AL MEJOR POSTOR

Milei pone a la venta el Belgrano Cargas y continua el desguace del patrimonio nacional

En un nuevo paso hacia la desmantelación de empresas públicas, el gobierno anunció la privatización de Belgrano Cargas, justificando su decisión en déficits acumulados y promesas de competitividad. ¿Es esta medida un verdadero salto hacia el progreso o una cesión más de soberanía económica al capital privado?

Milei pone a la venta el Belgrano Cargas y continua el desguace del patrimonio nacional

Redacción EnOrsai // Miercoles 23 de octubre de 2024 | 14:32

La administración Milei avanza con la venta de la empresa ferroviaria estatal, prometiendo “eficiencia” mientras cede a privados un activo clave para el desarrollo del país.

La historia del Belgrano Cargas es una que se inscribe en el devenir del desarrollo productivo argentino. Esta línea ferroviaria, que recorre 7.600 kilómetros de las regiones más productivas del país, ha sido desde sus inicios un eje vertebrador para el transporte de la producción agrícola y minera.

Sin embargo, bajo la administración de Javier Milei, su destino ha cambiado abruptamente: el anuncio de la privatización marca el principio del fin de esta empresa estatal, y el comienzo de un nuevo experimento que pone en manos privadas el control de un recurso esencial para la economía nacional.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue el encargado de dar la noticia: "Todo lo que se pueda privatizar, se va a privatizar". Su tono resolutivo, casi desafiante, evidenció la determinación del gobierno de avanzar con esta política sin detenerse a escuchar las voces críticas.

En su discurso, Adorni citó cifras para justificar la medida: "El año pasado, el Estado puso 112 millones de dólares para mantener el Belgrano Cargas, una empresa que no ha aumentado su capacidad de transporte en 15 años, mientras que la producción agropecuaria del país se ha sextuplicado". Pero lo que parece un argumento técnico se convierte, bajo una mirada más profunda, en una jugada política que encubre un vaciamiento deliberado.

La ley que permite esta privatización, conocida como Ley Bases, fue aprobada a mitad de año y se ha transformado en una herramienta flexible para el gobierno de Milei. Amparándose en esta legislación, han comenzado una serie de privatizaciones que incluyen áreas estratégicas para la soberanía del país. ¿Es realmente necesaria la privatización del Belgrano Cargas? ¿Qué intereses se esconden detrás de esta maniobra? Las respuestas, como siempre, están lejos de los números que el gobierno arroja sobre la mesa.

 

 

 

Un Ferrocarril en el Abismo

El Belgrano Cargas transporta mayoritariamente productos agrícolas, que representan el 60% de su volumen total de carga. Esta línea férrea ha sido históricamente deficitaria, no por falta de necesidad, sino por una evidente falta de inversión y modernización. Es precisamente esta deficiencia en la gestión estatal la que el gobierno utiliza ahora como excusa para justificar su venta al mejor postor.

En lugar de apostar por una revitalización del sistema ferroviario, el gobierno opta por entregar el control de la empresa a concesionarios privados, bajo un modelo que promete triplicar la capacidad de carga.

Sin embargo, los procesos de concesión que se proponen, según Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, fragmentarán el ferrocarril en una serie de concesiones que incluyen vías, locomotoras, vagones y talleres.

Este esquema, presentado como un modelo innovador, despierta una preocupación evidente: ¿es posible garantizar el acceso equitativo y sin monopolios cuando las mejores rutas y la infraestructura serán controladas por empresas privadas?

Bajo la lógica del mercado, es razonable pensar que los concesionarios buscarán maximizar sus ganancias, priorizando los productos más rentables, como la soja y el maíz, en detrimento de otros bienes que también dependen del transporte ferroviario, como minerales o productos industriales.

Así, lo que se presenta como una solución técnica, es en realidad una transferencia de poder y recursos hacia grupos económicos que tendrán en sus manos una herramienta clave para el desarrollo del país.

 

El Costo Oculto de la Privatización

Detrás de los fríos números que justifican esta privatización, existen otras realidades que el gobierno prefiere omitir. El Belgrano Cargas no solo es un recurso estratégico por su capacidad de transporte, sino que es también una fuente de trabajo para miles de argentinos.

Con esta privatización, se espera el traspaso de empleados a las nuevas concesionarias, pero ¿cuántos mantendrán sus puestos de trabajo en condiciones similares? Las experiencias previas con privatizaciones en Argentina, como la de YPF o Aerolíneas Argentinas, han demostrado que los despidos masivos y la precarización laboral son consecuencias inevitables de estos procesos.

Además, la promesa de eficiencia que promulga el gobierno se ve empañada por el historial de privatizaciones en el país. Las tarifas subirán, la infraestructura que no sea rentable será abandonada, y las inversiones que se prometen suelen quedarse en palabras huecas. Bajo esta óptica, la privatización del Belgrano Cargas no parece responder a un interés general, sino a la voluntad de desmantelar lo poco que queda del Estado argentino como garante de servicios públicos esenciales.

 

¿Una Decisión Inevitable?

El gobierno de Javier Milei defiende esta privatización con el argumento de que el Estado es un mal gestor, pero evita deliberadamente mencionar que la deficiencia de las empresas públicas es resultado de años de desinversión sistemática. Privatizar no es la única salida: una gestión eficiente y un plan de inversiones públicas podrían transformar al Belgrano Cargas en una herramienta poderosa para impulsar la economía, generando empleo y dinamizando las economías regionales. Sin embargo, el gobierno ha decidido ceder ante los intereses del capital privado, con la promesa de que el mercado lo resolverá todo.

Lo que queda por delante es un panorama incierto. Si bien las concesiones que plantea el gobierno prometen abrir el acceso a diferentes operadores para evitar monopolios, el riesgo de que grandes corporaciones acaparen el negocio es elevado. El Belgrano Cargas dejará de existir tal como lo conocemos, y en su lugar, tendremos un entramado de intereses privados que buscarán rentabilidad a cualquier costo.

Al final del día, la privatización del Belgrano Cargas no es solo un movimiento económico; es una declaración política que define el modelo de país que quiere construir el gobierno de Javier Milei: uno donde el mercado dicta las reglas y el Estado se retira, dejando atrás un rastro de desindustrialización, precarización y pérdida de soberanía.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/776307-javier-milei-del-ataque-a-cristina-kirchner-a-la-reunion-con

https://www.infobae.com/politica/2024/10/23/el-gobierno-anuncio-la-privatizacion-del-ferrocarril-belgrano-cargas/

https://www.perfil.com/noticias/economia/el-gobierno-anuncio-la-privatizacion-del-belgrano-cargas.phtml

 

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