En medio de la sequía, el pueblo de San Blas de los Sauces en La Rioja enfrenta una grave crisis hídrica, atribuida a las prácticas de la empresa Pistachos Riojanos. La población denuncia la falta de regulación estatal y represión, mientras el conflicto ambiental profundiza las divisiones políticas.
Redacción EnOrsai // Jueves 08 de febrero de 2024 | 06:56
La situación en San Blas de los Sauces se torna cada vez más crítica, con sus 4000 habitantes padeciendo la escasez de agua en medio de un verano asfixiante. La mirada acusadora apunta directamente a Pistachos Riojanos Sociedad Anónima, una empresa que desde 1996 opera en la región con 200 hectáreas y planes de expansión, desatando la indignación de la comunidad.
Las asambleas populares, surgidas a raíz de la emergencia hídrica, señalan a la compañía por un uso excesivo del agua, contaminación ambiental y la alteración del ciclo de lluvias. La represión policial del pasado fin de semana, durante un intento de impedir el ingreso de maquinaria a la planta, exacerbó las tensiones en la región.
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La Asamblea Popular Emergencia Hídrica San Blas de los Sauces, creada a principios de año, demanda la regulación del acceso al agua y un control efectivo sobre Pistachos Riojanos. A pesar de la declaración de "emergencia hídrica" por parte del Concejo Municipal, el encuentro entre las autoridades y la asamblea no arrojó soluciones concretas. El Gobierno provincial, representado por el jefe de Gabinete, el secretario de Ambiente y el intendente, evadió la responsabilidad y atribuyó la falta de agua a la crisis climática.
Las acusaciones contra Pistachos Riojanos no se limitan al uso desmedido del recurso hídrico, sino que también apuntan a prácticas contaminantes y precarización laboral. La empresa, dedicada al cultivo de pistachos, enfrenta críticas por desestabilizar el ecosistema local y afectar árboles nativos, generando una mosca blanca perjudicial para la agricultura. Además, los asambleístas denuncian la falta de estabilidad laboral para los trabajadores y la ausencia de protección ante el uso de agroquímicos.
El conflicto toma dimensiones más amplias al revelarse la disputa política entre los gobiernos provincial y nacional. En este escenario, las asambleístas advierten que, paradójicamente, la problemática ambiental cierra la brecha política, evidenciando la falta de control estatal sobre empresas y la represión hacia la población.
La sequía afecta no solo al suministro de agua para consumo humano, sino que también golpea la producción local, especialmente la dedicada a la caña, viña, durazno, y la cría de animales. La falta de lluvias y la desaparición del río De los Sauces impactan negativamente en la subsistencia de los lugareños, mientras Pistachos Riojanos planea expandirse desmontando otras 300 hectáreas.
El panorama se agrava al sumarse denuncias de acceso limitado a la información pública. Las asambleas reclaman la suspensión de las bombas de las empresas con monocultivos, la detención de la expansión de dichos emprendimientos, la construcción de una planta potabilizadora y la participación en un estudio de impacto ambiental sobre las actividades de Pistachos Riojanos.
La falta de acceso a la información también se refleja a nivel provincial, donde la empresa Mekorot ha suscitado preocupación al firmar un acuerdo con La Rioja para asesorar en planes de gestión y manejo del agua. Las asambleas alertan sobre la privatización del agua y cuestionan la falta de transparencia en el convenio con Mekorot, recordando los antecedentes de la empresa en la Franja de Gaza y Uruguay.
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La disputa política entre el gobernador Ricardo Quintela y el presidente Javier Milei también se entrelaza con la crisis hídrica. La creación de la empresa Kallpa Sapem para la explotación del litio y los proyectos de minería en la provincia generan desconfianza en las asambleas, que denuncian la falta de consulta a las comunidades y la contaminación ambiental asociada a la búsqueda de este recurso estratégico.
En medio de la incertidumbre y la lucha por el acceso al agua, San Blas de los Sauces se convierte en un símbolo de las consecuencias devastadoras de la falta de regulación, la represión y la disputa política sobre recursos naturales en Argentina.
Fuente: Tierrra Viva
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— En Orsai (@EnOrsai) February 7, 2024
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