El derrumbe del proyecto económico de Javier Milei ha tenido varias consecuencias devastadoras para su gestión, pero una de las más visibles en los últimos meses ha sido la caída en desgracia de Santiago Caputo, el cerebro detrás de la maquinaria digital que había impulsado al gobierno libertario en las redes sociales.
Santiago Ríos // Miercoles 18 de septiembre de 2024 | 16:04
Caputo, sobrino del poderoso empresario financiero Nicolás "Nicky" Caputo, era quien lideraba el ejército de trolls que, durante la campaña y los primeros meses de gobierno, lograron moldear la percepción pública de Milei como el salvador de la patria.
Sin embargo, lo que en un inicio parecía una maquinaria imparable de manipulación y propaganda en las redes, hoy se desmorona. La crisis económica, caracterizada por un aumento descontrolado de la inflación, la caída del poder adquisitivo, y la falta de resultados concretos en las promesas de ajuste, ha dejado al gobierno sin defensas efectivas en el ámbito comunicacional. El equipo de Caputo, especializado en la construcción de relatos digitales que impulsaban la figura de Milei como un libertador económico, ha visto su estrategia desmantelada por la cruda realidad de las cifras y la incapacidad del gobierno de cumplir sus promesas.
El auge de los trolls: una estrategia que funcionó... hasta que no
La maquinaria de trolls que operaba bajo el mando de Caputo fue clave en la victoria electoral de Milei. Durante la campaña, lograron generar una percepción favorable del candidato en las redes sociales, influyendo en la opinión pública con memes, ataques a los adversarios y una narrativa simplificada en la que se presentaba a Milei como el único capaz de "destruir el status quo". Esta estrategia de manipulación digital, sin embargo, se construía sobre una base frágil: la promesa de un milagro económico que nunca llegó.
Con el tiempo, la población comenzó a experimentar los efectos negativos de las políticas de ajuste. El crecimiento del desempleo, la continua devaluación del peso y el aumento en los precios básicos minaron la credibilidad de las promesas libertarias. La narrativa que los trolls buscaban imponer se desmoronaba ante los hechos: un gobierno incapaz de frenar la inflación y de brindar soluciones concretas.
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El fracaso comunicacional: cuando los números no mienten
El problema para Santiago Caputo y su equipo de operadores digitales fue que la realidad económica se volvió imposible de maquillar. Los memes y ataques en redes no podían contrarrestar el descontento social generalizado. Con una inflación interanual que supera el 230% y un salario mínimo que apenas llega a los $268.000, los trolls se quedaron sin argumentos que lograran sostener la narrativa que construyeron durante tanto tiempo.
El impacto de la economía en la vida diaria de los argentinos fue demasiado fuerte como para ser neutralizado por las campañas digitales. Las redes sociales, que inicialmente sirvieron como una plataforma eficaz para deslegitimar a los adversarios políticos y desviar la atención de los problemas de fondo, hoy se han convertido en un espacio de crítica feroz al gobierno de Milei. Y la estrategia de los trolls ha quedado al descubierto: más que una defensa, se perciben ahora como un intento desesperado por tapar la realidad.
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Retirada y desgaste: el ocaso de Caputo
El fracaso económico de Milei también ha sido un fracaso para Caputo, cuyo equipo de trolls ha comenzado a retroceder ante la oleada de críticas. La estrategia que alguna vez fue efectiva para manipular la conversación en redes ya no logra acallar el descontento. Las menciones positivas sobre las políticas del gobierno han caído drásticamente, mientras que las críticas y burlas hacia el proyecto libertario se multiplican.
En este contexto, Caputo y su equipo de operadores han perdido la confianza de sectores clave dentro del propio oficialismo. La derrota en la batalla por la opinión pública ha sido estrepitosa, y los trolls que antes dominaban las redes sociales hoy parecen estar en franca retirada, incapaces de sostener una narrativa que ya nadie cree.
El colapso del equipo de trolls dirigido por Santiago Caputo simboliza el fin de una estrategia de manipulación que, aunque funcionó durante la campaña electoral, no pudo sostenerse frente a la cruda realidad económica. Con un gobierno incapaz de entregar resultados, y una población cada vez más empobrecida y desencantada, el relato que Milei y Caputo construyeron en las redes ha perdido toda credibilidad. El fracaso en las redes sociales refleja, en última instancia, el fracaso de un proyecto económico que prometió mucho, pero que ha dejado al país en una situación aún más crítica.
CUENTA REGRESIVA
— En Orsai (@EnOrsai) September 18, 2024
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