
Crypto card
Martes 02 de septiembre de 2025 | 18:36
Las criptomonedas dejaron de ser una novedad para convertirse en una opción concreta dentro del día a día de muchas personas. En ese camino, un producto que gana cada vez más protagonismo es la crypto card, una tarjeta que permite gastar tus criptos como si fueran pesos o dólares, en cualquier comercio que acepte tarjetas.
Pero, ¿qué tiene de diferente esta tarjeta con respecto a una de débito o crédito tradicional? ¿Cómo funciona exactamente? Y lo más importante: ¿es fácil de usar para alguien que recién empieza en el mundo cripto?
En esta nota te contamos todo lo que necesitás saber para entender cómo funciona y cuáles son sus principales diferencias con las tarjetas bancarias de siempre.
Es una tarjeta prepaga que está vinculada a una billetera virtual con criptomonedas. Es decir, no está asociada a una cuenta bancaria tradicional, sino a una cuenta cripto. Permite usar tus activos digitales (como USDC, DAI, USDT o incluso bitcoin) para pagar bienes y servicios en comercios físicos u online, de forma inmediata.
Funciona como cualquier otra tarjeta Mastercard o Visa: la pasás en un local, escaneás un QR o ingresás los datos online, y el monto se descuenta de tu saldo disponible. La gran diferencia es que ese saldo proviene de tus criptomonedas, no de pesos o dólares depositados en un banco.
Este es el punto clave: la conversión de criptomonedas a moneda local (pesos, en este caso) se hace automáticamente y en el momento del pago. No tenés que vender las cripto previamente ni hacer ningún paso extra.
Por ejemplo, si tenés 50 USDC en tu billetera y hacés una compra por $10.000 en un comercio argentino, la tarjeta convierte el monto necesario de USDC a pesos al valor del momento, debita ese monto de tu cuenta y se procesa el pago como en cualquier tarjeta.
Todo esto sucede en segundos, y desde el lado del comercio no hay diferencia: recibe el pago en pesos como si se tratara de una tarjeta de débito común.
Aunque la experiencia de uso es similar a la de una tarjeta de débito, hay varias diferencias importantes que la hacen una herramienta única, sobre todo en un contexto como el argentino:
Tarjeta tradicional: usa dinero depositado en una cuenta bancaria (en pesos o dólares).
Crypto card: usa criptomonedas alojadas en una billetera virtual.
Tarjeta tradicional: requiere una cuenta bancaria, con documentación y a veces comprobantes de ingresos.
Crypto card: se vincula a una cuenta cripto, sin necesidad de tener cuenta bancaria ni historial crediticio.
Tarjeta tradicional: si usás una tarjeta en el exterior, el banco te cobra el tipo de cambio oficial + impuestos.
Crypto card: convierte automáticamente tus cripto a la moneda local del comercio, sin necesidad de comprar dólares.
Tarjeta tradicional: está sujeta a aprobaciones bancarias y puede tener comisiones por mantenimiento.
Crypto card: suele tener menos requisitos, no pide historial crediticio y muchas veces es gratuita o de bajo costo.
Cualquier persona mayor de edad que tenga una cuenta en una plataforma cripto habilitada en Argentina puede pedirla. No hace falta tener conocimientos avanzados ni hacer operaciones complejas: la mayoría de las tarjetas están pensadas para un uso cotidiano y simple.
Esto la convierte en una herramienta ideal para:
Personas no bancarizadas o con acceso limitado al sistema financiero tradicional.
Quienes cobran parte de sus ingresos en criptomonedas.
Usuarios que quieren mantener sus ahorros en dólares digitales y usarlos directamente en comercios.
Personas que viajan al exterior y buscan evitar los recargos del dólar tarjeta.
Funcionan en cualquier comercio que acepte tarjetas Mastercard o Visa, según el proveedor. Eso incluye supermercados, restaurantes, tiendas online, apps de delivery, estaciones de servicio y más. También se pueden usar para pagar servicios o suscripciones digitales como Netflix, Spotify o plataformas educativas.
Además, muchas vienen con versiones físicas y virtuales, lo que permite tener una mayor flexibilidad para compras tanto en persona como por internet.
No. Ese es justamente uno de los grandes beneficios. No necesitás hacer ninguna operación manual para vender tus criptos. Simplemente usás la tarjeta, y el sistema se encarga de convertir automáticamente la cantidad necesaria de tus activos digitales a moneda local, al tipo de cambio vigente en ese momento.
Esto ahorra tiempo, reduce pasos intermedios y te permite aprovechar mejor el saldo que tenés en tu billetera virtual.