El presidente de CONINAGRO, Elvio Laucirica, revela las frustraciones y expectativas de los productores agropecuarios tras la reunión con el ministro de Economía, Luis Caputo. La promesa de un alivio fiscal y un dólar competitivo parece desvanecerse en el horizonte, mientras la liberalización de mercados y la falta de políticas claras acentúan la incertidumbre en el sector.
Redacción EnOrsai // Miercoles 24 de julio de 2024 | 10:29
El escenario de la economía argentina bajo el gobierno de Javier Milei se sigue escribiendo con tinta de incertidumbre y promesas vacías. La reciente reunión de Luis Caputo, ministro de Economía, con la Mesa de Enlace en la Rural, deja un sabor amargo en el sector agropecuario. Elvio Laucirica, presidente de CONINAGRO, expresó en una entrevista para El Destape la profunda preocupación de los productores ante la falta de medidas concretas que favorezcan al sector.
El discurso oficialista sigue insistiendo en la liberalización de los mercados como panacea para todos los males económicos. Sin embargo, esta narrativa ignora deliberadamente las necesidades urgentes de los pequeños y medianos productores, quienes enfrentan una crisis sin precedentes. Laucirica fue claro: "No hubo respuesta concreta sobre el alivio fiscal ni sobre un dólar competitivo que nos permita competir con nuestros vecinos". Esta declaración desnuda la retórica vacía del gobierno, que se enmascara tras metas macroeconómicas abstractas y sin plazos definidos.
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La insistencia en alcanzar un déficit fiscal cero y una inflación controlada antes de implementar cualquier medida de alivio fiscal no hace más que postergar una situación que se vuelve insostenible para el campo. El ministro Caputo mencionó que solo cuando estas condiciones se cumplan, se considerará la eliminación de las retenciones, una carga que ahoga a los productores. Pero, ¿cuán realista es esta promesa en un país donde la inflación y la inestabilidad económica son la norma?
El sector agropecuario, fundamental para la economía argentina, se encuentra en una encrucijada. La falta de señales claras sobre la política futura dificulta la planificación de la siembra y las inversiones necesarias para la próxima campaña. "Sembrar vamos a sembrar", afirmó Laucirica, pero la incertidumbre económica limita las posibilidades de expansión y mejora. Este escenario no solo afecta a los productores, sino que también tiene repercusiones en toda la cadena de valor, desde el empleo hasta la generación de divisas.
La estrategia del gobierno de Milei parece centrarse en una suerte de fe ciega en el mercado libre, sin considerar las realidades concretas del país. La promesa de un "dólar competitivo" es una quimera cuando se enfrenta a un panorama de altísima inflación y costos impositivos elevados. El discurso de Caputo sobre la eliminación de las retenciones suena más a un mantra neoliberal que a una política realista y efectiva.
En este contexto, el sector agropecuario se enfrenta a una situación de vulnerabilidad extrema. La liberación de mercados, tan celebrada por algunos sectores, no es más que una cortina de humo que oculta la falta de un plan económico integral y sustentable. Laucirica fue contundente al expresar que la preocupación principal del campo hoy es la inflación, que erosiona el poder adquisitivo y reduce el consumo interno, afectando especialmente a las economías regionales que dependen del mercado local.
El desplazamiento de Fernando Vilella como secretario de Bioeconomía, un hecho que generó sorpresa y dudas, no ha sido abordado de manera clara por el gobierno. La llegada de Sergio Iraeta, quien ya estaba en la secretaría, no cambia el panorama de incertidumbre. El sector necesita políticas coherentes y una interlocución efectiva con el gobierno, algo que hasta ahora ha brillado por su ausencia.
En resumen, la reunión de la Mesa de Enlace con Luis Caputo no ha sido más que un reflejo de la política económica del gobierno de Javier Milei: promesas ambiguas, falta de claridad y un alejamiento preocupante de la realidad que vive el sector agropecuario. Los productores necesitan certezas y políticas concretas, no discursos vacíos. La economía real no se sostiene con buenas intenciones ni con esperanzas de liberalización que no consideran el contexto nacional.
El campo argentino, motor histórico de la economía, se encuentra en un momento crítico. La falta de medidas concretas y el desconcierto generalizado no auguran un futuro prometedor. La administración Milei debe replantear su estrategia y escuchar las necesidades reales del sector si quiere evitar un colapso económico que, de no ser abordado con urgencia, tendrá consecuencias devastadoras para todo el país.
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— En Orsai (@EnOrsai) July 24, 2024
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