La visita del presidente argentino Javier Milei a Chile se convierte en un escándalo diplomático tras la negativa de Gabriel Boric a recibirlo. La falta de formalidad y la improvisación en la planificación del viaje de Milei generan tensiones y descontento en La Moneda, evidenciando las profundas diferencias ideológicas y políticas entre ambos mandatarios.
Redacción EnOrsai // Miercoles 07 de agosto de 2024 | 20:06
En una visita que ya había sido cuestionada desde su anuncio, el presidente argentino Javier Milei arribó a Chile solo para encontrarse con una fría recepción y la confirmación de que su par chileno, Gabriel Boric, no lo recibiría. Lo que prometía ser una oportunidad para estrechar lazos bilaterales se ha transformado en un reflejo de las tensiones y diferencias ideológicas que separan a ambos líderes.
Según fuentes cercanas a La Moneda, la visita de Milei se gestó de manera improvisada, con una planificación que dejó mucho que desear. La falta de comunicación y formalidad en los preparativos del viaje generó una molestia palpable en el gobierno chileno. La petición de Milei para que el encuentro se realizara "preferentemente" en su hotel, dejando abierta la posibilidad de que se encontraran en otro lugar, fue vista como una muestra más de la informalidad y desdén del mandatario argentino hacia los protocolos diplomáticos.
El contraste con la recepción organizada para el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no podría ser más marcado. Lula, quien también visitó Chile recientemente, fue recibido con honores y mantuvo reuniones estratégicas con empresarios y el propio Boric, subrayando la importancia de la relación bilateral entre Chile y Brasil. Esta diferencia de trato evidencia no solo las divergencias ideológicas, sino también la preferencia de Boric por líderes que comparten su visión progresista.
La negativa de Boric a recibir a Milei también se sustenta en las preocupaciones sobre posibles declaraciones del presidente argentino que pudieran incomodar a su anfitrión. Temas sensibles como la situación en Venezuela, donde Boric ha adoptado una postura crítica pero alineada con las estrategias de Brasil, México y Colombia, podrían haber generado fricciones innecesarias.
Mientras tanto, Milei parece seguir una tendencia preocupante de realizar visitas privadas a otros países sin priorizar las reuniones oficiales. Desde que asumió la presidencia, ha realizado doce viajes al extranjero, de los cuales solo la mitad incluyeron actividades oficiales. Este patrón de comportamiento no solo demuestra una falta de interés por las relaciones diplomáticas formales, sino también una estrategia errática que genera incertidumbre entre sus pares internacionales.
El enfoque improvisado de Milei quedó nuevamente en evidencia durante su visita a Vaca Muerta, en Neuquén, justo antes de su viaje a Chile. A pesar de la importancia estratégica de los yacimientos de hidrocarburos y de la planta de GNL que se construirá en Río Negro, la planificación de estas visitas reflejó una falta de coordinación y preparación que se ha vuelto característica de su gobierno.
La molestia en La Moneda no es solo con Milei, sino también con la Cancillería argentina, que informó del viaje con poca antelación, dificultando la organización de una agenda que pudiera acomodar un encuentro bilateral. La comparación con la visita privada del presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, quien sí tuvo un saludo protocolar con Boric debido a una planificación anticipada, resalta aún más la informalidad de la gestión de Milei.
A pesar de todo, algunos observadores señalan que la visita de Milei a Chile podría tener aspectos positivos, al menos en teoría. Natasha Niebieskikwiat, periodista de Clarín, sugiere que hay una intención pragmática detrás del acercamiento de Milei a Chile, aunque las diferencias políticas entre ambos mandatarios sean abismales.
Sin embargo, la realidad es que Milei se encuentra aislado diplomáticamente. Su falta de tacto y su tendencia a priorizar las reuniones privadas sobre las oficiales han generado tensiones no solo con Chile, sino también con otros países. Su reciente visita a España, donde no se reunió con el presidente Pedro Sánchez pero sí criticó duramente a su esposa, es otro ejemplo de cómo su estilo confrontativo está afectando las relaciones exteriores de Argentina.
En definitiva, la visita de Javier Milei a Chile no solo fracasó en su intento de fortalecer los lazos bilaterales, sino que también puso de manifiesto las profundas diferencias políticas y la falta de coordinación diplomática que caracterizan su gobierno. Gabriel Boric, al priorizar otras alianzas estratégicas y rechazar un encuentro con Milei, ha enviado un mensaje claro sobre su visión de las relaciones internacionales y la importancia de la formalidad y el respeto en la diplomacia.
Fuentes:
https://www.ambito.com/politica/javier-milei-viaja-chile-pero-gabriel-boric-no-lo-recibira-n6045142
https://www.ex-ante.cl/la-molestia-en-la-moneda-con-la-poco-anticipada-visita-de-javier-milei/
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