
“Hoy termina mi misión”, les comunicó a sus seguidores vía Youtube. “Acompañar a una humanista cristiana implica las bienaventuranzas de que la felicidad está en la entrega”, los consoló, y se comparó con Urquiza, “que había perdido para que ganara la Nación”.
Sergio Villone // Martes 11 de agosto de 2015 | 16:27
“Alguien tiene que estar dispuesto a sacrificarse, a perder, a poner el cuerpo, la cara, la lucha. Y eso, a lo mejor, no es recompensado históricamente con votos, al contrario”, acusó la aliada de Mauricio Macri y Ernesto Sanz.
“Hay mucha incomprensión pero es una causa que trasciende. Estoy contenta porque viene el tiempo de la cosecha”, se mostró enigmática, en una actitud similar a la del 2011, luego de quedar muy lejos del 50% que había obtenido Cristina Fernández de Kirchner en las PASO de ese año.
En ese entonces, también se mostró enojada con la sociedad argentina por no votarla y anunció que se retiraba a una chacra de Corrientes, aunque luego se la vio por Punta del Este con amigas.
“Argentina va a cambiar en octubre”, aseguró, como el domingo, cuando en medio de los festejos del PRO por el segundo puesto en las PASO aseveró que “estamos a las puertas de la República”.
“Estoy liberada, pero tienen que entender que después de 20 años de anunciar y denunciar como un profeta moderno, es una vida difícil”, se quiso justificar.
“Todavía nuestra sociedad no está preparada para un tránsito rápido de la corrupción al ideal”, se lamentó y expresó que “no hay que estar enojado con la sociedad”.
“Quiero estar con mis hijos, que me necesitan y en septiembre voy a estar al pie del cañón, mucho más libre y acompañando a la fórmula de Cambiemos, siempre siguiendo a Cristo”, prometió.
“Ahora ya lo puedo declarar sin tapujos. Mi vida estuvo signada por esta misión, por la búsqueda de la verdad. Yo soy una loca de Cristo”, se definió, y concluyó: “La Humanidad va a vivir momentos muy difíciles y yo ahora voy a trabajar por la Humanidad”.