medios cómplices

Defensa de la Mafia Judicial, tarea editorial obligada. Por Hugo Muleiro

La oposición mediática reaccionó con un despliegue unánime en defensa de la Corte tras el anuncio presidencial del pedido de juicio político y el pronóstico también coincidente sobre que apenas pasará en Comisión de Diputados, en una estrategia que a la vez destina energías a censurar casi por completo las filtraciones de los intercambios que evidencian la colusión entre los supremos y Juntos por el Cambio en maniobras contra el oficialismo

Defensa de la Mafia Judicial, tarea editorial obligada.  Por Hugo Muleiro

Lunes 02 de enero de 2023 | 11:32

(Por Hugo Muleiro) Nada diferente podía esperarse de las empresas periodísticas cuyas acciones son cruciales para la existencia de este dispositivo, que condiciona y llega a anular las potestades de los poderes ejecutivo y legislativo, en una reformulación de la estructura institucional que disuelve los mandatos populares.

Así, la presentación de Alberto Fernández como sometido a las “órdenes K” no ofrece ninguna novedad ni ingenio: es la mera repetición de una fórmula ya empleada, hasta el hartazgo, cada vez que el Presidente dice o hace algo que no satisface al poder económico que organiza el relato de estos medios, determina las decisiones judiciales y arrastra, como furgón de cola, a Juntos por el Cambio.

Esta “justicia” es atacada, dice la portada de Clarín del lunes 2 de enero, porque toma decisiones que “involucran a Cristina Kirchner y a sus hijos, Máximo y Florencia, como la de Hotesur-Los Sauces”. Es la sagacidad de este periodismo lo que le permite mencionar medidas que, en verdad, no fueron aún tomadas, si bien la decisión al respecto está resuelta hace mucho tiempo, como lo anticipan lustrosos columnistas.

Las y los lectores de Clarín, La Nación e Infobae están condenados a no informarse sobre el contenido de los diálogos en plataformas digitales que desnudan la articulación mafiosa que parte de las oficinas del emir supremo, Horacio Rosatti, quien según esas filtraciones conduce con mano maestra lo que han de hacer y decir las y los legisladores republicanistas.

La Nación se atreve, muy cuidadosamente, a incluir artículos aislados que reconocen la situación difícil del ministro porteño D’Alessandro, que sigue siendo protegido por Rodríguez Larreta. Es difícil explicar que il capo porteño permita esta erosión a su precandidatura presidencial, el único motivo de sus esfuerzos y desvelos, a no ser que él sea también parte del dispositivo que lleva de paseo al ministro a Lago Escondido o transmite órdenes de Rosatti a Juntos por el Cambio.

El anuncio presidencial sorprendió al sistema mediático opositor en el descanso del primero de enero, pero ya se sabe que vendrá una reacción mucho más pesada, en lo cual la acusación de espionaje ilegal al Gobierno es solo una parte.

El comienzo del año estuvo marcado por la asunción de la presidencia brasileña de Luiz Lula da Silva, otro hecho amargo para los medios opositores. Clarín expresó su desagrado en la tapa, cuando eligió de manera desopilante destacar que el líder del PT asumió “sin Maduro”. Levemente más discreto, La Nación privilegió un texto de la agencia estadounidense AP para decir que la ceremonia estuvo “marcada por la ausencia de Bolsonaro”. La fiesta popular, los gestos políticos poderosos que Lula transmitió en la ceremonia, el anuncio de sus compromisos principales, quedaron como asuntos de segundo orden.

“Tensa transición”, “momentos de desafíos”, “las contradicciones del nuevo gobierno”, fueron ejes elegidos para quitarle brillo a los actos en Brasilia.

Es el mismo enfoque geopolítico aplicado a Bolivia: las notas de Clarín, La Nación e Infobae censuraron o enviaron a lugares invisibles el hecho de que el cabecilla golpista Camacho fue detenido por orden judicial. La marca más extremista sobre este tema la dio Cantelmi, de Clarín, cuando en una nota del viernes presentó “historias de venganza y relato de un golpe que nunca existió”.

Son interpretaciones que aplican al despliegue opositor constante fronteras adentro y, a la vez, prestan servicio a la madre patria: Clarín buscó en Washington una declaración de vocero oficial que condenara el enfrentamiento del Gobierno con la Corte. Como no lo consiguió, apeló a la versión sin fuente y a la habitual cobardía del condicional. Bonelli tipeó el viernes 30 sobre un “mensaje directo” al Presidente, para decir después: “La reacción habría llegado de manera informal a través de emisarios de la embajada”.

Y, como la Casa Blanca no habló, una corresponsal echó mano a unos “expertos” y “observadores” que critican al Presidente por “desobedecer” a la Corte.

Esta gente es insaciable: no les alcanza con los Rosatti, las cámaras, jueces, fiscales, ministros como D’Alessandro y legisladores que obedecen sin chistar, y por eso llegan al punto en que le piden ayuda a Tío Sam. Vienen haciéndolo hace mucho tiempo, es casi un acto reflejo y ya una tradición de los garcas argentos.

*Hugo Muleiro @HugoMuleiro - Escritor y periodista. Co-autor de Los Garcas, Los Monstruos y La Clase un Cuarto. En la Patria Grande.

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