El experimento libertario está en su hora más crítica y el ajuste lo pagan los de siempre: los argentinos que trabajan.
Fuga de dólares en Argentina
Martes 22 de julio de 2025 | 18:54
La situación económica de la Argentina atraviesa un momento extremadamente delicado. El Fondo Monetario Internacional le advirtió al gobierno de Javier Milei que el tiempo para hacer los cambios se acaba. A pesar de ciertos "logros técnicos", las reservas siguen siendo negativas y la dependencia del endeudamiento externo es cada vez más crítica.
Según el propio FMI, el tipo de cambio está subvaluado en más de un 25%, lo que distorsiona gravemente la economía real. Esto genera una salida brutal de divisas, en parte por turismo masivo al exterior, pero también por un sistema financiero que sólo acepta inversiones en el corto plazo, desconfiando de la sostenibilidad del modelo económico.
En los últimos tres meses, la Argentina perdió más de 10.000 millones de dólares por turismo internacional, según reveló el economista Carlos Melconian, cercano al oficialismo. Además, las importaciones aumentaron mientras el superávit comercial se derrumbó un 74% en lo que va del año.
Melconian fue tajante: “Este tipo de cambio no es de equilibrio. Nos estamos fumando en Miami y República Dominicana lo que produce Vaca Muerta”. El propio FMI estima que el tipo de cambio real debería ubicarse en 1430 pesos por dólar. Hoy, el atraso cambiario sólo sostiene una ilusión de estabilidad que no resiste el mediano plazo.
Argentina necesita dólares para pagar importaciones y deuda. Pero en vez de generar divisas por exportación, se endeuda. El Gobierno planea recurrir otra vez al FMI, pero el organismo ya advirtió: si no hay reformas, no hay fondos.
La política económica de Milei apunta a aguantar hasta octubre, pero acumula desequilibrios insostenibles: caída de salarios, jubilaciones pulverizadas, deterioro del sistema de salud y educación. La bomba social está en marcha.
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El Gobierno de Javier Milei transita una economía en ruinas: reservas negativas, fuga de capitales, endeudamiento crónico y salarios en caída. Incluso los economistas que lo apoyaron ahora le dan la espalda. El experimento libertario está en su hora más crítica y el ajuste lo pagan los de siempre: los argentinos que trabajan.