No puedo prometer lo que no estoy seguro que no puedo cumplir

Luego de bajar su candidatura presidencial en 2011, esta vez el senador mendocino Ernesto Sanz se mostró en el Luna Park ante unos ocho mil militantes radicales decidido a dar pelea hasta el final, o el menos hasta las primarias que definirán el candidato del FAUnen para la elección presidencial de octubre de 2015, donde las encuestas previas no lo favorecen y lo ubican último.

En duro discurso contra el gobierno y dispuesto a  asumir distintos “compromisos”, sólo soltó escasas promesas de campaña. “No puedo prometer lo que no estoy seguro que no puedo cumplir”, se atajó primero. Luego,  a lo largo de 50 minutos de discurso aprendido de antemano (con una pantalla gigante que reproducía como un videograf las consignas que iba soltando) y que interpretó como si improvisara, fue largando un puñado de promesas.

Al menos fueron cuatro. “Crear una Conadep de la corrupción, para que ningún hecho de corrupción se pierda en el olvido”. “Promover un Plan Nacional de Seguridad", en el que “estaré al frente como presidente” para luchar contra la inseguridad y el narcotráfico. Incorporar al Código Penal la agresión a una maestra “con la misma pena que la agresión a un policía”. Y transformar en ley la Asignación Universal por Hijo, a la que no hace mucho tiempo atrás criticó porque se esta “yendo por la canaleta de la droga y el juego”, en una alusión discriminatoria hacia los beneficiarios.

Abajo aplaudía el único gobernador radical, Ricardo Colombi de Corrientes, y distintos legisladores nacionales alineados con Sanz dispuestos a pelear la gobernación de sus respectivas provincias. Sus futuros contrincantes no estuvieron presentes: ni el radical Julio Cobos, ni el socialista Hermes Binner ni el líbero Pino Solanas. Solo la chaqueña Elisa Carrió, a quien le agradeció efusivamente “su acompañamiento” y Martín Lousteau, entre sus aliados, a quien le devolvió el guiño señalándolo como futuro jefe de Gobierno porteño.

Le pegó al massismo que se “presentan como renovadores y estuvieron hasta ayer en el barco del oficialismo”. También al macrismo al afirmar que la Ciudad “tiene más maquinas de juego que escuelas”. De todas maneras se encargó de decir que “no le cierro la puerta con candado a nadie”, dejándola abierta a otros acuerdos con el PRO. Todo con el objetivo de formar “una nueva mayoría” que en 2015 “termine con este largo carnaval de corrupción y populismo”.

La arenga envalentonó a los ocho mil radicales llegados en micros desde todo el país, y que presenciaron el lanzamiento de Sanz cómodamente sentados en sus butacas numeradas. Desempolvaron la marcha radical que bajó desde las plateas seguida de una vieja consigna: “vamos a ser gobierno otra vez como en el ‘83”.

En tanto, un centenar de jóvenes “activistas digitales” –que tuvieron un lugar destaco y de exposición junto a Sanz en el escenario— festejaban que el hasgta “#Yo voy con Sanz” se convirtiera por esas horas en trending topics (el tema mas comentado) en Twitter. Luego de haber trabajado para el acto con “30 millones de impresiones de publicidad en Facebook”, “100 mil sms”, “120 horas de render” (computadoras en red para transmitir imágenes) y “tres millones de llamadas telefónicas”.