Condenaron por estafa al ex socio español de Lanata en el diario Crítica
La condena fue a los empresarios españoles Gerardo Díaz Ferrán y Antonio Mata, ex socio del periodista de Canal 13 en el diario que fundieron. La condena fue por haber defraudado al fisco por 99 millones de euros la compra de Aerolíneas Argentinas. Mirá lo que Lanata decía sobre Mata.
Los empresarios españoles Gerardo Díaz Ferrán y Antonio Mata recibieron una pena de dos años y dos meses de prisión al ser encontrados culpables de haber defraudado al fisco por 99 millones de euros en la compra de Aerolíneas Argentinas en 2001 por parte de Air Comet, una sociedad del grupo Marsans. La Justicia consideró un agravante el "elevadísimo montante de dinero público" otorgado a la empresa.
La Justicia española condenó al empresario español Gerardo Díaz Ferrán a dos años y dos meses de prisión por defraudar al fisco 99 millones de euros en la compra de Aerolíneas Argentinas. La Audiencia Nacional le impuso además una multa idéntica al importe defraudado en una operación por la que el dinero que el Estado español aportó para el pago de acreedores -300 millones de dólares- no fue utilizado para ello, sino para subrogarse en su posición en el proceso de suspensión de pagos.
El juez dictaminó que esto "se considera un plus de reprochabilidad o culpabilidad" ya que, a pesar del "elevadísimo montante de dinero público" cedido, el empresario realizó "maquinaciones" para eludir el pago de los impuestos correspondientes. La sentencia, que no es firme, destaca "la especial trascendencia y gravedad de la defraudación" así como "la procedencia de los fondos con la que se cometió, que no son otros que los del erario público".
El tribunal consideró también culpable al expresidente de la compañía, Antonio Mata Ramayo, al que condena a la misma pena. Ni él ni Díaz Ferrán podrán obtener, en los próximos cuatro años y medio, subvenciones o ayudas públicas ni gozar de beneficios o incentivos fiscales.
Según el magistrado, los dos condenados defraudaron al fisco utilizando los fondos públicos de la Sociedad Española pública de Participaciones Industriales (SEPI) para deshacerse de una compañía con "gravísimos" problemas económicos, Aerolíneas Argentinas. La SEPI vendió a Air Comet el 99,2 por ciento de Interinvest, una mercantil domiciliada en Argentina que a su vez era propietaria del 92,1 por ciento del capital de Aerolíneas Argentinas, y a la que Díaz Ferrán y Mata usaron como "pantalla" porque no tributaba en España.
El precio de venta fue de un dólar, pero la SEPI también aportó en ese momento a Interinvest hasta 300 millones de dólares para pagar a los acreedores de Aerolíneas Argentinas, entonces en concurso, de modo que Air Comet se convirtió en titular de la deuda y pudo liderar las negociaciones del convenio, que terminaron en 2002 con una quita del sesenta por ciento.
De esta forma, Air Comet se constituyó en acreedor dominante en el concurso de Aerolíneas al obtener los reembolsos del concurso y cederlos a su patrimonial, Interinvest, que obtendría el correspondiente incremento patrimonial. Y al no hacer constar el incremento de su activo en el ejercicio de 2001, cuando adquirió los derechos de Interinvest, Air Comet no tributó en España. Pero "la realidad", según la sentencia, fue que los millones de dólares aportados por la SEPI para cancelar pasivos de Interinvest fueron utilizados por Air Comet para la compra de esos pasivos", de forma que pasó a ser el principal acreedor de la compañía.
Díaz Ferrán, de 70 años, negó en el juicio celebrado hace dos semanas haber cometido fraude. "Estábamos seguros de que no teníamos que pagar nada a Hacienda", aseguró. Desde hace un año está en prisión preventiva por otro caso: el vaciamiento patrimonial de la empresa turística Marsans, de la que fue propietario, para evitar hacer frente al pago de las deudas. Podría haber eludido la cárcel con el pago de una fianza millonaria, sin embargo, asegura no tener dinero ni forma de hacer frente a la misma.
Lanata: “Apareció Mata”
En 2008, con el diario Crítica todavía en la calle, ya se hacía evidente la influencia creciente de Antonio Mata tanto en los auspicios como en la línea del matutino dirigido por Lanata.
Sin embargo, en julio de 2008, ante la pregunta de si Antonio Mata era accionista del diario, entonces respondió: "Antonio Mata no es accionista de Crítica, solo un buen anunciante quiere que Jaime le de la licencia para operar con Air Pampa y mantiene una batalla con él y por eso pone muchos avisos".
Era mentira porque Mata ya tenía personal propio en el día a día de la administración de Crítica: uno de ellos se llamaba Mario Pimentel y había sido gerente de Aeropuertos de Aerolíneas bajo la dirección de Marsans.
Más adelante, con el diario ya fundido (hecho que ocurrió formalmente en mayo de 2010), Lanata explicó así su sociedad con Mata:
“En un momento tuve que ir a buscar a alguien que pusiera guita. Apareció [Antonio] Mata. ¿Si era el tipo que más me gustaba? No. Ahora, estaba dispuesto a poner plata. El diario empezó a perder, perder y perder. Mata siguió comprando, me entró a licuar y quedé con el 5 por ciento. Estaba dibujado y no podía seguir dirigiendo en minoría porque me pasaban por arriba. Entonces me fui un año antes de que el diario cerrara. Durante todo el tiempo que estuve se pagó en blanco y en término. Si la gente que entró a laburar conmigo pretendía que yo la adoptara y que la siguiera manteniendo durante los próximos 50 años, estaba en un error”.
Para llevar adelante el emprendimiento de Crítica, del que Lanata fue dueño y director, el hoy periodista estrella de Clarín contrató a unos 200 empleados, entre periodistas, fotógrafos, diseñadores y administrativos, sin haber realizado un plan de negocios claro y consistente.
Y ante las primeras alertas de su contabilidad, denunció conspiraciones de todo tipo, hasta que se asoció con Mata y el diario fundió. Los empleados nunca cobraron indemnización alguna.
Los empresarios españoles Gerardo Díaz Ferrán y Antonio Mata recibieron una pena de dos años y dos meses de prisión al ser encontrados culpables de haber defraudado al fisco por 99 millones de euros en la compra de Aerolíneas Argentinas en 2001 por parte de Air Comet, una sociedad del grupo Marsans.
La Justicia consideró un agravante el "elevadísimo montante de dinero público" otorgado a la empresa.
La Audiencia Nacional le impuso además una multa idéntica al importe defraudado en una operación por la que el dinero que el Estado español aportó para el pago de acreedores -300 millones de dólares- no fue utilizado para ello, sino para subrogarse en su posición en el proceso de suspensión de pagos.
El juez dictaminó que esto "se considera un plus de reprochabilidad o culpabilidad" ya que, a pesar del "elevadísimo montante de dinero público" cedido, el empresario realizó "maquinaciones" para eludir el pago de los impuestos correspondientes.
El tribunal consideró también culpable al expresidente de la compañía, Antonio Mata Ramayo, al que condena a la misma pena. Ni él ni Díaz Ferrán podrán obtener, en los próximos cuatro años y medio, subvenciones o ayudas públicas ni gozar de beneficios o incentivos fiscales.
Según el magistrado, los dos condenados defraudaron al fisco utilizando los fondos públicos de la Sociedad Española pública de Participaciones Industriales (SEPI) para deshacerse de una compañía con "gravísimos" problemas económicos, Aerolíneas Argentinas.
La SEPI vendió a Air Comet el 99,2 por ciento de Interinvest, una mercantil domiciliada en Argentina que a su vez era propietaria del 92,1 por ciento del capital de Aerolíneas Argentinas, y a la que Díaz Ferrán y Mata usaron como "pantalla" porque no tributaba en España.
El precio de venta fue de un dólar, pero la SEPI también aportó en ese momento a Interinvest hasta 300 millones de dólares para pagar a los acreedores de Aerolíneas Argentinas, entonces en concurso, de modo que Air Comet se convirtió en titular de la deuda y pudo liderar las negociaciones del convenio, que terminaron en 2002 con una quita del sesenta por ciento.
De esta forma, Air Comet se constituyó en acreedor dominante en el concurso de Aerolíneas al obtener los reembolsos del concurso y cederlos a su patrimonial, Interinvest, que obtendría el correspondiente incremento patrimonial.
Y al no hacer constar el incremento de su activo en el ejercicio de 2001, cuando adquirió los derechos de Interinvest, Air Comet no tributó en España.
Pero "la realidad", según la sentencia, fue que los millones de dólares aportados por la SEPI para cancelar pasivos de Interinvest fueron utilizados por Air Comet para la compra de esos pasivos", de forma que pasó a ser el principal acreedor de la compañía.
Díaz Ferrán, de 70 años, está en prisión preventiva desde hace un año por otro caso: el vaciamiento patrimonial de la empresa turística Marsans, de la que fue propietario, para evitar hacer frente al pago de las deudas.
Podría haber eludido la cárcel con el pago de una fianza millonaria, sin embargo, asegura no tener dinero ni forma de hacer frente a la misma.
Lanata: “Apareció Mata”
En 2008, con el diario Crítica todavía en la calle, ya se hacía evidente la influencia creciente de Antonio Mata tanto en los auspicios como en la línea del matutino dirigido por Lanata.
Sin embargo, en julio de 2008, ante la pregunta de si Antonio Mata era accionista del diario, entonces respondió:
"Antonio Mata no es accionista de Crítica, solo un buen anunciante quiere que Jaime le de la licencia para operar con Air Pampa y mantiene una batalla con él y por eso pone muchos avisos".
Tal afirmación era falaz porque Mata ya tenía personal propio en el día a día de la administración de Crítica: uno de ellos se llamaba Mario Pimentel y había sido gerente de Aeropuertos de Aerolíneas bajo la dirección de Marsans.
Más adelante, con el diario ya fundido (hecho que ocurrió formalmente en mayo de 2010), Lanata explicó así su sociedad con Mata:
“En un momento tuve que ir a buscar a alguien que pusiera guita. Apareció [Antonio] Mata. ¿Si era el tipo que más me gustaba? No. Ahora, estaba dispuesto a poner plata. El diario empezó a perder, perder y perder. Mata siguió comprando, me entró a licuar y quedé con el 5 por ciento. Estaba dibujado y no podía seguir dirigiendo en minoría porque me pasaban por arriba. Entonces me fui un año antes de que el diario cerrara. Durante todo el tiempo que estuve se pagó en blanco y en término. Si la gente que entró a laburar conmigo pretendía que yo la adoptara y que la siguiera manteniendo durante los próximos 50 años, estaba en un error”.
Para llevar adelante el emprendimiento de Crítica, del que Lanata fue dueño y director, el hoy periodista estrella de Clarín contrató a unos 200 empleados, entre periodistas, fotógrafos, diseñadores y administrativos, sin haber realizado un plan de negocios claro y consistente.
Y ante las primeras alertas de su contabilidad, denunció conspiraciones de todo tipo, hasta que se asoció con Mata y el diario fundió. Los empleados nunca cobraron indemnización alguna.