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Presupuesto mortal: la estrategia oculta de Javier Milei para destruir la educación pública de calidad en argentina

Emiliano Yacobitti alerta sobre la agenda oculta del gobierno de Javier Milei para cerrar las universidades públicas y desfinanciar la educación

Presupuesto mortal: la estrategia oculta de Javier Milei para destruir la educación pública de calidad en argentina

Jueves 10 de octubre de 2024 | 08:17

La votación en el Congreso dejó en evidencia el profundo debilitamiento que atraviesan las universidades públicas argentinas. Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, denuncia las maniobras del gobierno de Javier Milei, cuyo objetivo final sería desmantelar el sistema educativo público. Mientras los docentes universitarios enfrentan una crisis sin precedentes, Milei sigue ajustando los presupuestos y erosionando la confianza social en las instituciones de educación superior.

La votación en el Congreso sobre el financiamiento universitario no solo trajo bronca y desilusión a Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sino que confirmó una tendencia que parece irreversible: el gobierno de Javier Milei está decidido a desmantelar la universidad pública. “No tengo ninguna duda, nadie que hace lo que está haciendo Milei no tiene como objetivo cerrarla”, advirtió Yacobitti en una entrevista que pone al descubierto una estrategia de socavamiento sistemático de las instituciones educativas públicas.

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El resultado de la votación dejó un sabor amargo, pero también una luz de esperanza. “Se juntaron 160 diputados que están dispuestos a defender la educación pública. Ahora el desafío es que trabajen juntos para el próximo presupuesto y revertir la situación”, aseguró Yacobitti. Sin embargo, ese optimismo se ve eclipsado por una realidad apremiante: las universidades están en pie de guerra. Decenas de facultades y rectorados están tomados en todo el país, en protesta por la falta de recursos y la precarización de los trabajadores académicos.

La situación es grave. Las facultades de agronomía, veterinaria, y económicas, entre otras, enfrentan un éxodo de docentes que prefieren aceptar ofertas laborales más lucrativas fuera del sistema educativo. "En economía, es casi imposible retener a los docentes; reciben ofertas que triplican lo que cobran en la facultad", explica Yacobitti. No es solo una cuestión salarial: la ciencia, la investigación y la técnica, pilares del desarrollo productivo y social, están siendo desmanteladas. “Están parando investigaciones clave para la Argentina, como las que desarrollan repelentes contra el dengue o mejoras en el suelo productivo”.

El golpe a la ciencia y la técnica, que dependen en gran medida de las universidades públicas, es una de las mayores tragedias de esta política de desfinanciamiento. Proyectos que son vitales no solo para el desarrollo académico, sino para la salud y el bienestar de la sociedad, se ven paralizados o directamente abandonados. Yacobitti describe la situación como criminal: "Los procesos de investigación son esenciales para el desarrollo del país, y lo que está sucediendo es inadmisible".

Este panorama sombrío se agravó tras el veto presidencial a la ley de financiamiento. Para Yacobitti, la solución pasa por revertir el presupuesto presentado por el gobierno para 2025, que asigna apenas el 0.43% del PBI a la educación, una cifra comparable a las de Venezuela o Nicaragua. "Es menos de la mitad de lo que destina Brasil o Uruguay, y un tercio de lo que invierten los países desarrollados", criticó el vicerrector. El ajuste no es solo monetario, es un ataque directo a las prioridades del Estado, y en ese contexto, las universidades públicas son una de las víctimas más visibles.

La Universidad de Buenos Aires, emblemática por su tradición y prestigio, no escapa a esta crisis. Cada vez es más difícil garantizar la continuidad de las clases y la calidad educativa. Con la pérdida de docentes experimentados, la oferta académica se ve reducida y los estudiantes más vulnerables, aquellos que trabajan o viven lejos de los grandes centros urbanos, encuentran mayores obstáculos para completar su formación. "Perdés calidad cuando perdés docentes con experiencia", sentencia Yacobitti.

En medio de este conflicto, se ha instalado una narrativa peligrosa promovida por el propio gobierno: las universidades serían espacios de adoctrinamiento, ineficiencia y corrupción. Esta táctica busca minar la confianza pública en estas instituciones para justificar su desmantelamiento. “Primero dijeron que adoctrinábamos, luego que inventábamos alumnos, y ahora que no había auditorías. Es una estrategia para que la sociedad deje de defender las universidades, y así puedan cerrarlas o reducirlas a una mínima expresión”, denuncia Yacobitti.

La manipulación no termina ahí. Yacobitti también acusó a Mauricio Macri de haber utilizado su posición en la mesa de negociación con el gobierno para venderle a la sociedad una falsa imagen de transparencia. “Macri salió a decir que defendía la educación pública, pero lo que hizo fue usar ese discurso como moneda de cambio en una negociación. Acusó a las universidades de falta de transparencia, cuando él mismo firmó convenios con ellas durante su gobierno”, reveló.

El objetivo final de Milei y su gobierno parece ser claro: una universidad pública desmantelada, con docentes precarizados, sin recursos para investigación, y con una sociedad que ya no confía en el sistema educativo público. Para Yacobitti, la única salida posible es que los sectores políticos que todavía defienden la educación pública se unan y consigan revertir el ajuste presupuestario. Pero el camino no será fácil. "La universidad pública es uno de los últimos bastiones de igualdad en este país, y si la cerramos, cerramos también las puertas al futuro de millones de jóvenes", concluye Yacobitti.

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