Por Alfredo Silletta. La gobernadora María Eugenia Vidal decidió visitar hace una semana a la sanadora salteña, María Livia, quien dice que habla con la Virgen María y con Jesús, un grupo religioso que algunos especialistas consideran sectario y no reconocido por la Iglesia Católica.
Jueves 08 de diciembre de 2016 | 09:42
La gobernadora estuvo acompañada por Carolina Stanley y Federico Salvai, ambos muy devotos de María Livia, quien tiene seguidores de la alta sociedad salteña, entre ellos la familia Urtubey.
La sanadora María Livia Galeano de Obeid dice que desde 1990 ve y escucha a la Virgen, y a veces también a Jesús, que cuando ella está presente "descienden en cuerpo y alma". Algo que desde la teología es difícil de explicar, excepto que se trate de la segunda venida de Jesucristo.
Miles de personas van todos los sábados a ver los milagros de la Virgen de Cerro. Según dicen sus seguidores hay más de 600 testimonios que hablan de sus "curaciones". "Muchísimas personas se han curado, muchos ciegos que han vuelto a ver, paralíticos que han caminado, algunas enfermedades gravísimas incurables se han curado... muchísimos testimonios que ya están escritos y guardados en la curia", dijo la sanadora.
Ella no acepta dinero, pero su marido armó una fundación donde trabajan unas 120 personas, que se encargan de recibir a las personas, leer decenas de cartas y mail y también recibir donaciones.
El Papa Francisco, cuando era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, y primado de la Argentina, a mediados de la década anterior, recomendó a los sacerdotes porteños "no celebrar la Eucaristía" en la ermita del Cerro, de la localidad salteña de Tres Cerrillos, a donde acuden miles de fieles, porque ese acontecimiento de fe popular no cuenta con el aval de la Iglesia.
En su escrito citó la "Declaración sobre la cuestión del Cerro", difundida por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, donde sugiere "vincularse previamente con el párroco del territorio en el que se encuentren o con las autoridades del arzobispado de Salta".
El arzobispado de Salta advirtió en ese texto que "sobre la base de los elementos disponibles a la fecha no podemos avalar como verdad objetiva los acontecimientos extraordinarios que son presentados como originantes de la convocatoria ni de aquellas que se relatan cómo ocurridas en ella".
Tampoco se puede "avalar ni estimular la concurrencia" a la ermita del Cerro, porque "la convocatoria, los mensajes que allí se imparten y todo el desarrollo de la misma están fuera de la conducción pastoral".
"En cambio, debemos decir que, en las actuales circunstancias, se trata de una actividad de iniciativa particular en el marco de una organización civil, sin reconocimiento ni inserción en la actividad orgánica y oficial de la Iglesia Católica de Salta", subraya.
La gobernadora, desoyendo los pedidos de la Iglesia y del mismo Papa Francisco, prefiere a la sanadora María Livia, mientras que su jefe político, Mauricio Macri, se siente más cómodo con Sri Sri Ravi Shankar o su armonizadora budista.
Fuente: Info135