CASO GRASSI

Gallego: "Ahora las víctimas tendrán un poco de paz"

El abogado querellante de la causa por la que el sacerdote Julio Cesar Grassi fue condenado a quince años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores, Juan Pablo Gallego, aseguró esta mañana que la inmediata detención resuelta por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Morón ayer le traerá "un poco de paz" a las víctimas.

Gallego:

Martes 24 de septiembre de 2013 | 08:39

 

CASO GRASSI
"Ahora las víctimas tendrán un poco de paz"
El abogado querellante de la causa por la que el sacerdote Julio Cesar Grassi fue condenado a quince años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores, Juan Pablo Gallego, aseguró esta mañana que la inmediata detención resuelta por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Morón ayer le traerá "un poco de paz" a las víctimas.
El letrado aseguró que "hasta ayer las victimas fueron las grandes ausentes en este debate. Este sujeto (Grassi) siempre consideró que el único que debía tener garantías era él".
"Aún luego de 7 años de proceso y con la condena recaída en 2009, se mantuvo a este sujeto en libertad, ingresaba a la Fundación e insultaba a las víctimas en televisión", aseguró Gallego en declaraciones a Radio Rivadavia.
Y añadió que "ayer las víctimas tuvieron un poco de paz, se les restablecieron las garantías que también les asisten a ellos y no únicamente a un imputado condenado en tres instancias".
El abogado aseguró que este proceso judicial, que duró casi once años, "ha sido muy difícil para los tres jóvenes que se enfrentaron a Grassi y sostuvieron su acusación en el juicio oral".
Asimismo, afirmó que durante este tiempo los jóvenes que acusaron al sacerdote "recibieron todo tipo de ataques y amenazas, inclusive físicas con armas de fuego, ataques mediáticos" y que las víctimas "con este sujeto libre nunca terminaban de poder reconstruir sus vidas".
Gallego destacó que "en todas las instancias se ha comprobado que este criminal tan peligroso, sin frenos inhibitorios amenazantes no respondía ni siquiera a mínimas pautas que se le fijaron para gozar de un privilegio que no merecía".
El letrado también precisó que el sacerdote deberá cumplir 15 años de prisión efectiva "menos 24 días" ya que "el único momento en que estuvo restringido en su libertad fue entre el 24 de octubre de 2002 y el 29 de noviembre de ese año".
"Hoy terminó la causa en términos de recaer certeza sobre la condena y ahora esta empezando a pagar sus penas por primera vez", afirmó el abogado, y sentenció "durante 11 años logró estar impune, pero ahora quedó víctima de su propia inconducta".
La legislación le permite a Grassi realizar otra apelación en instancia de la Corte Nacional, pero el sacerdote deberá permanecer en prisión mientras la Corte se expide si admite o no el caso.
La causa se inició en octubre de 2002 cuando en un programa de televisión tres jóvenes denunciaron haber sido abusados por Grassi, quien es ese momento dirigía la Fundación Felices los Niños.
Desde ese momento en el proceso judicial intervinieron diez jueces de cuatro instancias distintas de la provincia de Buenos Aires.

El letrado aseguró que "hasta ayer las victimas fueron las grandes ausentes en este debate. Este sujeto (Grassi) siempre consideró que el único que debía tener garantías era él"."Aún luego de 7 años de proceso y con la condena recaída en 2009, se mantuvo a este sujeto en libertad, ingresaba a la Fundación e insultaba a las víctimas en televisión", aseguró Gallego en declaraciones a Radio Rivadavia.

 

Y añadió que "ayer las víctimas tuvieron un poco de paz, se les restablecieron las garantías que también les asisten a ellos y no únicamente a un imputado condenado en tres instancias".El abogado aseguró que este proceso judicial, que duró casi once años, "ha sido muy difícil para los tres jóvenes que se enfrentaron a Grassi y sostuvieron su acusación en el juicio oral".

 

Asimismo, afirmó que durante este tiempo los jóvenes que acusaron al sacerdote "recibieron todo tipo de ataques y amenazas, inclusive físicas con armas de fuego, ataques mediáticos" y que las víctimas "con este sujeto libre nunca terminaban de poder reconstruir sus vidas".Gallego destacó que "en todas las instancias se ha comprobado que este criminal tan peligroso, sin frenos inhibitorios amenazantes no respondía ni siquiera a mínimas pautas que se le fijaron para gozar de un privilegio que no merecía".

 

El letrado también precisó que el sacerdote deberá cumplir 15 años de prisión efectiva "menos 24 días" ya que "el único momento en que estuvo restringido en su libertad fue entre el 24 de octubre de 2002 y el 29 de noviembre de ese año".

 

"Hoy terminó la causa en términos de recaer certeza sobre la condena y ahora esta empezando a pagar sus penas por primera vez", afirmó el abogado, y sentenció "durante 11 años logró estar impune, pero ahora quedó víctima de su propia inconducta".

 

La legislación le permite a Grassi realizar otra apelación en instancia de la Corte Nacional, pero el sacerdote deberá permanecer en prisión mientras la Corte se expide si admite o no el caso.

 

La causa se inició en octubre de 2002 cuando en un programa de televisión tres jóvenes denunciaron haber sido abusados por Grassi, quien es ese momento dirigía la Fundación Felices los Niños.Desde ese momento en el proceso judicial intervinieron diez jueces de cuatro instancias distintas de la provincia de Buenos Aires.

Comparte en Facebook Comparte en Twitter Comparte en Google+ Enviar a un amigo Imprimir esta nota
análisis profundo

Diego Genoud: El Partido Militar de Milei, el golpe a Villarruel y la alineación con Trump

El periodista Diego Genoud analiza la estrategia de La Libertad Avanza para monopolizar la derecha: la designación de Presti en Defensa como jugada audaz de Karina Milei, el desplazamiento de Bullrich y Villarruel, y la subordinación de la Argentina a la agresiva estrategia…

HOY
VIENEN POR TODO

Soberanía en venta: el "Acuerdo Comercial con EE. UU." desmantela a la Industria Nacional bajo la lógica de la asimetría

El "Marco de Acuerdo de Comercio Recíproco e Inversión" anunciado por los gobiernos de Argentina y Estados Unidos, lejos de ser un "entendimiento histórico" como lo celebran las cúpulas oficiales, configura un mapa de concesiones profundas que golpean el corazón de la industria nacional, la soberanía regulatoria y las herramientas de política económica.