ARDE CAMBIEMOS

"Si no la frenan, esta h... de p... nos va a llevar puestos a todos"

Exclusivo. El ministro de Justicia explotó tras el furibundo ataque de Elisa Carrió. Pese a que Macri no le aceptó la renuncia, sigue pensando en irse del Gobierno.

infonews.com // Viernes 05 de octubre de 2018 | 15:27

La interna en la alianza gobernante Cambiemos está más al rojo vivo que nunca. Los cuestionamientos de Elisa Carrió al ministro de Justicia, Germán Garavano, por haber dicho en relación a Cristina Kirchner que no es bueno que un expresidente vaya preso, cayeron como balde de agua helada y no le gustaron ni siquiera al principal sostén de la chaqueña, el presidente Macri.

"Si no la frenan, esta hija de puta nos va a llevar puestos a todos", bramó el titular de Justicia ante sus colaboradores luego de presentarle la renuncia a Macri y tras el tibio apoyo que le brindó el mandatario, según contaron fuentes del Palacio de Gobierno.a Infonews.

VOLVIÓ A ATACAR Carrió le dio un ultimátum a Macri: es el, o yo

Conocedor del poder que tiene "Lilita" puertas adentro de Casa Rosada (y en el universo mediático nacional), Garavano entendió que su cargo estaba puesto en duda y hasta temió que Macri le sugiriera un paso al costado. Pero eso no sucedió, aunque en los pasillos de Balcarce 50, pese a que la intolerancia hacia Carrió va en aumento, entienden que el ministro quedó herido y sigue pensando en dar el portazo.

Sin embargo, más allá del desplante de la diputada nacional, el punto que hizo estallar al ministro fue la ratificación de que ella avanzará con el pedido de juicio político en su contra, algo que ni siquiera la llamada que le hizo Macri este jueves logró atemperar.

"No puede ser que estemos todos atrás de la psicopatía de esta mujer", escupió Garavano ante los suyos en medio de los nubarrones que se posaron -una vez más- sobre la Casa Rosada.

En este contexto, la situación de Macri vuelve a ser la más incómoda: Garavano podría llegar a ser un fusible más que modere la crisis interna que Cambiemos vive desde que el radicalismo comenzó a sentirse un personaje secundario y, más aún, desde que Carrió juró venganza contra el sector menos reaccionario del oficialismo que acompañó el proyecto de aborto legal.

Los próximos días serán clave para la continuidad de la alianza Macri-Carrió. Si la diputada nacional profundiza su ataque de furia, la grieta será insalvable. Al mismo tiempo, ella se sabe sola en su pelea, ya que nadie salió a apoyar su postura. Es consciente del recelo que existe en la UCR con ella desde hace largos años. Por otro lado, nadie del núcleo duro del macrismo quiere que la exfuncionaria judicial de la dictadura se transforme en una patrulla perdida que pudiera motorizar problemas nuevos a un gobierno que todavía no sabe cómo afontará socialmente el mes de diciembre, sobre el que ningún pronóstico augura buenas noticias.

En tanto, los frenéticos llamados de teléfono entre el Presidente y su mesa chica parecen tener como denominador común que -al igual que hacen con otros temas aún más candentes- lo mejor es dejar que las aguas se aquieten solas y que Carrió caiga en la cuenta que su arremetida no encontrará eco en ninguna bancada del Parlamento. Y que lo mejor es que todos siguan agarrados al mismo salvavidas mientras la embarcación hace agua.

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