras el éxito global de una aplicación argentina que permitía ver online películas gratis gracias al intercambio P2P (no vamos a profundizar en los aspectos técnicos, poco relevantes aquí).

 

La tormenta de odio no se demoró demasiado y Campanella, al mejor estilo Lars Ullrich (baterista de Metallica que persiguió a usuarios de Napster), se cargó al hombro la ofensiva contra todos aquellos que compartieran bienes culturales en internet.

 

El modelo de distribución cultural y la leyes de Copyright se han vuelto obsoletas ante la irrupción de internet; una red que facilitó una conducta inherente al ser humano: compartir sus producciones simbólicas en sociedad.

 

El enojo de Campanella, similar a tapar el sol con las manos, desconoce que ya, al día de hoy, toda una generación de jóvenes ha nacido 'online' y comprende que el intercambio de bienes culturales en internet es algo natural; el viejo modelo está agotado y en lugar de patalear, es recomendable pensar un nuevo modelo de negocio que no implique el cercenamiento de la circulación de bienes simbólicos. ¿Por qué pagar $90 por un DVD si por menos precio Netflix ofrece cientos de películas y series?

 

Nadie paga de más y mucho menos si lo puede conseguir 'gratis'.

 

Sin embargo, el propio Campanella desnudó a qué sectores e intereses defendió con su avanzada ullrichiana:

 

 

Entonces ¿A quién se perjudicó? ¿A los artistas que ya cobraron por su trabajo? No parece. El enojo de Campanella se encuentra en sintonía con los intereses de las corporaciones de la industria cultural.

 

La industria musical y cinematográfica cuentan con una ventaja que al mismo tiempo se convirtió en su problema. La producción de un disco o una película no es como la de otros bienes de uso; para vender mil autos del mismo modelo, hace falta producir mil autos, para vender mil veces la misma película, sólo hay que producir una y copiarla. El costo de producción no varía así sea consumida por una persona o por millones.

 

Esto, con el viejo y resquebrajado modelo, significó un negocio perfecto para la industria cultural de los Estados Unidos (y otros países) y tanto algunas series como los dibujos animados con los que muchos crecimos se vendieron en todo el mundo y mucho tiempo después de ser producidas.

 

La equiparación de un internauta que comparte bienes culturales sin fin de lucro con un "chorro" que utiliza armas parece, al menos, exagerada y quizás bastante malintencionada.

 

Tuitear bajo emoción violenta no es un buen plan y quizás quede en evidencia que la producción artística a la que le dedicás tu vida, se ha transformado apenas en dinero.

 

Donde los usuarios de popcornapp ven películas, Campanella ve dinero y no el de los artistas, sino el de las empresas de la industria cultural.

 

A modo de cierre, una anécdota que contó un músico en una charla en una universidad pública. Consultado sobre los riesgos que la "piratería" generaba en su subsistencia, el artista en cuestión respondió: "Vivo gracias a la piratería", y ante la sorpresa del auditorio luego explicó: "Por cada disco que se vende a 23 pesos (NdR: la anécdota se ubica en la convertibilidad), nosotros como banda recibimos menos de $2. Entonces ¿sabés qué hago? Voy y compro unos cd vírgenes a $1, copio mi disco, después salgo a venderlo a $5 y así le saco $4. Cuando te digan que la 'piratería' daña a los artistas, no les creas, a lo sumo el que sufre un poco es un gerente de la Sony".

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