
La empresa láctea Verónica presentó un plan de crisis que contempla el despido de 200 trabajadores —casi el 30% de su personal—, el pago del 50% de las indemnizaciones en seis cuotas y una reducción salarial para quienes permanezcan. La planta de Classon, en estado de angustia e incertidumbre.
La histórica firma láctea Verónica presentó un proceso preventivo de crisis
EnOrsai // Jueves 17 de julio de 2025 | 10:16
La histórica firma láctea Verónica presentó un proceso preventivo de crisis ante la Secretaría de Trabajo que incluye un drástico plan de recorte: más de 200 trabajadores podrían ser despedidos en los próximos días, lo que representa cerca del 30% del total del personal que trabaja en las distintas plantas y centros de distribución.
“Nos notificaron del preventivo este lunes. Lo más grave es el despido de unas 210 personas”, explicó Sergio Polidoro, delegado gremial de la planta de Classon, en diálogo con LT3 Rosario. “Estamos en una situación de total incertidumbre, no sabemos a quién le puede tocar”, agregó.
El ajuste no solo implica despidos: quienes sean desvinculados, advierten desde el sindicato Atilra, recibirán apenas el 50% de la indemnización que les corresponde por ley, y ese monto será pagado en seis cuotas, comenzando 30 días después de ser notificados.
“A los trabajadores que queden les quieren reducir el salario. Y encima hoy ya estamos cobrando cuando a la empresa se le antoja. Es muy difícil vivir así”, expresó Polidoro.
Desde el gremio denuncian que la empresa no mostró intención real de encontrar soluciones alternativas. Incluso rechazaron propuestas de tregua y continuaron retirando insumos de la planta: “Ellos mismos se llevaron su propia leche de otras empresas del mismo grupo. No quisieron evitar esta crisis”, dijo el delegado.
El miedo ahora es doble: no solo perder el empleo, sino que ni siquiera se respeten los acuerdos mínimos. “¿Quién puede confiar en una empresa que no cumple ni con sus promesas de pago?”, planteó el delegado gremial.
Los trabajadores temen que este sea solo un paso previo a algo más grave. “Esto puede ser el prólogo de una quiebra. No hay claridad ni compromiso. Solo amenazas y recortes”, advirtió Polidoro. “Nos dicen que si no aceptamos los despidos, directamente cierran las plantas. Estamos con la soga al cuello”.
La situación de Verónica expone la brutal fragilidad laboral que atraviesa el sector industrial argentino: despidos, recortes, falta de inversión y un Estado que no aparece para proteger los puestos de trabajo.