Flojo de papeles

Gestión Rosenkrantz: la Corte macrista al borde de la implosión

La situación de Rosenkrantz se torna insostenible. Sus colegas señalan que pasó información confidencial a Barrick para que refutara el borrador de la mayoría a favor de la constitucionalidad de la ley de glaciares

Gestión Rosenkrantz: la Corte macrista al borde de la implosión

Por Horacio Verbitsky para El Cohete a la Luna // Lunes 22 de abril de 2019 | 08:34

El largo feriado de Semana Santa postergó las definiciones pero no atenuó el conflicto entre el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fernando Rosenkrantz, y sus cuatro colegas.

En el único acuerdo de la semana todos fingieron cordialidad. “Es un buen muchacho”, dijo el obispo de Rafaela, mientras afilaba la hoja del puñal.

En la inauguración del año judicial, en cuanto Rosenkrantz concluyó la oda a la burocracia y el minimalismo, que incluyó críticas a la grandilocuencia y las ambiciones políticas de su predecesor, recibió un inmediato abrazo del propio Ricardo Lorenzetti. El discípulo de los hermanos maristas era el único de los cinco que sonreía, acaso porque ese contacto le sirvió para tomar las medidas exactas de la espalda del filósofo de Yale.

El caso de Petrolera Esso, hoy Axion, contra la municipalidad de Quilmes, sobre el monto de la tasa por inspección de higiene y salubridad que puede cobrarle, ya es causa suficiente de juicio político. Pero no es el único: hay al menos otros cuatro casos de clientes del estudio del presidente de la Corte (tres de YPF S.A. y uno de Claro) en los que Rosenkrantz intervino, y uno en el que sus colegas lo acusan de traficar información confidencial hacia la minera Barrick Gold.

Desde que lo sorprendieron informando a Mario Quintana (era su abogado en Farmacity) y Gustavo Lopetegui después de cada acuerdo, lo llaman Buby, por Julio Salvador Nazareno, quien antes de presidir la Corte había sido socio del bufete jurídico del presidente Carlos Menem y su Hermano Eduardo, con quienes se mantenía en constante contacto.

Tuvieron un choque fuerte en diciembre, cuando el Poder Ejecutivo conoció antes de que se firmara el voto que dio la razón en su reclamo de ajuste al jubilado Luciano Blanco y eso le permitió emitir una disposición administrativa tendiente a atenuar el efecto de ese fallo adverso. Pero la filtración de borradores de la Corte, ya no a los socios políticos del gobierno, sino a una gran corporación transnacional que pretende eliminar cualquier obstáculo a sus prácticas predatorias conocidas en todo el mundo, excedió todo lo tolerable y presagia un final estrepitoso de la relación.

Mirá todo el detalle por acá.

 

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