Gobernadores del Norte Grande y Litoral amenazan a Javier Milei con un golpe institucional en el Congreso si el gobierno no cede ante sus demandas presupuestarias. Las tensiones exponen grietas profundas en el esquema de poder del mandatario. La decisión del gobierno de Javier Milei de imponer un presupuesto con déficit cero, ignorando los reclamos de los gobernadores, ha desatado un conflicto que podría derivar en el desplazamiento de figuras clave como Martín Menem y Bartolomé Abdala.
Miercoles 20 de noviembre de 2024 | 12:59
El gobierno de Javier Milei enfrenta su mayor desafío político desde la asunción: una crisis abierta con los gobernadores del Norte Grande y el Litoral, quienes han decidido plantar cara en el Congreso si el Ejecutivo no cede ante sus demandas en la ley de Presupuesto 2025. La estrategia de congelar las negociaciones y priorizar el déficit cero como mantra intocable ha generado un descontento transversal que reúne al peronismo, radicalismo y hasta sectores del PRO, en una coalición inesperada contra el oficialismo.
El conflicto escaló luego de que el diputado José Luis Espert cancelara una reunión clave de la comisión de Presupuesto, alegando falta de consenso entre los gobernadores y la Casa Rosada. En paralelo, estos mandatarios provinciales comenzaron a planificar jugadas institucionales que podrían remover a figuras estratégicas del esquema de poder de Milei, como el senador Bartolomé Abdala y el diputado Martín Menem, sobrino del expresidente. La tensión alcanzó niveles tales que el propio Abdala debió salir públicamente a ratificar su intención de continuar en el cargo.
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La postura rígida del Ejecutivo en las negociaciones presupuestarias no solo ha encendido las alarmas en las provincias, sino que amenaza con generar una fractura interna en la coalición oficialista. “El déficit cero no se negocia. Con déficit cero, todo; sin déficit cero, nada”, declaró Espert, dejando claro que las demandas de los gobernadores quedarían fuera de la discusión. Esta declaración fue interpretada como un ninguneo por los líderes provinciales, que no tardaron en reaccionar.
Los gobernadores, acostumbrados a operar con márgenes de negociación para garantizar fondos y obras clave en sus territorios, consideran que la actitud del gobierno es una afrenta directa a su autoridad. En respuesta, se han propuesto diseñar un presupuesto alternativo que contemple sus demandas y han comenzado a tejer alianzas con legisladores del pichettismo, el radicalismo e incluso del PRO, en una maniobra que podría ser letal para las aspiraciones de Milei.
El descontento de los gobernadores ha escalado al punto de considerar la destitución de Abdala y Menem como parte de una estrategia para recuperar espacios de poder en el Congreso. Aunque la idea de reemplazar al sobrino del expresidente con figuras como Cristian Ritondo o referentes del PJ suena lejana, la posibilidad ha sido suficiente para desestabilizar al oficialismo. Según fuentes del Congreso, la movida cuenta con el apoyo tácito de figuras como Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, quienes parecen coincidir, al menos por ahora, en la necesidad de limitar el poder de Milei.
La fragilidad de la posición del oficialismo se evidencia también en la falta de claridad sobre el futuro del presupuesto. Según el reglamento interno de la Cámara Baja, los proyectos deben ser dictaminados antes del 20 de noviembre para ser tratados durante el período ordinario. Con este plazo vencido, las opciones del gobierno se limitan a convocar sesiones extraordinarias, una medida poco probable dado el clima de enfrentamiento.
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En este contexto, tanto Mauricio Macri como Cristina Fernández han aprovechado el vacío político de Milei para posicionarse estratégicamente. Mientras Macri intensifica sus críticas al mandatario libertario, buscando un rédito político en su vulnerabilidad, Cristina ha optado por un enfrentamiento abierto que reafirma su rol como líder opositora. Ambos líderes, que representan extremos del espectro político, parecen haber encontrado en el desgaste del gobierno una oportunidad para recuperar protagonismo.
Este nuevo escenario político expone una paradoja: Milei, que prometió destruir el “sistema casta”, enfrenta ahora a una casta reconfigurada que, lejos de disolverse, parece haber encontrado un enemigo común en su figura.
El conflicto por el presupuesto no solo revela la inexperiencia del gobierno en la gestión de tensiones políticas, sino que pone en duda su capacidad de articular una gobernabilidad efectiva. La falta de acuerdos con los gobernadores, quienes representan intereses fundamentales en el interior del país, podría derivar en un aislamiento político peligroso para un gobierno que ya enfrenta serios cuestionamientos por sus políticas económicas.
La imagen de un Milei rodeado de asesores lejanos a las necesidades del territorio y obsesionado con el déficit cero podría convertirse en el talón de Aquiles de su administración. Si el gobierno no logra generar consensos mínimos, no solo se enfrentará a una parálisis legislativa, sino que podría precipitar una crisis institucional de consecuencias imprevisibles.
Fuente:
No hay morfi
— En Orsai (@EnOrsai) November 20, 2024
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