se cae todo

Un documento de Bonadio compromete a Carrió y a la investigación del caso "cuadernos"

No está en el expediente principal, sino en "incidente" de la causa. Claudio Bonadio reconoció haber direccionado los pedidos de información fiscal de la AFIP a través de un funcionario de su confianza, ligado a Carrió, que está siendo investigado por diversos delitos tras su accionar dentro del organismo recaudador. Su existencia pone en tela de juicio la obtención de parte de la prueba.

Un documento de Bonadio compromete a Carrió y a la investigación del caso

ambito.com // Sábado 30 de mayo de 2020 | 20:34

(Por Gabriel Morini -Ambito.com) El oficio no apareció, sino hasta marzo, un mes después del fallecimiento del juez Claudio Bonadio, quien instruyó la causa “cuadernos” y la elevó a juicio oral. No se encuentra en el expediente principal que investiga cartelización y corrupción en la obra pública, sino en uno de los múltiples incidentes derivados. Pero está fechado –como recibido y firmado– el 19 de octubre de 2018, por parte de Leandro Cuccioli, por entonces titular de la AFIP durante la gestión de Mauricio Macri.

Bonadio se dirigió a él en referencia a la causa N°9.608/18 caratulada “Fernández Cristina Elisabet y otros s/asociación ilícita” (“cuadernos”) que tramitaba bajo su juzgado, “a los efectos de hacerle saber que en la presente causa se han efectuado numerosas solicitudes de colaboración así como requerimientos de información a la Administración a su cargo, los que fueron debidamente canalizados y respondidos con la intervención del contador Jaime Leonardo Mecikovsky, entonces Director de Operaciones Impositivas del Interior del organismo a su cargo”. El juez le estaba informando al Administrador Federal que su nexo con la AFIP no había sido el área jurídica que debe contestar los requerimientos de los tribunales de manera descentralizada, sino un funcionario en particular ligado a la entonces aliada de Cambiemos, Elisa Carrió. Bonadio dejó por escrito la irregularidad en el procedimiento de obtención de “numerosos” informes previos que sirvieron como prueba, y que se apartaron de los carriles que siguen todas las causas judiciales, y que se centralizaron en el grupo que respondía a Mecikovsky.

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“Es por ello dada la complejidad de las maniobras investigadas –continuó Bonadio en su oficio a Cuccioli– y en aras de continuar con el normal desarrollo de la presente investigación en la que se llevan indagadas a más de ochenta personas y que cuenta con sesenta cuerpos de actuación así como gran cantidad de documentación a analizar, es que solicito que se disponga la continuidad en la tarea del contador Mecikovsky”, reclamó Bonadio al titular de la AFIP. Habían pasado dos meses y 19 días desde que el caso había estallado a la luz. Bonadio se había manejado siempre con Mecikovsky para “cuadernos” y quería que Cuccioli le asegurase continuar así, una solicitud más que curiosa, siendo que el funcionario revistaba en Operaciones Impositivas del Interior, no en el área investigativa.

Que haya quedado asentado ese pedido del juez ilumina otra irregularidad: a partir de 2016, Abad mediante la disposición 286 fusionó la unidad de Mecikovsky con una llamada “Coordinación de Acciones Penales de Interior”, lo que lo superponía con otras áreas existentes, creando en la práctica, una unidad “ad hoc”. Un grupo especial que se encargaba sólo de causas sensibles para el poder político, algo que no tenía precedentes en AFIP.

Eso ya le había permitido desplegar acciones en expedientes concretos: todas las que involucraban a Lázaro Báez (incluyendo el caso Bahía Blanca), Oil Combustibles con Julián Ercolini y varias dirigidas contra exfuncionarios K. Todas ellas impulsadas por denuncias de Carrió, algunas basadas en anónimos, incluida su embestida contra el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti. Como contrapartida, cosechó varias acusaciones por falso testimonio de parte de otros funcionarios de AFIP que alegaban que existió violación de secreto fiscal, y deslizaban el armado de “carpetas” con esos datos que alimentaban causas judiciales.

En un fallo que no trascendió, el 12 de febrero pasado, la Sala IV de la Cámara de Casación ordenó que se lo siga investigando como instigador al falso testimonio, en una causa donde lo había querellado el extitular de la DGI, Ángel Toninelli. Para Casación nunca se había analizado la cantidad de prueba que presentaban los acusadores para demostrar que se intentó direccionar una causa. Esa causa sigue abierta.

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Pero Mecikovsky había logrado en 2018 un sobreseimiento exprés por otra denuncia abierta en 2016 y que había hallado “carpetas” en una computadora secuestrada en su domicilio. Allí había un reporte, entre otros del conductor Marcelo Tinelli, quien esta semana recordó el tema vinculado al espionaje. El funcionario acusó al juez Luis Rodríguez de habérselas “plantado”. Consiguió apartarlo. Bonadio lo sobreseyó en abril de 2018 por el caso de las “filtraciones”. Apenas unos meses después (octubre) le envió a Cuccioli el oficio confesándole que ya venía trabajando directamente con él para la información que obtuvo de AFIP en “cuadernos”. Otra irregularidad.

El 6 de octubre de ese año, Cuccioli desplazó a Mecikovsky, Horacio Castagnola –N°2 de la gestión de Alberto Abad– y a Carlos Bo, lo que motivó un airado reclamo de Carrió hacia Macri y que quedó explícito en una serie de tweets que hicieron crujir la interna de Cambiemos. Según se intentó postular entonces, el funcionario había presentado informes referidos a Ángelo Calcaterra tanto en la causa por el soterramiento del Sarmiento como en “cuadernos” contra el primo presidencial. Eso habría precipitado la decisión de Macri a la que Carrió respondió calificándolos de “héroes”, exhibiendo su apoyo directo y sugiriendo que el Gobierno había decidió “aliarse a Echegaray y su gente”. Mecikovsky quedó flotando en un limbo pero no afuera, en lo que se interpretó como una marcha atrás de Macri por la presión de Carrió, aunque sin cargo formal. ¿Por qué, al mismo tiempo, Bonadio insistía en delegar en él la información fiscal sensible sobre empresarios pese a que la conducción AFIP lo había desplazado? Cuccioli había asegurado en un llamativo cable de Télam un domingo que Mecikovsky “continuará involucrado en todas las investigaciones que llevaba adelante previamente”. Supuestamente había sido removido.

“La presente solicitud obedece a que, vistos los cambios de estructuras recientemente adoptados por el organismo, resulta imprescindible, en base a la idoneidad, celeridad y eficacia demostrada, sea el contador Mecikovsky y su equipo quien coordine las tareas encomendadas por este juzgado”, culminó Bonadio su oficio. El juez quiso asegurarse que nadie más en AFIP interviniera en “cuadernos”. Cuccioli le hizo caso. En diciembre de 2018, le creó un área Dirección de Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo a medida, y lo colocó al frente para ser nexo con la UIF, duplicando así tareas con la Dirección de Investigación Financiera (DIF) de AFIP, la que hasta ese momento se ocupaba de la misma asignación.

Abogados de los empresarios involucrados en la causa “cuadernos” y ligados a la obra pública podrían frotarse las manos. El oficio que quedó traspapelado da sustento a la sospecha de una suerte de “fórum shopping” pero dentro de la AFIP, órgano que debería haber funcionado como auxiliar técnico de la justicia de manera aséptica, y, con antecedentes negativos en otras causas, puede poner en duda si existió una manipulación en los informes que trabajó el tándem Bonadio- Mecikovky. El problema es que todos esos movimientos se dieron casi desde el comienzo de la causa, y después de un llamativo sobreseimiento precisamente por filtrar datos bajo secreto fiscal.

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