¿Quién paga el precio del ajuste?

El gobierno de Javier Milei, que prometía una "revolución liberal", se está convirtiendo rápidamente en un espectáculo de promesas rotas y ajustes insostenibles que dejan a su paso una estela de desolación. Florencia Carignano, diputada nacional de UxP, no escatima en críticas y asegura que las prioridades del gobierno están peligrosamente desalineadas con las necesidades del pueblo argentino. En una entrevista reciente con Andrea Recúpero en AM530, Somos Radio, Carignano expresó su indignación ante lo que considera un gobierno que solo responde a los intereses de los acreedores extranjeros y deja al pueblo pagando el precio del ajuste.

“Sabíamos que iba a ser un show, y no nos equivocamos”, sentenció Carignano, refiriéndose a los espectáculos mediáticos de Milei que, según ella, buscan distraer de las verdaderas intenciones de su gobierno. La diputada fue aún más tajante al señalar que "si el discurso de Milei estaba en inglés daba igual, porque no era para los argentinos". Con esta afirmación, apunta directamente a lo que percibe como una desconexión profunda entre el mandatario y la realidad que enfrenta la población. Para Carignano, Milei gobierna para los mercados financieros, para los acreedores, y no para la gente que lidia con rutas destruidas, educación pública en crisis y un sistema de salud cada vez más deteriorado.

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La prioridad número uno de este gobierno, según la diputada, es clara: “Pagar la deuda, no importa cuánta gente quede en el camino”. Este enfoque, basado en un ajuste feroz, pone en jaque a los sectores más vulnerables de la sociedad. Carignano no duda en señalar que lo que está en juego no es solo una crisis económica pasajera, sino un modelo de país que deja de lado el bienestar común en favor de un grupo selecto de acreedores.

Ajuste sin piedad: educación, salud y seguridad en jaque

Una de las críticas más fuertes que lanzó Carignano fue en relación al presupuesto educativo. “La deuda se paga a costa de la educación, la salud y la seguridad”, dijo, describiendo cómo las universidades públicas, que son el motor de desarrollo y movilidad social en Argentina, están siendo desfinanciadas. En su opinión, el veto a las jubilaciones es otro golpe certero contra la dignidad de los sectores más vulnerables. “El veto a las jubilaciones no es joda, todos tenemos un jubilado”, afirmó, recordando que este tipo de decisiones afecta directamente al tejido social y familiar del país.

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El deterioro de las rutas en Santa Fe es otro ejemplo de la falta de inversión en infraestructura básica. Carignano describió un escenario alarmante: “Las rutas de Santa Fe están destruidas, en un estado calamitoso”. Este es solo un reflejo de un problema más profundo: un gobierno que, para evitar rendir cuentas, prefiere "funcionar sin presupuesto", lo que genera una precarización generalizada de los servicios públicos y una creciente frustración en la sociedad. “La gente está enojada. No se están dando cuenta de lo que pasa en la sociedad”, advirtió Carignano, apuntando a un descontento que no para de crecer.

A pesar del desolador panorama, hay un sector que sigue generando recursos vitales: el campo. Para Carignano, el agronegocio es el único motor económico que aún logra generar dólares para sostener las arcas del Estado. Sin embargo, critica duramente que sea este sector el que se vea obligado a hacer el mayor esfuerzo fiscal. “El único sector que está generando dólares es el campo, y va a ser el sector que haga el esfuerzo”, aseguró. Esta dependencia del campo, advierte, no es sostenible a largo plazo, y solo refleja una falta de planificación estructural por parte del gobierno.

La diputada también mencionó los beneficios injustificados que recibe el sector empresarial a través del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), que permite a las empresas operar durante 30 años sin dejar un solo dólar en el país. “El RIGI no deja un solo dólar en la Argentina, están exentos de impuestos durante 30 años”, señaló con indignación, haciendo evidente que las políticas fiscales del gobierno no solo son ineficaces, sino que perpetúan la desigualdad.

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Un país sin rumbo

Carignano no escatima en metáforas duras para describir la situación actual del país. “Mi hija de primer grado lee mejor que Milei”, dijo, en un claro ataque a la capacidad del presidente para dirigir la nación. Para la diputada, lo que Milei está proponiendo es “absolutamente desesperanzador”. Se trata, según ella, de un proyecto político que no tiene en cuenta las necesidades reales de los argentinos y que está más preocupado por las cuentas externas que por el bienestar interno.

Uno de los puntos más críticos de su análisis es la relación de Milei con los legisladores, especialmente aquellos que deberían estar defendiendo los intereses de sus provincias. Carignano menciona al diputado santafesino Maximiliano Pullaro, a quien acusa de no tener "los huevos para pedirle a Milei la plata que le corresponde a los santafesinos". Para ella, este tipo de connivencias políticas solo agravan la situación y alejan aún más al gobierno de los problemas reales de la gente.

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En resumen, la crítica de Florencia Carignano no solo es una denuncia contra las políticas de ajuste de Milei, sino también una advertencia sobre los peligros de seguir un modelo económico que prioriza el pago de la deuda externa por sobre las necesidades básicas de la población. Mientras el gobierno sigue gobernando para los mercados, el pueblo argentino enfrenta un futuro incierto, marcado por la precarización de los servicios públicos y un creciente descontento social que amenaza con estallar en cualquier momento.

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